?Hacia una d¨¦cada perdida?
El a?o 2018. Esa ser¨¢ la fecha en la que nuestras Administraciones conseguir¨¢n volver a igualar la cifra que se recaud¨® en el a?o en el que se desencaden¨® la crisis, el 2007. Por lo menos esa es la previsi¨®n, no exenta de optimismo, realizada por la Diputaci¨®n de Bizkaia.
Es una d¨¦cada perdida no solo en la Administraci¨®n sino en la econom¨ªa privada de la que se alimenta el fisco. Pero es una previsi¨®n que nos hacer ver, blanco sobre negro, la imperiosa necesidad de reformar a fondo la Administraci¨®n que tenemos y que tan poco nos gusta afrontar. Porque lo que dice esa foto es que, como m¨¢ximo, el coste de funcionamiento de esa Administraci¨®n en el a?o 2018 no podr¨¢ ser mayor que lo fue en 2007, lo que parece una tarea imposible.
Y es que en los primeros a?os de la crisis el baj¨®n de los ingresos se compens¨® con un disparo del endeudamiento, lo que permiti¨® mantener el volumen de gasto muy confortable. Pero, ahora, ese endeudamiento no puede seguir creciendo, porque est¨¢ prohibido por la ley y porque no hay quien preste el dinero, as¨ª que habr¨¢ que ajustar el gasto al ingreso, lo que obliga a elegir sobre donde se rebaja y eso nos lleva a las grandes partidas.
Los ¨²ltimos datos sobre lo que cuesta el personal al servicio de las Administraciones vascas, los del a?o 2010, reflejan que el gasto en personal ascendi¨® en ese a?o a la respetable suma de 5.846 millones de euros, cifra que era 1.000 millones m¨¢s grande que la que hab¨ªa costado ese personal en 2007. Pero lo malo es que el gasto real es superior, no solo porque hay una parte de las empresas p¨²blicas privadas que no est¨¢n incluidas en ese c¨®mputo, sino porque hay muchos miles de trabajadores, los de las contratas p¨²blicas o la de los profesores de los centros educativos concertados por ejemplo, cuyos salarios tambi¨¦n los pagan indirectamente los presupuestos y cuyo coste no es el de mercado, sino el de sus hom¨®logos de la administraci¨®n. Si se computara todo, estar¨ªamos hablando de otros mil millones de euros.
As¨ª que, con una estimaci¨®n grosera, podemos decir que a d¨ªa de hoy levantar la persiana le cuesta a nuestra administraci¨®n unos 6.800 millones anuales en coste de personal, casi el 60% de los ingresos provenientes del Concierto. Por eso es tan importante la pol¨ªtica que se adopte sobre el n¨²mero y el coste individual del personal que trabaja directa o indirectamente para la administraci¨®n y es tan vital el acertar con la pol¨ªtica a llevar en estos pr¨®ximos a?os.
Si acept¨¢ramos como hip¨®tesis que en el a?o 2018 el coste de personal debiera ser el mismo que el que tuvo en 2007, ese coste se debe rebajar en aproximadamente un 20% respecto al de hoy. Y no es casualidad, me parece a m¨ª, que I?igo Urkullu se atreviera a cuantificar su programa de reducci¨®n de la Administraci¨®n vasca precisamente en un 20%, precisi¨®n inhabitual en los discursos de investidura y que yo al menos se lo agradezco.
Ahora solo falta explicar el c¨®mo se va a buscar esa cura de adelgazamiento, porque hay dietas y dietas. Y b¨¢sicamente hay dos modelos: un modelo busca mantener los servicios al ciudadano, rebajando los costes del sistema por mejoras de la eficiencia, ¡ªpor ejemplo con eliminaci¨®n de duplicidades y reducci¨®n del absentismo¡ª, pero tambi¨¦n con rebajas de salarios. El otro modelo busca sobre todo reducir personal, lo que tambi¨¦n se traduce en una p¨¦rdida de servicios o de su calidad. Obviamente hay todos los modelos intermedios que se quiera.
El primer modelo lo vienen usando las cooperativas vascas (y tambi¨¦n en otras empresas del sector privado) donde ha habido una asunci¨®n voluntaria de rebaja de sueldos, en busca de la supervivencia de la empresa. Tambi¨¦n fue el modelo alem¨¢n para afrontar el alt¨ªsimo coste de absorber la antigua Alemania del Este, con m¨¢s de una d¨¦cada de congelaciones salariales de los funcionarios y con reparto del trabajo, con menores sueldos, para mantener el empleo.
Pero no es ese modelo el que prima por aqu¨ª. Por ejemplo, cuando Zapatero rebaj¨® el sueldo de los funcionarios en un 5%, la respuesta de la Administraci¨®n vasca, por ejemplo en educaci¨®n, fue rebajar el salario solo un 2,5% y ahorrar el otro 2,5% suprimiendo contratos interinos o temporales, aunque eso supusiera una p¨¦rdida de calidad en la ense?anza. Un segundo ejemplo lo hemos vivido recientemente, con la resistencia numantina de los pol¨ªticos vascos a aplicar la ley de Rajoy y rebajar la paga extra de los funcionarios en el pasado diciembre. ?O es que no era mejor soluci¨®n para crear empleo rebajar el sueldo de los funcionarios en esos 200 millones y destinarlos a fomentar nuevas actividades productivas, que defender a capa y espada unos sueldos que est¨¢n muy por encima, en general, de sus hom¨®logos en la empresa privada?
El nuevo lehendakari va a tener que marcar el modelo. Y yo espero que opte por el reparto del trabajo, porque creo que con los datos del a?o 2007 se puede vivir razonablemente bien, aunque sea por debajo de lo que esper¨¢bamos. Pero si la foto de 2018 reflejara que ha habido un sector de nuestra sociedad que ha mantenido, e incluso mejorado, su posici¨®n en la tabla al amparo de su control de la Administraci¨®n, mientras amplios sectores de nuestra sociedad quedan tirados por los caminos sin la menor de las expectativas, entonces s¨ª que podr¨ªamos hablar de una d¨¦cada perdida para la sociedad vasca.
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