¡°No hay costes morales ni penales para los corruptos¡±
"La clase pol¨ªtica ha dado muestras de su total falta de legitimidad"
Alejandra G¨®mez C¨¦spedes (M¨¦xico D. F., 1970) lleva m¨¢s de 12 a?os investigando delitos econ¨®micos en Espa?a. La Universidad de M¨¢laga la invit¨® en pleno boom inmobiliario para indagar las consecuencias de ese crecimiento desaforado. Su trabajo ha servido de avanzadilla de actuaciones policiales tan c¨¦lebres como el caso Malaya o, m¨¢s recientemente, el caso Acinipo, centrado en el municipio de Ronda. Licenciada en Filolog¨ªa Inglesa, ahora emprende una nueva etapa profesional. Se postula como investigadora en la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Pregunta. ?Despu¨¦s de 12 a?os por qu¨¦ decide dejar Espa?a?
Respuesta. Porque a d¨ªa de hoy no he tenido oportunidad de trabajo permanente. Si no puedo desarrollar aqu¨ª mi carrera, tendr¨¦ que hacerlo fuera.
P. ?Cree que la Ley de Transparencia incluir¨¢ a los partidos pol¨ªticos y a la Casa Real?
R. El hecho de no incluirlos aportar¨ªa poca legitimidad a esa norma, no es buen pron¨®stico que, de antemano, se limiten las instituciones a las que se pueda tener acceso.
P. ?Deber¨ªan prohibirse las aportaciones de empresas a partidos pol¨ªticos?
R. No me parece mal que las empresas hagan aportaciones, lo que me parece mal es que no est¨¦ regulado. Deber¨ªa reformularse de qu¨¦ manera se hace y hasta qu¨¦ cantidad.
P. ?Cree que la econom¨ªa sumergida forma parte de la idiosincrasia de la sociedad espa?ola?
R. S¨ª, no hay duda de que existe un mercado negro no regulado. Del mismo modo, no creo que la financiaci¨®n ilegal de los partidos sea un reflejo de nuestra sociedad, no creo que una cosa se relacione con la otra.
P. ?C¨®mo se combate la econom¨ªa sumergida?
R. Simplemente aplicando las normas. Creo que las regulaciones de la Agencia Tributaria no se emplean de la forma en que debieran. Teniendo en cuenta que tienen una fuente muy importante de datos. Sencillamente lo que se tiene que hacer es trabajar de forma institucional y conjunta, que encuentren sinergias para llegar a objetivos comunes, y que se empiecen a cruzar datos.
P. ?Qu¨¦ debemos aprender de otros pa¨ªses m¨¢s avanzados en la regulaci¨®n del derecho de acceso a la informaci¨®n?
R. No s¨¦ si est¨¢n m¨¢s avanzados. Podr¨ªamos hablar de pa¨ªses democr¨¢ticos en los que cualquier ciudadano puede acceder a informaci¨®n p¨²blica. Lo que aqu¨ª ocurre es que hay que rebuscar para encontrar la informaci¨®n, aunque sea p¨²blica. Las instituciones deben dejar de tener una pol¨ªtica individual con respecto a la informaci¨®n, deber¨ªa de estar regulada de forma homog¨¦nea.
P. ?Qu¨¦ informaci¨®n p¨²blica es m¨¢s dif¨ªcil de conseguir?
R. Cuesta mucho encontrar la estad¨ªstica policial. Al estudioso de esa materia le resulta muy dif¨ªcil trabajar con esa informaci¨®n.
P. ?La complicaci¨®n surge por los plazos o porque le niegan los datos?
R. Los datos est¨¢n, pero los publican previamente analizados. De nada nos sirve tener datos de porcentajes, lo que necesitamos es tener acceso a los datos puros que maneja el Ministerio del Interior. B¨¢sicamente lo que hacen los cient¨ªficos sociales es proponer pol¨ªticas p¨²blicas para la reducci¨®n de ciertos delitos. Si no se tienen esos datos, no se puede trabajar.
