Un polvor¨ªn intermitente
La huelga durante la Cabalgata ha puesto el foco de nuevo en la protesta de Metro Con la amenaza de huelga indefinida desde el 17 de enero, el conflicto puede volver a explotar
¡°Vamos a reventar Madrid¡±. Subido en la tarima, con el sudor bajando entre las cadenas de oro y la cara encendida, un sindicalista veterano pronostic¨® a voz en grito lo que pasar¨ªa pocos d¨ªas despu¨¦s. Verano de 2010. Los conductores de Metro frenaron de un plumazo el servicio en toda la red. Durante dos d¨ªas enteros no sali¨® un solo tren. Colapsaron Madrid. Entonces, como ahora, enarbolaban un convenio colectivo que la Administraci¨®n hab¨ªa pasado por alto. Y aquella vez, como ha pasado esta con la Cabalgata de Reyes, rechazaron unos servicios m¨ªnimos ¡°abusivos¡± que reduc¨ªan el eco de su protesta. Los trabajadores de Metro, sobre todo los conductores, se mueven en bloque y pueden cumplir amenazas como ¡°reventar¡± Madrid y convertirla en una ratonera.
De momento, no lo han hecho. El 80% de los trenes ¡ªhasta el 93% en l¨ªneas coincidentes con el recorrido del desfile y con m¨¢s servicio que en la v¨ªspera de Reyes de 2012 en otras¡ª prestaron ayer servicio durante las horas que dur¨® la Cabalgata, en uno de los d¨ªas de m¨¢s tr¨¢nsito del a?o en el suburbano. En 2012 hubo tres millones de viajeros, uno m¨¢s que en una jornada media de servicio. Seg¨²n se?al¨® un portavoz oficial de Metro, no se produjeron incidentes destacables m¨¢s all¨¢ de las aglomeraciones en andenes y vagones y en algunos casos hubo m¨¢s trenes de los que se pod¨ªan llenar.
Hace 37 a?os, en las postrimer¨ªas del Franquismo, tambi¨¦n se convoc¨® huelga durante el desfile de Reyes. En 1976, los empleados de Metro reclamaban mejoras salariales. Pararon el metro, se encerraron en iglesias. Intervino el Ej¨¦rcito poniendo a militares a conducir los trenes. Entonces, como en casi todos los conflictos posteriores, los trabajadores consiguieron bastante de lo que ped¨ªan. Con negociaciones tan duras como aquella han cerrado uno de los mejores convenios del sector, que la Comunidad de Madrid quiere reducir a la m¨ªnima expresi¨®n ¡ªel consejero de Transportes, Pablo Cavero, aludi¨® ayer a eliminar los ¡°privilegios¡± de los trabajadores¡ª en la negociaci¨®n reci¨¦n abierta. Est¨¢ por ver qui¨¦n ganar¨¢ esta partida.
Encabezar una protesta en un d¨ªa tan sensible como la v¨ªspera de Reyes se ha llevado todos los focos aunque hubo m¨¢s ruido que efecto real. Pero la protesta de los empleados de Metro no empez¨® ni acab¨® ayer. Desde septiembre, suman m¨¢s de una veintena de jornadas de paros parciales (y dos totales, 4 y 5 de enero). Y amenazan con volver a la carga, esta vez de forma indefinida, a partir del 17 de enero, un extremo que tendr¨¢n que ratificar un d¨ªa antes en una nueva asamblea de trabajadores.
