Shakespeare en la Costa da Morte

Citizen, trilog¨ªa inspirada en la figura de Amancio Ortega, fundador del emporio textil Inditex, forma parte de ese grupo escogido de espect¨¢culos que radiograf¨ªan certeramente nuestra ¨¦poca. Manuel Cort¨¦s, autor del texto; Xes¨²s Ron, dramaturgista y director, y los actores de Ch¨¦vere, compa?¨ªa gallega que lleva 25 a?os haciendo un teatro a contracorriente, cosen con costura invisible realidad y ficci¨®n, a la manera de Orson Welles en Ciudadano Kane (biograf¨ªa apenas disimulada del multimillonario William Randolph Hearst, inductor de la guerra de Cuba), para recrear el irresistible ascenso de quien amasa hoy la tercera mayor fortuna del mundo (44.300 millones de euros: solo le aventajan Carlos Slim y Bill Gates).

El espect¨¢culo, de tres horas y 45 minutos que transcurren en un suspiro, arranca con un imaginario encuentro accidental de alto voltaje entre A. O., el protagonista, y Sara, manifestante nacionalista de izquierdas que, huyendo de los golpes de la polic¨ªa, se cuela en la primera tienda de Zara, en la calle de Torreiro, d¨ªas despu¨¦s de la muerte de Franco. A partir de ese episodio ficticio, y de sus consecuencias, se recrean hechos ciertos, usando en ocasiones tiradas de texto tomadas literalmente de la boca de alguno de sus protagonistas. La tercera parte, thriller pol¨ªtico situado en un futuro pr¨®ximo, especula con el desmoronamiento del imperio textil en un contexto de aceleraci¨®n de la crisis, multiplicaci¨®n de los rescates, carest¨ªa y crash burs¨¢til.

En Citizen, la forja del imperio de A. O., su figura, el an¨¢lisis de las fuerzas en pugna (la ambici¨®n universal frente a la necesidad de ganarse el pan de cada d¨ªa), la radiograf¨ªa del poder y la dial¨¦ctica utilizada adquieren dimensiones shakespearianas. Burla burlando, el equipo de Ch¨¦vere traduce su minucioso trabajo documental en brillantes hallazgos esc¨¦nicos mediante el uso pertinente de una enorme variedad de recursos. Los ocho int¨¦rpretes pasan del plano dram¨¢tico al narrativo sin soluci¨®n de continuidad, y abren di¨¢logo con la platea con un desparpajo propio de grandes actores de revista, sin esa complicidad impostada que se ha generalizado en el teatro posdram¨¢tico.

Por su ingeniosa escritura, por la creatividad de la puesta en escena, la ambici¨®n lograda de la propuesta y la decisi¨®n con que aborda asuntos medulares inc¨®modos, Citizen se merece una temporada en alguno de nuestros teatros p¨²blicos.