Del taller de costura a la mina
La explotaci¨®n de oro de Corcoesto, a¨²n sin licencia de la Xunta, selecciona personal
¡°No s¨¦ si contarte lo que cobraba en el taller de costura porque te caer¨ªas redonda en la acera¡±, contesta una de las chicas que aguardan, ateridas, en la ventosa avenida de Coristanco, donde la compa?¨ªa canadiense que busca oro abri¨® la semana pasada una oficina de selecci¨®n de personal. Edgewater Exploration y su brazo galaico, Mineira de Corcoesto, han superado (en medio de la pol¨¦mica, pol¨ªtica y ecol¨®gica) el tr¨¢mite ambiental, pero todav¨ªa no tienen la licencia definitiva de Industria para empezar a explotar una mina de oro en la zona.
Pese a ello, la empresa, que a¨²n no puede expropiar, reconoce que ha cerrado ya un preacuerdo de compraventa con due?os del monte, y se ha puesto a buscar trabajadores. Los contrarios a la explotaci¨®n entienden que, una vez ganados los gobernantes locales y auton¨®micos (todos del PP), el fin de la minera que cotiza en Toronto es ¡°comprar voluntades en el pueblo¡± y revestir de oro la alerta de los grupos ambientales, que han hecho de este caso un s¨ªmbolo de su lucha.
El oro aparece asociado a rocas con alta proporci¨®n de ars¨¦nico. Al dinaminar y triturar la piedra, el veneno se libera y, para lograr extraer de la molienda el metal precioso que m¨¢s se resiste, en este caso est¨¢ previsto recurrir a la t¨¦cnica del lavado con cianuro. Pero Edgewater promete 271 contratos, el 80% para personas sin preparaci¨®n espec¨ªfica que en los meses venideros recibir¨¢n formaci¨®n. La multinacional asegura que primar¨¢ a los vecinos y, si antes de abrir oficina de selecci¨®n (en sociedad con Adecco) ya hab¨ªa recibido 1.400 curr¨ªculos de toda Espa?a, el d¨ªa del estreno, en Coristanco, soportaron a la cola el viento g¨¦lido que soplaba de Fisterra tantas personas como empleos directos se anuncian.
Al final, la chica que tirita se anima a contar que el due?o del taller que cos¨ªa para Zara le pagaba ¡°200 euros al mes por trabajar nueve horas al d¨ªa¡±, incluidos muchos s¨¢bados. Cuando le anunci¨® que se iba, el hombre le ofreci¨® 50 euros m¨¢s, pero igualmente agarr¨® la puerta y se fue a otro taller de los muchos que en esta comarca coru?esa, Berganti?os, surgieron a los pies del castillo Inditex. Era uno de plancha. Infinitamente mejor porque pagaba 700 euros. Lo malo es que el imperio de Amancio Ortega hall¨® mano de obra todav¨ªa m¨¢s rentable lejos, lejos de Galicia y los talleres de confecci¨®n acabaron cerrando. A buena parte de las mujeres de la zona les pas¨® eso. Los hombres quedaron aplastados al desmoronarse la fantas¨ªa del ladrillo.
La agente de empleo del Ayuntamiento de Cabana, el que guarda en sus entra?as el codiciado oro de los bosques de Corcoesto, cifra el paro comarcal en un 26%. Antonio Pensado, alcalde de Coristanco, municipio lim¨ªtrofe que se ver¨¢ afectado por las balsas de lixiviaci¨®n y decantaci¨®n y por la escombrera de la mina, afirma que el desempleo ¡°supera ya el 27%¡±. Los que todav¨ªa lo conservan, en especial los productores de la c¨¦lebre patata, temen que la mina acabe con la fama de su tub¨¦rculo. Dos pueblos de agricultores, Cereo y Valenza, se oponen de lleno ante el riesgo de perder los manantiales.
Esperando entrar en la oficina, que ir¨¢ ambulando por la comarca, hay parejas sin ingresos, pero uno de los tres ge¨®logos de la minera que aclaran las dudas de los aspirantes se enfada cuando oye que el hambre verdadera puede llegar a anular cualquier atisbo de conciencia ecol¨®gica en el ser humano. ¡°La gente no traga con todo por el hecho de querer comer. Aqu¨ª se va a respetar la normativa. Inversores de todo el mundo vigilan que esto se haga bien¡±, protesta, y luego saca un dossier con gr¨¢ficos, dibujos de prados en verde y azul y buc¨®licas fotos de una mina de oro asturiana restaurada con frutales y caballos de pelo marr¨®n rojizo.
Hay quien ha presentado el curr¨ªculo ya en tres sitios, en el consistorio, en la minera y en Adecco. Hay, tambi¨¦n, quien prueba suerte al mismo tiempo en Asturias, donde se tramita, con m¨¢s escollos y la negativa del alcalde, la aur¨ªfera de Tapia de Casariego.
En los ¨²ltimos meses, surgieron cinco colectivos contrarios a la mina y en febrero se organiz¨® el primero a favor. Las carreteras de los tres municipios que de una u otra manera tocar¨¢ la explotaci¨®n (Coristanco, Cabana y Ponteceso) est¨¢n decoradas con carteles que hablan de cianuro. Los que auguran ¡°trabajo¡±, ¡°futuro¡± y ¡°formaci¨®n¡± se vieron en una manifestaci¨®n reciente, cuando arribaron al lugar autobuses de Asturias para manifestarse en Coristanco. Las pancartas eran prestadas, se notaba porque estaban en castellano y en Galicia se tiende a reivindicar en gallego. La hemeroteca confirm¨® que eran exactamente las de una manifestaci¨®n que hubo en Tapia y surgi¨® la en¨¦sima causa de enfrentamiento.
Tanto los que quieren la mina como los que no denuncian presiones, insultos, amenazas y miedo. La guerra se libra, sobre todo, en las redes sociales, y en la calle, de momento, ¡°se disimula¡±, asegura Vicky Varela, portavoz de Corcoesto S¨ª, Mina S¨ª. ¡°Soy viuda, qued¨¦ en paro, a mi hijo ya no le puedo comprar lo que necesita¡±, argumenta: ¡°Hay un riesgo, vale, pero ?qu¨¦ quieren?, ?que se queden los ¨¢rboles y emigremos todos?¡±.
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