Message in a bottle
Un experimento literario llega de A Coru?a a Galway en una botella
Los mensajes arrojados en una botella, adem¨¢s de una canci¨®n de The Police y una editorial que fund¨® Luis Seoane en Buenos Aires, tienen una larga tradici¨®n como mensajes de ¨²ltimo recurso. Lo utiliz¨® un pescador aficionado de Miami Beach, Martin Douglas, al que se dio por desaparecido en aguas de Florida en 1956 y del que se tuvo noticia un a?o despu¨¦s, cuando apareci¨® en una playa australiana una botella que se hab¨ªa dado ma?a para doblar el estrecho de Magallanes. Conten¨ªa un mensaje para Mrs. Alice Douglas, la esposa del desaparecido: ¡°No dudo que est¨¢s esperando saber qu¨¦ ha sido de mi. Me he hundido en las aguas debido a un problema mec¨¢nico¡±. O el m¨¢s dram¨¢tico -¡°Nuestra hora final ha llegado¡±- que se encontr¨® dos meses despu¨¦s en una playa alemana, firmado por el capit¨¢n Odo Loewe, comandante de un zepel¨ªn alem¨¢n que se perdi¨® en la niebla del Canal de la Mancha en 1916, de regreso tras bombardear Londres.
Pero los mensajes embotellados que salieron el pasado 2 de enero de A Coru?a no ten¨ªan ese car¨¢cter tr¨¢gico. Hab¨ªan sido elaborados por el colectivo literario In Nave Civitas (La ciudad en la nave, o la ciudad-nave), que dirige el escritor y m¨²sico Xurxo Souto. ¡°En la l¨ªnea de reivindicar el nombre tradicional de las piedras y lugares de la Torre de H¨¦rcules, cada uno cogi¨® uno y le dedic¨® un poema, una narraci¨®n o un dibujo, y los metimos en botellas¡±. O Grelle, una peque?a cala antes de la playa de Os Mouros, le toc¨® a Xurxo Gago, un marino retirado (fue el que alert¨® de la aver¨ªa en la fragata Extremadura, y el que, a pesar de las presiones de sus superiores, denunci¨® las negligencias que costaron dos vidas).
En la botella iba su poema ¨C ¡°Baixo o ceo do atl¨¢ntico/un pequeno recuncho resgardado/tralos meix¨®ns do Gancho/O Grelle, co seu areal dourado¡¡±- y su direcci¨®n de correo electr¨®nico. Un patr¨®n de pesca que participa en el colectivo se encarg¨® de que un marinero que iba al Gran Sol arrojara unas cuantas en mar abierto. Era el 2 de enero ¡°y no quedamos muy contentos, porque las condiciones de viento y corrientes no eran muy favorables¡±, dice Gago. Pero ayer lunes a media ma?ana ya ten¨ªa en su correo electr¨®nico un mail con asunto ¡°Message in a bottle¡±, un texto encabezado con un ¡°ola¡± (sin h, como en gallego) en que indicaba al destinatario que hab¨ªa encontrado la botella el s¨¢bado 23 de febrero en Galway, Irlanda, firmado sucintamente ¡°Colm¡±, acompa?ado de una foto del hallazgo sobre una playa pedregosa.
Xurxo Gago averigu¨®, adem¨¢s de un mont¨®n de an¨¦cdotas sobre botellas al mar, que Colm era responsable de cuentas de una agencia de dise?o y le contest¨® inform¨¢ndole sobre el origen geogr¨¢fico y literario de la botella. Todav¨ªa no ha tenido respuesta. El que conf¨ªa en que m¨¢s botellas lleguen a su destino es Xurxo Souto. ¡°Si esa botella fue capaz de sortear las islas de Ar¨¢n, que guardan la bah¨ªa de Galway, en el mar que nuestros marineros llamaban ¡°a cona da vella¡±, quiz¨¢ otras podr¨¢n repetir tambi¨¦n las traves¨ªas que hicieron de nuestros antepasados¡±.
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