Pipi Calzaslargas en Sodoma

Para conducir hace falta aprobar un examen y para manipular alimentos, tener la formaci¨®n correspondiente, pero nadie capacita a quienes desean traer un ni?o al mundo. Los conflictos derivados de la paternidad son asunto tr¨¢gico por excelencia desde que S¨®focles escribiera la formidable tetralog¨ªa de los Labd¨¢cidas, protagonizada por Edipo, parricida incestuoso. Lukas Barf¨¹ss (Thun, Suiza, 1971) habla de la paternidad disfuncional y de sus consecuencias desde perspectivas m¨²ltiples. En Las perversiones sexuales de nuestros padres (2005), aborda el fulminante despertar sexual de una adolescente ps¨ªquicamente disfuncional y el desconcierto de sus progenitores ante la magnitud del evento. La prueba (2007) cuenta c¨®mo cambia la vida de un hombre en cuya alma alguien siembra dudas sobre su paternidad, y las consecuencias devastadoras que para su familia tiene la confirmaci¨®n del caso. Ambas obras, bien traducidas del alem¨¢n por Paula S¨¢nchez de Muniain y Luis Garc¨ªa-Araus, han sido editadas con un gusto excelente por Quatenus (Madrid, 2010 y 2012), la segunda en el mismo tomo que M¨¢laga, comedia espeluznante sobre el ego¨ªsmo, estrenada ahora en el Teatro del Arte.

M¨¢laga plantea el dilema de la colisi¨®n entre las exigencias profesionales (y sentimentales) de una pareja en trance de separaci¨®n legal y sus responsabilidades morales. ?Qu¨¦ debe de hacer Michael, que este fin de semana presentar¨¢ en un congreso internacional, en Innsbruck, el implante auditivo que lleva 15 a?os desarrollando, en vista de que la chica que cuida de su hija Rebekka, de siete a?os, se ha puesto enferma inoportunamente y de que Vera, su mujer, se niega a sacrificar el viaje a M¨¢laga que, por fin, ha conseguido acordar con su amante?

Vera cree que ?lex, hijo de una amiga, podr¨ªa hacerse cargo de Rebekka, pero Michael tiene serias dudas, sustentadas en estad¨ªsticas: ¡°Los chicos de 19 cometen seis veces m¨¢s delitos y son doce veces m¨¢s violentos que las chicas¡±, asegura. Aun poniendo sus cartas boca arriba desde el comienzo (?lex da repel¨²s en cuanto abre la boca), B?rfuss crea una intriga poderosa y una tensi¨®n subrepticia in crescendo, que desemboca en la cat¨¢strofe intuida, sin que el inter¨¦s decaiga. Estupendo el Michael de Roberto Enr¨ªquez, siempre en la encrucijada; peligros¨ªsimo, en el fondo y en el adem¨¢n, el ?lex de Cr¨ªspulo Cabezas y soberbia a cada paso Ana Wagener, todos ellos en el registro dram¨¢tico que propone Aitana Gal¨¢n, la directora, aunque a este texto le cuadrar¨ªa mayor contenci¨®n. El realismo de la eficaz puesta en escena responde al gusto del espectador espa?ol, forjado en la visi¨®n recurrente de teleseries anglosajonas, antes que al car¨¢cter de este texto de ra¨ªz expresionista.