En la cocina (in¨¦dita) de Roberto Bola?o
Una muestra en el CCCB explora por vez primera en el archivo del escritor chileno, del que extrae m¨¢s de 230 originales, entre ellos cuatro novelas y diversos relatos y poemas no publicados
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La noticia est¨¢ recortada con los dedos: ¡°Un poeta chileno ha sido muerto de hambre por su mujer¡±. La otra nota del peri¨®dico, igual: ¡°Seis ni?os atraviesan el desierto en busca de cari?o y de f¨²tbol¡±. En la libreta peque?a junto al papel amarillento del diario hay apenas un apunte sobre las noticias; unas p¨¢ginas despu¨¦s, una breve narraci¨®n engarzando aspectos de ambas; al lado de eso, ya un manuscrito, con una letra envidiablemente cartesiana y clara: ¡°Ahora abro la ventana, qu¨¦ luna, detr¨¢s de m¨ª, acuchillados y silenciosos, est¨¢n Charles Bronson, Ernesto, Ramon y los dos peque?os¡±. As¨ª arranca el manuscrito del relato-nouvelle in¨¦dito Las alamedas luminosas, historia de Julio Arriagada, poeta y exministro, secuestrado en casa por su mujer, al que se le han cruzado (o tarde o temprano lo har¨¢n) unos ni?os huidos por Antofagasta¡
Ah¨ª est¨¢, desnuda, la g¨¦nesis de un texto in¨¦dito del escritor chileno Roberto Bola?o, de entre 1979 y 1980. Es s¨®lo una de las m¨²ltiples perlas de su archivo en el que entre las 14.374 p¨¢ginas del apartado de originales se incluyen 26 cuentos nunca publicados, cuatro novelas tambi¨¦n in¨¦ditas como lo son un sinf¨ªn de poes¨ªas, borradores, m¨¢s de 1.000 cartas recibidas, escritos de vida¡ Fragmentos de esas novelas a¨²n no impresas, diversos relatos y poemas que tampoco han visto a¨²n la luz y que ni a¨²n ha podido ver ni su agente, el temible Andrew Wylie, son el gran atractivo de los 230 originales que hay en la muestra Archivo Bola?o. 1977-2003, que hasta el 30 de junio puede contemplarse en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona (CCCB).
La exposici¨®n permite husmear por encima del hombro de Bola?o, pasearse por la trastienda del autor fallecido hace ahora 10 a?os, de moverse en su laboratorio y contemplar lo que s¨®lo vieron su ojos. Porque hay bastantes muestras de in¨¦ditos: como la novela El esp¨ªritu de la ciencia-ficci¨®n, de los g¨¦neros predilectos de Bola?o, y en cuyas tres libretas de espiral narra la historia de un periodista y un escritor del g¨¦nero investigando unas extra?as estad¨ªsticas sobre poes¨ªa, en una historia que intercala cartas a escritores reales de ciencia-ficci¨®n; o la tambi¨¦n novela D.F. La Paloma. Tobruk, que muestra la gran obsesi¨®n de bola?o por ser feliz¡ si puede escribir; o el relato El esp¨ªritu de Rudolf Amand Philippi, donde un profesor de arte dram¨¢tico ve como los alumnos a los que adoctrina sobre Martha Graham se apuntan por las noches a manifestaciones sandinistas¡
Pero son obras que tardar¨¢n en ver la luz. ¡°Son originales que hay que trabajar y estudiar mucho m¨¢s; no tengo intenci¨®n de publicar ning¨²n in¨¦dito m¨¢s hasta que se analicen bien y, por otro lado, hasta que las traducciones de las obras anteriores de Roberto no se consoliden¡±, apunta Carolina L¨®pez, viuda de un escritor traducida a 37 lenguas y cuyo t¨ªtulo estrella, 2666, da nombre desde hace poco a una librer¨ªa de Pek¨ªn, donde ya es escritor de culto. La mayor¨ªa no est¨¢ fechado, por lo que la cronolog¨ªa creativa del cat¨¢logo de la muestra es clave. Pero L¨®pez no quiere un experto espec¨ªfico para el archivo. ¡°Cada proyecto tendr¨¢ su especialista adecuado¡±.
La muestra expone una ¨ªnfima parte de un fondo que cuenta con 14.374 p¨¢ginas del apartado de originales, que incluyen 26 cuentos in¨¦ditos, cuatro novelas, poes¨ªas, borradores, m¨¢s de 1.000 cartas recibidas¡
Bola?istas y bola?¨®logos (m¨¢s ¨¦stos) disfrutar¨¢n de lo lindo. La muestra, comisariada por Val¨¦rie Miles y Juan Insua, ofrece esos 230 originales, as¨ª como un centenar de fotograf¨ªas, otros tantos libros, ocho audiovisuales y un archivo digital con casi todas las entrevistas de las 167 que le hicieron y que ¨¦l conservaba. ¡°Lo guardaba todo: he encontrado hasta una servilleta de papel de estas de bar de M¨¦xico; c¨®mo un papel as¨ª de 1975 resisti¨® hasta Blanes en 2006 lo dice todo¡±, ilustra L¨®pez, que ese a?o empez¨® a trabajar en ese gran archivo, donde ha localizado tambi¨¦n 84 libretas y 15 cuadernos-libros (seis in¨¦ditos) montados por ella y el propio Bola?o para presentarse a galardones.
