Mercados que no entienden de recortes
Redes de consumidores surgen como alternativas a las grandes superficies
Poco a poco, al margen de las grandes superficies comerciales y las enormes cadenas de supermercados y redes de franquicias internacionales, se abre paso un nuevo tejido econ¨®mico. Una nueva forma de entender la relaci¨®n entre los productores y los consumidores, que busca ser mucho m¨¢s cercana, m¨¢s directa y m¨¢s concienciada acerca del peso medioambiental de su actividad. Conformados en mercados sociales y l¨ªneas de consumo alternativas, este nuevo mundo sortea a los grandes distribuidores, busca un precio m¨¢s justo y equitativo por los productos y exige que estos se generen dentro de unas normas que garanticen su sostenibilidad ecol¨®gica y social. Es lo que se conoce como econom¨ªa solidaria.
En C¨®rdoba, distintas experiencias han dado como resultado la creaci¨®n del Mercao Social de la ciudad (mercao, tal como suena) que pone a disposici¨®n de socios y clientes en general, todo tipo de bienes, desde alimentos a libros. Otra asociaci¨®n, La Casa Azul, provee semanalmente a sus socios, productos ecol¨®gicos de una huerta cercana. Frutas, verduras y hortalizas de temporada, cultivadas a pocos kil¨®metros de C¨®rdoba y con variedades aut¨®ctonas. Experimentos similares se reproducen en Andaluc¨ªa: en M¨¢laga, Sevilla o Granada.
Los tiempos est¨¢n cambiando. Y tambi¨¦n las mentalidades. ¡°Hace solo dos a?os este tipo de iniciativas eran m¨¢s minoritarias. Ahora no. Dentro de dos a?os, lo ser¨¢n mucho menos¡±, opina Mar¨ªa ?ngeles Aguilera, una de las socias fundadoras de La Tejedora y miembro de su comisi¨®n de Actividades. ?Qu¨¦ es La Tejedora? ¡°A diferencia de otras experiencias de mercados sociales que se han dado en Madrid, Barcelona y otras ciudades, donde todo se articula a trav¨¦s de Internet sin tener sede f¨ªsica para dar salida a los productos, aglutinar espacios y crear sinergias, en C¨®rdoba hemos optado por abrir una tienda: La Tejedora¡±, explica Luis Begara, otro de los miembros del Mercao.
La Tejedora -que naci¨® en diciembre de 2011, fruto de la uni¨®n de varias microempresas de econom¨ªa solidaria- se reivindica como algo m¨¢s que una tienda. La red de productores tiene ah¨ª su escaparate de venta para los 150 socios que compran y participan, adem¨¢s de los clientes ordinarios. Pero la sede realiza actividades culturales y formativas incluyendo conferencias y talleres. Y en la trastienda de este antiguo comercio de telas de C¨®rdoba, se gestan nuevos proyectos. Uno de ellos, ya en marcha, ofrece productos de la finca ocupada por el SAT en Somonte (en Palma del R¨ªo).
Hay otro elemento que caracteriza al Mercao Social de C¨®rdoba y lo diferencia de otras iniciativas similares. En C¨®rdoba han optado por no tener una moneda propia. ¡°Es uno de los debates m¨¢s encendidos que hay ahora mismo entre los distintos mercados. En Madrid, por ejemplo, funcionan con moneda propia, los Boniatos, y no les va mal. Pero en otros sitios la moneda paralela ha terminado dando problemas a la hora de las conversiones con la moneda real¡±, comenta Eduardo Mu?oz, miembro del Consejo Rector y la comisi¨®n de Organizaci¨®n del Mercao. ?Optan, por tanto, por el euro? ¡°Bueno, nosotros funcionamos m¨¢s bien con centimillos¡±, bromea.
En todo caso, esa decisi¨®n de realizar las transacciones con moneda de curso legal, La Tejedora se ha abierto todav¨ªa m¨¢s al p¨²blico, en general; y a los vecinos de esa zona del casco hist¨®rico, muy cerca de la plaza de la Corredera, en particular. ¡°Los vecinos empiezan a entrar, empiezan a conocer los productos y a comprar como en un comercio m¨¢s. Tambi¨¦n comienzan a entender la filosof¨ªa de lo que ofrecemos y eso est¨¢ muy bien¡±, se?ala Eduardo. De paso, as¨ª se lucha contra la endogamia que a veces acompa?a este tipo de iniciativas.
Por su parte, la Casa Azul surgi¨® en noviembre de 2010. ¡°Nuestro proyecto est¨¢ muy vinculado al tema de la agroecolog¨ªa, ven¨ªamos de redes de productores y consumidores, huertas ecol¨®gicas. Y decidimos montar algo que vinculase el mundo del que proced¨ªamos con un fomento de la sensibilizaci¨®n alrededor del consumo, de productores ecol¨®gicos y locales¡±, se?ala ?frica Jim¨¦nez, una de las responsables de la asociaci¨®n cultural. Como La Tejedora, la Casa Azul sirve de sede para articular distintos proyectos y actividades, que abarcan desde informaci¨®n sobre el decrecimiento a talleres de software libre o cursos de danza al estilo Bollywood.
La Casa, que fue residencia y museo del artista local Salvador Morera, tambi¨¦n presta su espacio para que semanalmente una red de consumidores se abastezca de los productos de una huerta de la provincia. ¡°Los socios de esta red pagamos semanalmente 10 euros y nos comprometemos a llevarnos lo que toque. Son productos de temporada. A veces hay m¨¢s, a veces hay menos¡±, comenta Mar¨ªa Jos¨¦ P¨¦rez, participante de la red.
?Por qu¨¦ pertenecer a estos circuitos alternativos? ¡°En mi caso, por coherencia. Formo parte de Ecologistas en Acci¨®n y desde que comenzaron este tipo de proyectos, los sigo¡±, contin¨²a la socia. Mar¨ªa Jos¨¦ reconoce que esta forma de consumir no es f¨¢cil. ¡°Lo ser¨ªa mucho m¨¢s ir a una gran superficie y llenar un carro¡±, pero la compra concienciada le resulta mucho m¨¢s satisfactoria. ¡°De cualquier forma, para completar la cesta de la compra, procuro acudir a tiendas de barrio o al mercado de abastos m¨¢s cercano¡±, termina.
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