Un regalo de Reyes inesperado

Los Reyes llegan a todos los hogares, incluso a los m¨¢s humildes. Gracias a una donaci¨®n an¨®nima, Joan ha recibido el regalo que hab¨ªa pedido a sus Majestades de Oriente: la consola de videojuegos Wii. Su madre, Pepita M¨¦ndez, en paro desde hace dos meses y con unos ingresos de 500 euros de la renta m¨ªnima de inserci¨®n, sortea como puede las dificultades para mantener a sus dos hijos, el peque?o Joan y una adolescente de 16 a?os.

Su historia la explic¨® a EL PA?S hace una semana. Ese mismo d¨ªa, un donante an¨®nimo se ofrec¨ªa a ayudar a la familia y hacerse cargo de que Joan recibiera ayer un paquete a su nombre bajo el ¨¢rbol de Navidad, que preside el diminuto comedor del austero piso de la familia en Cornell¨¢ de Llobregat. Los M¨¦ndez llegaron hace una d¨¦cada desde Ecuador y hasta hace dos meses sobreviv¨ªan con diversos trabajos en el sector de la hosteler¨ªa.

Pepita y su hijo Joan recibieron ayer al mediod¨ªa el regalo, de manos de la Federaci¨®n de Entidades de Atenci¨®n a la Infancia y la Adolescencia (Fedaia). Su directora, Sonia Mart¨ªnez, destac¨® que iniciativas como la de esta persona an¨®nima demuestran que ¡°somos un pa¨ªs solidario¡±.

La pobreza infantil alcanza ya a uno de cada cuatro menores, concretamente al 26,4%. ¡°Hay muchas familias que como la de Pepita lo est¨¢n pasando muy mal y los ni?os son los m¨¢s vulnerables y los que m¨¢s sufren con estas situaciones de dificultad¡±, asegur¨® Mart¨ªnez. En cifras reales, significa que 176.500 menores de 16 a?os viven en situaci¨®n de penuria en Catalu?a.

¡°?No me lo puedo creer!¡±, exclam¨® ayer content¨ªsima la madre. ¡°Todav¨ªa hay personas buenas que ayudan a la gente que no llegan a final de mes¡±, a?adi¨® emocionada, mientras daba vueltas a c¨®mo explicar esta sorpresa inesperada a su hijo. ¡°Al final s¨ª ha habido magia y los Reyes han venido¡±, cavilaba en voz alta.

Para Pepita, en cambio, hoy no ha habido regalos que abrir. De hecho, ella no desea brillantes papeles de colores que destripar. ¡°Solo deseo que me den un trabajo, ese ser¨ªa mi mejor regalo¡±, anhela la madre, esperando tener la misma suerte y que los Reyes tambi¨¦n oigan su petici¨®n pronto.