El reto democr¨¢tico

El PSC fue el art¨ªfice, en su momento, de impulsar una ley para crear la figura de jefe de la oposici¨®n. Primero, l¨®gicamente, se benefici¨® el candidato del PSC en su papel de eterna segunda fuerza en el Parlament. As¨ª hubiera continuado de no ser porque gracias a un acuerdo con ERC, el PSC de Maragall alcanz¨® la Presidencia del Govern. Eso ocurr¨ªa en 2003, y Mas tuvo que resignarse a ejercer de Jefe de la Oposici¨®n. Lo mismo ocurri¨® en 2006, Montilla fue aupado, de nuevo con los votos de la izquierda independentista, a la Presidencia del Govern. En el Govern, en la Presidencia, y con ERC e ICV como compa?eros de viaje, el PSC tom¨® las riendas y sufri¨® el fuego amigo de los ¡°compa?eros del PSOE¡± para regocijo de CiU.

En las elecciones de noviembre de 2010 el PSC conserv¨® su lugar como segunda fuerza pese a un considerable retroceso, que en el caso de ERC a¨²n fue m¨¢s severo. El candidato del PSC, respondiendo al mandato de los electores y a la ley que ellos mismos impulsaron, asumi¨® de nuevo el papel de jefe de la oposici¨®n. Eso no fue obst¨¢culo para que el PSC suscribiese un acuerdo de investidura con CiU, aunque a lo largo de la legislatura CiU optara finalmente por acuerdos con el PP. Ni PP ni PSC entraron en el Gobierno, aunque el PP s¨ª lleg¨® a acuerdos en ¨®rganos como la CCMA (Corporaci¨® Catalana de Mitjans ?udiovisuals). Tambi¨¦n hubo acuerdos de sillas a tres (CiU, PSC y PP) en la Mesa del Parlament, excluyendo a los 20 diputados de ERC e ICV.

En noviembre de 2012, hubo elecciones anticipadas. Y por primera vez en la historia el PSC dej¨® de ser la segunda fuerza del Parlament. Pero no para ser la primera fuerza, sino para ser la tercera, despu¨¦s de obtener el peor resultado de su historia. En cambio, ERC consigui¨® un hito hist¨®rico convirti¨¦ndose en la segunda fuerza del Parlament, gracias a m¨¢s que doblar su n¨²mero de votos y diputados y gracias, a su vez, a la debacle del PSC.

Durante toda la campa?a, Oriol Junqueras fij¨® el list¨®n de exigencia muy arriba, proclamando como objetivo de ERC ser la segunda fuerza pol¨ªtica del pa¨ªs. Y acorde con el car¨¢cter constituyente de la legislatura dibuj¨® un horizonte de unidad para la plenitud nacional, el president del Govern y el jefe de la oposici¨®n deb¨ªan sumar fuerzas para defender ante el mundo el proceso soberanista y democr¨¢tico de Catalunya. El resultado de las elecciones result¨® inapelable en ese sentido. CiU, pese a perder 12 diputados, era la ganadora holgada de las elecciones. Y ERC, ganando 11, se erig¨ªa en segunda fuerza del Parlament.

Esta legislatura no es solo especial por el reto de ejercer el derecho a decidir, tambi¨¦n por la grave crisis econ¨®mica en la que estamos sumidos. Ambos condicionantes exigen aunar esfuerzos, sea desde el Govern, sea desde la oposici¨®n. Por otro lado, un hecho perfectamente normal en otras latitudes, tambi¨¦n en Espa?a. ?Cu¨¢ntas veces no se han puesto de acuerdo PP y PSOE en Espa?a para cuestiones que consideraban trascendentales?

Lo sorprendente ha llegado luego, con un PSC que pese al batacazo y a ser relegado a tercera fuerza del Parlament, reclama para s¨ª la jefatura de la oposici¨®n, neg¨¢ndose a reconocer el mandato de los electores con la excusa de un acuerdo de estabilidad suscrito entre CiU y ERC, acuerdo con dos ejes b¨¢sicos: el combate contra la crisis y la consulta sobre el futuro de Catalu?a en el horizonte como premisas. No nos parece, la del PSC, una actitud muy ejemplar y, por supuesto, nada acorde con el mandato de los electores.

Nos negamos a creer que este precedente pueda ser el preludio de la negativa del PSC a escuchar y aceptar aquello que expresen los ciudadanos de Catalu?a cuando llegue el momento, como tampoco deseamos creer que el PSC se va a alinear con aquellos que no quieren dejar votar a los ciudadanos catalanes para que decidan su futuro. No le pedimos a Pere Navarro que sea independentista, le pedimos que sea dem¨®crata, y d¨¦ su apoyo al proceso para permitir que los catalanes ejerzan su voto en la futura consulta, sea para decir no o para decir s¨ª.

Marta Rovira i Verg¨¦s es portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya en el Parlament.