Reparto de lujo para la ¨²ltima funci¨®n de Anna Lizaran
La profesi¨®n teatral en pleno despidi¨® a la actriz en una ceremonia inolvidable
La ¨²ltima funci¨®n de Anna Lizaran fue de las que no se olvidan. Su familia, compa?era Irene y amigos orquestaron una ceremonia de despedida laica maravillosa. No pod¨ªa irse la Lizaran de bolo, ese bolo definitivo del que nadie regresa, parafraseando al Bardo, de mejor manera. Una verdadera multitud, con la profesi¨®n teatral en masa, abarrot¨® ayer la capilla del tanatorio de las Corts en el mejor reparto de la historia de la escena reciente. Todos eran secundarios.
Entre los presentes, por citar solo algunos, Eduard Fern¨¢ndez, Josep Maria Pou, Enric Maj¨®, Imma Colomer, ?lex Rigola, Frederic Amat, Xavi Clot, Maife Gil, Daniel Mart¨ªnez, Llu¨ªs Soler, Pere Arquillu¨¦, Oriol Broggi, Rosa Maria Sard¨¤, Carme Sansa, Abel Folk, Xavier Albert¨ª, Josep Minguell, Oriol Gen¨ªs, Quim Lecina¡. Pasqual Maragall, el alcalde Xavier Trias, el consejero de Cultura, Ferran Mascarell y el responbla de cultura municipal Jaume Ciurana tambi¨¦n acudieron a despedir a la actriz. La estrella de la ceremonia, fallecida a causa de un c¨¢ncer la medianoche del viernes a los 68 a?os, yac¨ªa en el ata¨²d y destellaba, encisadora, en una pantalla cuidando sus plantas mientras sonaba la voz de S¨ªlvia P¨¦rez Cruz en la canci¨®n Plora amb mi.
En un acto lleno de momentos emotivos destac¨® el Sonet¨ª de la Rosada de Toldr¨¤ interpretado al viol¨ªn por la sobrina nieta de Anna Lizaran, Maria Florea. Elisenda Roca, gran amiga de Anita, hizo de maestra de ceremonias y record¨® a la actriz en el escenario y en la intimidad haciendo llorar y re¨ªr alternativamente a los asistentes en una verdadera monta?a rusa de emociones desbordadas de la que nadie sali¨® indemne. ¡°Era imposible no quererla¡±, sintetiz¨® Roca, tras recordarla sufriendo con el Bar?a o su obsesi¨®n con poner lavadoras. El periodista televisivo Josep Llu¨ªs Merlos, primo hermano de la Lizaran, mezcl¨® genialmente sentimiento y bromas para evocar a una mujer capaz de tantos registros emotivos. ¡°?Ni Xirgu ni hostias, Anita es la m¨¢s grande!¡±, exclam¨®, arrancando una ovaci¨®n. La imagin¨® de gira en Citerea o en Mahagonny, o cabalgando en la grupa del caballo de Joaquin Murrieta (Fosca) ¨Caqu¨ª Llu¨ªs Homar, por alusiones, apunt¨® en voz alta: ¡°?Yendo a comprar una nevera!¡±¡ª.
Record¨® Merlos la generosa frase de la actriz ¡°tocaros que son cuatros d¨ªas¡± (versi¨®n m¨¢s directa del Carpe diem) e invit¨® a todos los presentes a besarse, lo que la gente hizo sin reservas con el vecino. Nos miramos dudando con Josep Maria Pou, pero en medio se col¨® una guapa y joven actriz.
El Cant del Ocells provoc¨® una oleada de tristeza casi f¨ªsica, punteada de suspiros. Sergi Belbel tom¨® la palabra para recordar la polivalencia de la actriz y la mujer, capaz, subray¨®, de todos los papeles del Auca. ¡°La mejor en todo, como actriz, mujer, amiga¡±. Predijo que un d¨ªa ¡°seremos envidiados al decir: ¡®yo trabaj¨¦ con la Lizaran, yo v¨ª a la Lizaran o la Lizaran me dijo esto o aquello¡¯¡±.
Destac¨® el director del Teatre Nacional de Catalunya (TNC) c¨®mo ella era ¡°insuperable en el renegar: nadie dec¨ªa ¡®Merda¡¯ como t¨²¡±. Y la evoc¨® en el palco del FC Barcelona con una bufanda para taparse la boca y poder insultar con los peores denuedos al ¨¢rbitro sin que nadie se enterara de qui¨¦n gritaba. Se le rompi¨® la voz a Belbel al acabar: ¡°Sensa tu la vida ser¨¤ una verdadera merrrrda. Te querremos siempre¡±.
La ceremonia tuvo incontables momentos inolvidables, como cuando Marina Rossell cant¨® La mare de D¨¦u quan era xiqueta. Concluy¨® con un audiovisual con im¨¢genes de la carrera de la actriz, incluidas unas in¨¦ditas de sus esforzados ensayos de La B¨ºte en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC), obra que no pudo llegar a estrenar. El actor que la sustituy¨®, Jordi Bosch, se emocion¨® al verla con el mismo disfraz que us¨® luego ¨¦l. El acto acab¨® con todos los asistentes puestos en pie y un largu¨ªsimo aplauso que arreciaba por momentos como una lluvia sobre los cristales. Son¨® Llu¨ªs Llach, ¡°Senzillament se'n va la vida...¡±.
La ¨²ltima salida de escena de Anna Lizaran se produjo mientras los empleados de la funeraria sacaban su ata¨²d. A algunos entonces les desbord¨® la emoci¨®n: Joel Joan lloraba a moco tendido y Julio Manrique acudi¨® a consolarlo. Montse Guallar se manifestaba hu¨¦rfana. Un peque?o corro junt¨®, fuera ya, a Ferm¨ª Reixach, Toni Sevilla y Homar, viejos camaradas del viejo Lliure y de casa Prozorov, donde compartieron techo con Anna. Mientras la multitud se desperdigaba un fr¨ªo insoportable parec¨ªa llegarte hasta los huesos. Cay¨® el tel¨®n. Anna Lizaran se ha marchado y qu¨¦ dif¨ªcil va a ser acostumbrarse.
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