De todo un poco de eso hay en esta ¡°primera exploraci¨®n a un archivo que muestra el origen de personajes y obsesiones, la tremenda productividad de Bola?o y c¨®mo se enfrent¨® a un canon bien heterodoxo; por suerte, lo hizo todo con una alta legibilidad caligr¨¢fica¡±, apunta Insua. Eso se aprecia ya en el material del primero de los tres apartados que conforman la muestra, que corresponden a cada uno de las ciudades y los procesos creativos que vivi¨® en Catalu?a desde su llegada en 1977, con apenas 24 a?os, procedente de M¨¦xico.
En Barcelona (La universidad desconocida, 1977-1980) se tratar¨¢ de leer y escribir, perseverar y volver a leer y a escribir, en un bucle sin fin. ¡°Desde que llega a Espa?a quiere aprender a hacer novela, lo tiene en la cabeza¡±, perfila Miles. Vive en precario en un piso lamentable de la calle Tallers: ¡°el cagadero en el pasillo compartido con otros dos pisos sin ducha¡¡±, lo describe en una libretita, que comparte vitrina con las tres, m¨¢s grandes, tituladas Diario de vida, ejercicios de 1979 y cuyo primer volumen subtitula: ¡°Notas de vigilante nocturno del camping Estrella de Mar¡±, labor que ejerci¨® tal que as¨ª. Est¨¢ tambi¨¦n un ejemplar de Algunos poetas en Barcelona, publicado por esos a?os por La cloaca, editorial de mal nombre pero en cuya entrada conocer¨¢ a uno de sus amigos m¨¢s ¨ªntimos en Barcelona., Antonio G. Porta, de quien puede leerse una carta que acompa?a un relato suyo sobre el que pide a Bola?o opini¨®n.
En medio de infinitos ¡°ejercicios de estilo, al modo de los de Raymond Queneau¡±, compara Miles, ese apartado ofrece tambi¨¦n los originales in¨¦ditos del relato Tres minutos antes de la aparici¨®n del gato (referencia al felino cortaziano de Rayuela) y la nouvelle La virgen de Barcelona, relato autobiogr¨¢fico donde ya se aprecian los cambios de punto de vista, la fragmentaci¨®n, la m¨ªtica influencia de Arcimboldo¡
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Tras esa obra, ya est¨¢, pues, en ¡°condiciones de trabar y desarrollar las estructuras de sus grandes obras¡±, explica Miles sobre el apartado de Girona (Dentro del caleidoscopio, 1980-1984). Aislado, Bola?o escribe e intenta que se publiquen sus primeros t¨ªtulos, por lo que se presentar¨¢ a un sinf¨ªn de ¡°premios b¨²falo que un piel roja ten¨ªa que salir a cazar pues en ello le iba la vida¡±, escribir¨¢ sobre ese periodo. Junto a otros recortes alucinantes (un viejo chino de 142 a?os y en bicicleta; los portentosos ojos de un ni?o tambi¨¦n chino que parece ver a trav¨¦s de objetos opacos y que dar¨¢n pie al relato El contorno del ojo), una vitrina recoge los tubos de ensayo de m¨¢s novelas in¨¦ditas como Diorama, de 1984 (donde ofrecen aun chileno sin papeles un trabajo de operador y vigilante nocturno en una sala de cine barcelonesa).
El tercer apartado, el de Blanes (El visitante del futuro: 1985-2003) refleja c¨®mo en la localidad gerundense van reduci¨¦ndose los innumerables trabajos extraliterarios y se nota, para regocijo del mit¨®mano: se pone estudio (en la calle del Lloro); deja la vieja m¨¢quina de escribir y coge otra el¨¦ctrica y salta al ordenador (ambas piezas pueden verse en la muestra) y acabaran saliendo productos como la endemoniada, por inacabada, Los sinsabores del verdadero polic¨ªa o la capital 2666, cuya elaboraci¨®n permite ver libretas, y notas y esquemas, como el de la misma novela (con un ¡°centro oculto¡±, seg¨²n sus dibujos, a los que era aficionado y con los que juega la exposici¨®n). Entre sus tres gafas, juegos de guerra de mesa e im¨¢genes con sus amigos Javier Cercas y Enrique Vila-Matas, hay hasta listados de libros clave en su vida (La sinagoga de los iconoclastas, de Roberto Wilcock, es uno) e infinitud de poemas in¨¦ditos en cualquier soporte; entre ellos, en un libreta grande de espiral, un autorretrato de marzo de 1993, donde dice que lee y escribe ¡°En una vano intento de que el Tiempo/ no me devore/ Soy un pasajero ilegal en este autob¨²s del Infierno¡±.
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