Los frentes abiertos de los 100 d¨ªas de Ignacio Gonz¨¢lez
Esperanza Aguirre, con l¨¢grimas en los ojos, abandon¨® la Presidencia de la Comunidad de Madrid poco antes de que la regi¨®n se convirtiera en un nido de conflictos. Se march¨® en septiembre, entre otros motivos, para ahorrarse todas las protestas que vendr¨ªan despu¨¦s y que ha tenido que afrontar Ignacio Gonz¨¢lez, un delf¨ªn con menos popularidad y que despierta menos pasiones que su mentora en la opini¨®n p¨²blica. A las movilizaciones de la marea verde que a¨²n colean ¡ªempezaron los profesores de Secundaria en 2011 y este curso se han sumado los niveles universitarios y hasta los rectores¡ª se a?ade el conflicto de la marea blanca. La sanidad madrile?a se ha levantado en armas en bloque despu¨¦s del anuncio de la privatizaci¨®n de la gesti¨®n de seis hospitales y 27 centros de salud anunciada el 31 de octubre junto con los nuevos presupuestos para 2013. Tras cinco semanas de huelga indefinida de los m¨¦dicos y varias manifestaciones multitudinarias por el centro de la capital, el Gobierno regional ¡ªgracias a la mayor¨ªa absoluta del PP en la Asamblea¡ª aprob¨® tanto los presupuestos como la Ley de Acompa?amiento que permite la privatizaci¨®n y el pago del euro por receta farmac¨¦utica. Los m¨¦dicos desconvocaron la huelga pero anuncian m¨¢s movilizaciones en 2013 (ma?ana han convocado una manifestaci¨®n) y no descartan otro tipo de paros a lo largo de este mes, como anuncian los trabajadores de Metro en su sector. El 4 de enero a medianoche expir¨® adem¨¢s el plazo de consultas para el ERE de Telemadrid. Y termin¨® sin acuerdo. Afecta a 925 empleados (el 80% de la plantilla), que se quedan sin empleo. Trabajadores del ente p¨²blico han perseguido durante meses primero a Aguirre y luego a Gonz¨¢lez para protestar por el desmantelamiento de la televisi¨®n p¨²blica.
Los 2.000 conductores (de una plantilla de 7.700 personas) volver¨¢n a llevar la voz cantante. Y funcionan casi como un solo hombre. Los representantes sindicales presumen de conocer a los ¡°uno o dos esquiroles¡± que rechazan ir a la huelga en los d¨ªas fijados y se suben a conducir su tren. El sindicato mayoritario, el de Conductores, cuenta con 1.600 afiliados, el 80% de los maquinistas. Y, desde la huelga de 2010 con la que pararon Madrid, dispone de una caja de resistencia espec¨ªfica para estos casos. La alimentan con cuotas de 18 euros mensuales de sus afiliados y sirve para devolver el dinero que pierden por los descuentos de huelga, entre 120 y 160 euros diarios.
En los tira y afloja de los ¨²ltimos meses, la relaci¨®n entre Metro y sus trabajadores ha quedado como la de una pareja de novios que acaba de romper, a decir de un veterano de la Comunidad de Madrid: ¡°Est¨¢n en ese momento en el que empiezan a sacarse los trapos sucios y, o paran, o esto solo puede ir a peor¡±. Efectivamente.
Los dos exc¨®nyuges tiran de argumentario. Los representantes del comit¨¦ de huelga (Sindicato de Conductores, CC OO, UGT, Solidaridad Obrera, Sindicato de T¨¦cnicos y Sindicato Libre) lo repiten meg¨¢fono en mano por los andenes en las ma?anas y tardes de paros. El metro es m¨¢s caro ¡ªel pasado mayo sufri¨® el mayor tarifazo en una d¨¦cada¡ª y el servicio ha empeorado. La oferta de trenes se ha reducido un 50% a partir de las 23.00 y una veintena de vest¨ªbulos han cerrado sus puertas.
La Comunidad de Madrid replica con dos ideas que tampoco dejan muy bien al comit¨¦ de huelga. Les acusan de ¡°sabotaje sindical¡± y de intentar defender ¡°privilegios¡± que no se pueden sostener y que nadie disfruta en tiempos de crisis.
El pasado 13 de diciembre, medio millar de personas quedaron atrapadas en un vag¨®n de metro de la l¨ªnea 8 junto a la parada de Colombia. Alguien (o m¨¢s de una persona) accion¨® el freno de emergencia al menos en tres ocasiones. Los viajeros permanecieron dentro del vag¨®n m¨¢s de 50 minutos. Antes de que se hubiera restablecido el servicio, tanto Metro como la Consejer¨ªa de Transportes difundieron que se hab¨ªa producido un ¡°sabotaje sindical¡± sin facilitar una sola evidencia. El consejero Cavero tampoco las dio ayer. Las pruebas, dijo dando un paso atr¨¢s, han sida remitidas al juzgado y ser¨¢ el juez quien dictamine si quienes hicieron el sabotaje ¡°eran personas relacionadas o no con los responsables sindicales¡±. Metro promete resultados de una investigaci¨®n interna en menos de 15 d¨ªas.
