?Qu¨¦ pasa con las Atarazanas?
Cuatro arquitectos sevillanos califican de ¡°error¡± el traslado del Caixaf¨®rum a la Torre Pelli Los profesionales apuestan por la rehabilitaci¨®n de los astilleros y su futuro uso cultural
Sus imponentes pilares y arcadas mud¨¦jares encierran siglos de historia ba?ados por el Guadalquivir. Sus naves de f¨¢brica de ladrillo son testigos mudos de c¨®mo el paso del tiempo ha ido transformando este espacio en funci¨®n de las necesidades de la ciudad. Una evoluci¨®n que, m¨¢s de siete siglos despu¨¦s de su construcci¨®n, a¨²n no ha terminado.
Hace un par de meses, las Reales Atarazanas de Sevilla despertaban del sue?o de convertirse en un Caixaf¨®rum: la obra social de la entidad bancaria decid¨ªa trasladar el proyecto a la pol¨¦mica Torre Pelli ¡ªtras absorber Banca C¨ªvica, su anterior propietaria¡ª y romper el acuerdo con la Junta de Andaluc¨ªa. Se quedaba as¨ª en el aire el dise?o realizado por el arquitecto sevillano Guillermo V¨¢zquez Consuegra, ganador de un concurso internacional de ideas convocado por La Caixa, y a quien a¨²n no han comunicado el destino de su trabajo. Administraci¨®n auton¨®mica y entidad bancaria hacen ahora las paces con una nueva promesa: La Caixa invertir¨¢ 10 millones de euros para transformar el monumento en un espacio cultural ¡°a¨²n por definir¡±. Pero ?hacia d¨®nde deber¨ªa orientarse este magn¨ªfico edificio mandado construir por Alfonso X El Sabio?
¡°Hay que tener en cuenta que las Atarazanas fueron concebidas para usos hoy ya imposibles como astilleros o almac¨¦n de artiller¨ªa. Eso s¨ª, no habr¨ªa que tener miedo de destinar este tipo de edificios a otras funciones, como las de almac¨¦n o, incluso, en este caso, de mercado. A¨²n as¨ª, creo que orientarlas a un uso cultural es lo m¨¢s acertado¡±, asegura el arquitecto sevillano Antonio Cruz, uno de los socios del estudio Cruz y Ortiz. ¡°El problema es que Sevilla tiene un exceso de este tipo de edificios, inmuebles que se est¨¢n recuperando como espacios expositivos, v¨¦ase el convento de Santa Clara. Habr¨ªa que preguntarse si tiene capacidad para absorberlos¡±, a?ade.
Sevilla tiene un exceso de inmuebles que se est¨¢n recuperando como espacios expositivos Antonio Cruz Villal¨®n, arquitecto
Como espacio cultural, el arquitecto Juan Ruesga asegura que las Atarazanas se integrar¨ªan ¡°perfectamente¡± en el circuito de la capital y que ayudar¨ªan a enlazar el Real Alc¨¢zar y el Archivo de Indias con la orilla del r¨ªo, una opini¨®n que comparte con su colega Francisco Torres. ¡°Las dimensiones de este espacio son id¨®neas para acoger algunas de las manifestaciones del arte contempor¨¢neo, podr¨ªa funcionar como un espacio complementario al Centro Andaluz de Arte Contempor¨¢neo¡±, afirma Torres, quien se?ala que lo fundamental para las futuras Atarazanas radica en su contenido. ¡°Se trata de un edificio que aporta un espacio y una luz determinada, pero carece de m¨¢s elementos. Es por eso que se debe apostar por un contenido vivo, que atraiga al p¨²blico¡±, a?ade.
Ruesga se inclina por darle a este espacio m¨¢s de una funci¨®n. ¡°Si encuentran un ¨²nico uso que sepa aprovechar la riqueza del inmueble, bienvenido sea. Pero yo apostar¨ªa por dotarlo de varios, incluso que no se olviden de las Atarazanas en s¨ª como monumento que se puede visitar¡±, afirma Ruesga, quien, junto a Torres, mantiene que es necesario que la evoluci¨®n de este proyecto se abra a la sociedad, tal y como solicitaron este jueves los propios vecinos del barrio de El Arenal, donde est¨¢ ubicado este espacio.
Los arquitectos consultados para este reportaje aseguran que la rehabilitaci¨®n del inmueble se debe realizar en funci¨®n del uso al que se va a destinar. Como regla primordial: respetar y conservar el edificio. ¡°No hay que tener miedo a la intervenci¨®n, siempre con unos criterios y sabiendo d¨®nde est¨¢n los l¨ªmites. Cuando se tomaron parte de sus naves para la construcci¨®n del Hospital de la Caridad se suprimieron algunas arcadas, por ejemplo. Hoy en d¨ªa existe mucha m¨¢s sensibilidad por respetar el patrimonio hist¨®rico pero, a¨²n as¨ª, se puede actuar bajo criterios contempor¨¢neos. Se podr¨ªa apostar por una intervenci¨®n reversible¡±, se?ala Torres. ¡°Hay espacios que se deber¨ªan potenciar abriendo las naves medievales a la calle¡±, apunta Ruesga, idea que ya recog¨ªa el proyecto de V¨¢zquez Consuegra.
En cuanto a la inversi¨®n anunciada por La Caixa ¡ªa los 10 millones de euros se sumar¨¢n 200.000 al a?o por un tiempo indefinido¡ª, Torres asegura que la dotaci¨®n anual es ¡°m¨ªnima¡± y que solo cubrir¨¢ los gastos de vigilancia y mantenimiento, opini¨®n compartida por el tambi¨¦n arquitecto Antonio Gonz¨¢lez Cord¨®n, quien no descarta que la rehabilitaci¨®n se pudiera realizar por fases. Estos expertos coinciden en se?alar que de rescatarse el proyecto de V¨¢zquez Consuegra ¡ªcon una inversi¨®n de 25 millones¡ª se deber¨ªa realizar ¨ªntegramente o revisarlo. ¡°Hacerlo a medias ser¨ªa un error, es como si vas al sastre y cuando ya tiene el traje hecho le pides que te quite una manga porque no tienes dinero suficiente¡±, ejemplifica Torres.
Por unanimidad, los entrevistados creen que el traslado del Caixaf¨®rum a la Torre Pelli supone ¡°rebajar de categor¨ªa¡± el futuro espacio cultural. ¡°La nueva ubicaci¨®n no cumple con los requisitos que imperan en los centros que La Caixa tiene en Espa?a y que s¨ª reun¨ªa las Atarazanas: ser un edificio noble y estar bien situado. Eso s¨ª, mejor tenerlo que no tenerlo¡±, apunta Ruesga.
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