Vuelve la gallina de los huevos de cemento
"Seg¨²n el criterio de los expertos, el problema del urbanismo valenciano es, p¨¢smense, que resulta demasiado complejo, largo y caro urbanizar"
La manera en que hemos gestionado nuestro urbanismo no ha sido, la verdad, demasiado satisfactoria. La crisis, al menos, ha acabado por convencer a la pr¨¢ctica totalidad de la poblaci¨®n de ello. Visto en retrospectiva, ha quedado totalmente validado el juicio de quienes alertaron de que esa v¨ªa no era la adecuada porque ni creaba tanto bienestar como nos dec¨ªan, ni distribu¨ªa adecuadamente las rentas generadas, ni era (por descontado) sostenible y porque, adem¨¢s, acab¨® drenando numerosos recursos que habr¨ªan sido muy importantes y habr¨ªan generado mejores frutos a medio y largo plazo en otros sectores.
Sin embargo, y por incre¨ªble que parezca, la m¨ªtica gallina de los huevos de cemento, en afortunada expresi¨®n del profesor de la Universitat de Alicante Mart¨ªn Mateo, parece que est¨¢ de vuelta. Este sistema nuestro, que como es sabido tantas alegr¨ªas nos ha deparado, de gesti¨®n de los intereses p¨²blicos entre bambalinas, a base de reuniones semiclandestinas de diversos grupos de inter¨¦s y supuestos expertos que luego entregan bien cocinadito un texto legal a nuestras disciplinadas Cortes Valencianas, vuelve a la carga. Y lo hace con un diagn¨®stico de cu¨¢les son los problemas de nuestro urbanismo que si no fuera terrible porque uno ya se espera que nuestras castas extractivas puedan plantear en serio en pie cualquier salvajada ser¨ªa hasta divertido por directamente delirante.
As¨ª, los expertos, que tras haber asesorado a la Administraci¨®n en el pasado y haber construido (y cobrado con huevos de oro y no de cemento) nuestro fallido sistema de expolio ambiental y territorial ahora se presentan como ¡°t¨¦cnicos independientes¡± que nos han de rescatar de nuestros terribles pol¨ªticos, ya han empezado a insinuar por d¨®nde ir¨¢n los tiros. Seg¨²n su criterio, el problema del urbanismo valenciano es, p¨¢smense, que resulta demasiado complejo, largo y caro urbanizar. Sobre todo, seg¨²n explican a sol¨ªcitos consellers y a sus asesores, hay que asumir que hemos impuesto unas exigencias ambientales excesivas y unas restricciones que, sencillamente, son desproporcionadas y que no nos podemos permitir. Al parecer, haber hormigonado en una d¨¦cada y media m¨¢s de lo que hab¨ªamos construido en toda nuestra historia como pueblo ha sido una tit¨¢nica tarea de h¨¦roes enfrentados a una regulaci¨®n so?ada por ecologistas y antisistemas. Para rematar el cuadro del esperpento, se alerta sobre el rigor empleado contra las edificaciones ilegales, esas decenas de miles de chalets y casetes que la generaci¨®n del culto al ladrillo ha erigido por doquier (suponemos que por patriotismo). Que la LUV amnistiara todas las viviendas ilegales previas no es prueba de laxitud sino de lo contrario, dado que cometi¨® el pecado de leso hormig¨®n de establecer, a su vez, que en ning¨²n caso se legalizar¨ªan futuras viviendas ilegales (aunque, eso s¨ª, solo si construidas en suelo protegido).
Frente a una gerontocracia ladrillil que, sencillamente, no quiere que se le acabe el chollo va a ser necesario recordar que el urbanismo valenciano ha sido desastroso por otras razones, que afortunadamente esta crisis permite a todos tener claras. Deber¨ªamos ser los valencianos, y no supuestos expertos interesados, los que tom¨¢ramos decisiones al respecto. Preferiblemente, por favor, no demasiado insensatas.
@Andres_Boix blog en http://blogs.elpais.com/no-se-trata-de-hacer-leer/
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