Y punto n¨²mero dos: los ¡°privilegios¡± recogidos en el convenio colectivo ¡°que los ciudadanos de Madrid ¡°no se pueden permitir pagar¡±, dijo ayer Cavero. Entre ellos, cit¨® un aumento de sueldos ¡°del 20%¡± en los ¨²ltimos cuatro a?os aunque los trabajadores est¨¢n en huelga porque alegan no se han subido sus n¨®minas como recog¨ªa el convenio para 2011 y 2012. El consejero dijo ayer que se sentar¨¢n a hablar con los responsables sindicales para ver si ¡°en el nuevo convenio se pueden mantener tantos privilegios en una empresa que nos cuesta a todos 800 millones de euros¡±. En s¨ªntesis, unos y otros se acusan de sacarle el dinero a los ciudadanos, los mismos que aguardan en los andenes repletos y salen antes de casa para llegar al trabajo o a clase cuando se repiten huelgas mientras ambas partes son incapaces de llegar a un acuerdo.
Ayer, los viajeros tuvieron un respiro. Pese a que los propios sindicatos hab¨ªan advertido de que no pod¨ªan garantizar los servicios m¨ªnimos, no falt¨® un solo tren. Los sindicatos lo vendieron como un acto de buena fe. Est¨¢n abiertos a la negociaci¨®n, dicen. Desde el otro frente, destacan tambi¨¦n que hubiera podido salirles muy caro porque la opini¨®n p¨²blica se les podr¨ªa haber puesto m¨¢s en contra.
Tras las dos jornadas de huelga salvaje de 2010 se abrieron m¨¢s de 400 expedientes, que fueron retirados, y tres representantes sindicales fueron sancionados con ¡°faltas muy graves¡± que pod¨ªan haber desembocado en despidos y que tardan dos a?os en prescribir. Adem¨¢s, entre los sindicatos se han abierto algunas grietas. CC OO y UGT ¡ªsegundo y tercero en peso en la empresa¡ª aceptaron a rega?adientes las protestas de 24 horas previstas en este ¨²ltimo fin de semana de vacaciones que propusieron Conductores y Solidaridad Obrera.
Las pr¨®ximas semanas ser¨¢n decisivas para tomar el pulso a un 2013 que puede ser muy complicado en Metro. El punto de partida no es f¨¢cil para ninguna de las dos partes. Los trabajadores reclaman que se cumplan las cl¨¢usulas del convenio que expiraba en 2012 y sigue prorrogado. Cuantifican 16,5 millones de euros porque no se han aplicado a los incrementos de sueldo de 2011 y 2012. No quieren negociar un convenio nuevo con el viejo sin cumplir. Y tampoco olvidan que les han quitado la catorceava parte de su sueldo, unos 2.500 euros, tras la aprobaci¨®n del Real Decreto impulsado por el Gobierno de Mariano Rajoy que elimina la paga extraordinaria a todos los empleados p¨²blicos. Otros 17 millones m¨¢s. Y las arcas est¨¢n secas.
Metro y sindicatos deber¨¢n intentar reconciliarse porque la empresa que gestiona ¡°uno de los mejores metros del mundo¡±, como repite siempre el consejero, no se puede permitir convertirse en el metro con m¨¢s meses de conflicto. Las centrales tienen que calibrar sus protestas porque llevan m¨¢s de tres meses pidiendo respaldo a los trabajadores, que a¨²n no han visto ning¨²n resultado de su esfuerzo. La cuenta atr¨¢s vuelve a activarse tras una v¨ªspera de Reyes en la que el polvor¨ªn intermitente de Metro no estall¨®.
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