La noche solar de Pr¨®spero
Maurice Durozier ofrece una lecci¨®n de amor al teatro en su apasionante conferencia espect¨¢culo ¡®Palabra de actor¡¯
La Barraca, compa?¨ªa que divulg¨® nuestros cl¨¢sicos por pueblos rec¨®nditos, figura en el imaginario colectivo porque fue una iniciativa institucional encabezada por Garc¨ªa Lorca, paro nadie se acuerda de las decenas de teatros ambulantes que hicieron una labor equivalente, por vocaci¨®n y para ganarse el pan. En Br?leur de planches, Maurice Durozier dramatiz¨® la historia de sus ancestros: cinco generaciones de c¨®micos ambulantes que entre 1830 y 1963 peinaron Francia con sus teatros port¨¢tiles. En Palabra de actor, apasionante conferencia espect¨¢culo ofrecida anoche, Durozier habla de su vocaci¨®n y de la poderosa realidad paralela que el actor es capaz de crear.
PALABRA DE ACTOR
Autor e int¨¦rprete: Maurice Durozier. Teatro del Instituto Franc¨¦s. 21 de febrero
¡¤¡±El actor puede ser laico, pero el teatro es metaf¨ªsico. La Iglesia cat¨®lica excomulgaba a los c¨®micos. ?Porqu¨¦ mis abuelos fueron enterrados como perros?¡±, se pregunta. La respuesta est¨¢ en el acta de defunci¨®n de Henri Clavel, que en 1756 fue enterrado en sagrado tras jurar ante notario que su profesi¨®n es indigna de un cristiano, y que si Dios le devolv¨ªa la salud renunciar¨ªa a ejercerla. ¡°Hubo de apostatar de su oficio, como si de una religi¨®n se tratara. Para la Iglesia, solo Dios puede encarnarse. Que un personaje se encarne en el cuerpo del actor es tab¨²¡±, observa Durozier, enlutado, con la melena y la barba canas, cual Pr¨®spero surgiendo de la pluma de Shakespeare, consciente del poder de su magia.
¡°El Islam lo proh¨ªbe, pero el teatro es mucho m¨¢s antiguo que todos los monote¨ªsmos¡±. Durante su lecci¨®n de amor con may¨²sculas, Durozier pasa r¨¢pida revista a sus 33 a?os de trabajo en el Th¨¦?tre du Soleil, fascinante compa?¨ªa comandada por Ariane Mnouchkine. ¡°Sabes que eres actor la primera vez que el personaje te posee, y es el director qui¨¦n te ayuda a subir ese ¨²ltimo escal¨®n al cielo. En un taller con Ariane, me calc¨¦ la m¨¢scara de Pulcinella, pero parec¨ªa un vendedor de verduras, hasta que el personaje que habita en su interior, como el genio habita la l¨¢mpara, acept¨® que lo liberara¡±, cuenta, antes de revivir aquel momento m¨¢gico. Vuela el tiempo, Durozier cabalga. ¡°En un descanso de Norodom Sihanuk, espect¨¢culo de 12 horas, me fue imposible echar mi firma en un documento. No supe, hasta que me desmaquill¨¦. El tiempo durante el que est¨¢s actuando, rompe el curso de tu propia vida: no corre para ti. Es tiempo ganado¡±.
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