Un refugio antia¨¦reo en el parque del Retiro
Un espacio rectangular sellado en un lateral del recinto oculta un vestigio de la Guerra Civil
![Acceso sellado al refugio.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TIF4K6FGMWK3C7SNTX6PVZLVIE.jpg?auth=8836d13e7565f959795062bb5b6c8346e992adc15860943f9785a1930dfb8797&width=414)
Cada d¨ªa, centenares de personas surcan corriendo despreocupadamente la cinta de tierra que circunda el per¨ªmetro del parque del Retiro. Quiz¨¢ por ello, muy pocos se percatan de que al pasar frente a la calle de Ibiza, por el interior del parque, junto a la verja del Retiro jalonada por lanzas negras, sus pies pisan encima de un suelo que no es de terrizo. Se trata de un breve espacio rectangular enmarcado por un reborde de piedra que cierne cinco superficies met¨¢licas planas separadas por tiras lisas, tambi¨¦n de metal. Son planchas de acero. Los corredores no pueden imaginar que pisan el acceso sellado a un refugio antia¨¦reo construido en la Guerra Civil, 75 a?os atr¨¢s. Hoy permanece cerrado a canto y lodo. La familia de un capataz del parque, con 12 hijos, utiliz¨® el refugio para guarecerse de los incesantes bombardeos del Ej¨¦rcito franquista y sus aliados alemanes e italianos sobre Madrid, a veces proyectiles incendiarios como los que lanzaron contra el Museo del Prado y la Biblioteca Nacional escuadrillas nazis al servicio de Franco.
¡°Los refugios como el del Retiro sol¨ªan ser pasillos estrechos, de un metro o metro y medio de anchura por 1,80 de altura, de techo abovedado forrado de ladrillo, con tierra encima hasta la cota del suelo. Su profundidad era variable, pero cuanta m¨¢s hondura alcanzaran, m¨¢s seguridad brindaban a sus ocupantes. La estrechez obedec¨ªa a la necesidad de reducir el tama?o de su b¨®veda, muy cara de construir. Acostumbraban a tener casi siempre forma de ¡°U¡± y contar siempre con dos accesos, para facilitar la entrada y la evacuaci¨®n¡±, explica el experto Juli¨¢n Ar¨¦valo. ?l es miembro del Grupo de Estudios del Frente de Madrid, Gefrema, organizaci¨®n apartidaria, con m¨¢s de 200 asociados, que cumple ahora 10 a?os censando e inventariando vestigios de la Guerra Civil en Guadarrama, Rivas y la Casa de Campo. Ar¨¦valo es uno de los principales especialistas del Gefrema, que dirige el profesor Antonio Morcillo, con la colaboraci¨®n de otros expertos, como el tambi¨¦n docente e historiador Luis de Vicente y el soci¨®logo Juan Garc¨ªa. Salvo el zoo del Retiro, abierto durante algunas temporadas, el parque permaneci¨® cerrado buena parte de la contienda, entre 1936 y 1939.
En el paseo de Coches, hoy peatonal, que sirve de pista a muchos patinadores, quedaron estacionados entonces centenares de autom¨®viles requisados por los mandos republicanos durante la guerra. Junto al refugio, sobre los p¨¦treos poyetes que soportan las verjas del recinto, se ven a¨²n impactos de fusiler¨ªa. Al finalizar la guerra, el cierre del parque se hizo con fragmentos de un monumento a Pablo Iglesias demolido en el parque del Oeste.
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