P. ?Qu¨¦ opina de la amnist¨ªa fiscal que aprob¨® el Gobierno?
R. Una tomadura de pelo. Si realmente lo que queremos es gravar a la gente con recursos, me parece ir¨®nico y antag¨®nico que se permita que regrese el capital sin preguntas. No es una pol¨ªtica que yo apruebe.
P. Como experta en delitos econ¨®micos, ?a qu¨¦ le huele que B¨¢rcenas tenga 22 millones de euros en Suiza?
R. A que han fallado todos los controles. Si una persona com¨²n, que empieza a trabajar para un partido y en 20 a?os acumula una cantidad de millones as¨ª, me pita la sirena roja inmediatamente. Como profesional de la delincuencia econ¨®mica ser¨ªa uno de los casos que no dejar¨ªa pasar.
P. ?Por qu¨¦ cree que se ha producido ese descontento con la clase pol¨ªtica?
R. Porque la clase pol¨ªtica ha dado muestras de su total falta de legitimidad. Con estos acontecimientos, lo realmente grave no es que se pierda la confianza en la clase pol¨ªtica, sino en las instituciones y en el Gobierno.
P. ?Qu¨¦ se puede hacer para conseguir una reconciliaci¨®n?
R. Tomar el toro por los cuernos, hacer una reforma verdaderamente profunda y no salir del paso sacrificando una o dos personas. Creo que es una oportunidad incre¨ªble para tomar una posici¨®n de liderazgo. Y que no afecte solo a la clase pol¨ªtica. Estamos hablando tambi¨¦n de la influencia pol¨ªtica que tiene la judicatura, la falta de profesionalidad que tienen algunas instituciones que est¨¢n encaminadas a velar por la buena regulaci¨®n de las normas (...) Lo que no parece haber es alg¨²n tipo de coste, es decir, costes morales o penales para los corruptos.
P. ?Sigue existiendo riesgo de detecci¨®n de crimen organizado en municipios?
R. Claro que hay peligro, obviamente. El tejido social, pol¨ªtico, administrativo y sobre todo, el empresarial, le da la bienvenida a quien venga con dinero contante y sonante. Ahora, eso puede venir de la mafia rusa o de cualquiera. Hay casos, como el que investigu¨¦ en Ronda relacionado con la finca Los Merinos, en los que se allanan todo tipo de obst¨¢culos administrativos para que venga la gente a invertir. Tenemos la obligaci¨®n de conocer la reputaci¨®n de las personas que est¨¢n detr¨¢s del capital y cu¨¢l es el origen del mismo.
P. ?C¨®mo se puede luchar contra estas situaciones?
R. Es una buena cuesti¨®n, porque los principales actores son precisamente la clase pol¨ªtica. Yo he tenido una buena experiencia por parte de la ciudadan¨ªa en Ronda, de gente que lucha hasta que consigue que esto se pare. Tampoco quiero delegarles esa responsabilidad, pero s¨ª creo que la sociedad puede conseguir que ciertas actuaciones no salgan adelante.
Las trabas de los delitos econ¨®micos
- Una de las primeras dificultades que Alejandra G¨®mez C¨¦spedes encontr¨® cuando comenz¨® a investigar delitos econ¨®micos en la Costa del Sol en 2001 fue que la gente no cre¨ªa que el crecimiento econ¨®mico feroz fuera un problema."Para ellos eso era desarrollo, incorporarse a la Europa de aquel tiempo, la de los 15. Fue muy dif¨ªcil persuadirles a todos los niveles", comenta la investigadora.
- La falta de datos oficiales tambi¨¦n se cruz¨® en su camino. "Cost¨® mucho tiempo producirla para despu¨¦s trabajar con ella".
- Finalmente, lleg¨® el problema de financiaci¨®n: "En el ¨¢rea de ciencias sociales, en especial en la criminolog¨ªa, y dentro de ella, en la investigaci¨®n en delitos econ¨®micos somos los ¨²ltimos de la cola".
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