?ltimo concierto de L¨®pez Cobos con la Sinf¨®nica
El director zamorano confeccion¨® un programa con 'Blumine', de Mahler, y m¨²sica in¨¦dita en los atriles de la orquesta compuesta por Korngold y Goldmark
Jes¨²s L¨®pez Cobos, con el discurso musical siempre coherente que le caracteriza, ha obtenido un gran ¨¦xito en el ¨²ltimo concierto que el director principal invitado de la Orquesta Sinf¨®nica de Galicia dirig¨ªa a la orquesta gallega esta temporada. Siguiendo su costumbre, L¨®pez Cobos hizo una acertada presentaci¨®n oral del concierto, cuyo programa, de singular coherencia hist¨®rico-est¨¦tica, estaba formado por Blumine, de Gustav Mahler, y dos obras in¨¦ditas en los atriles de la Sinf¨®nica: el Concierto para viol¨ªn de Erich Wolfgang Korngold y L?ndliche Hochzeit (Boda r¨²stica), un h¨ªbrido de sinfon¨ªa y poema sinf¨®nico de Karl Goldmark.
La coherencia del programa tuvo su correspondencia en la interpretaci¨®n de L¨®pez Cobos al frente de la OSG. Blumine tuvo el aire transparente y la luz de un amanecer de oto?o despu¨¦s de una noche de lluvia. Fueron notables por su expresi¨®n los l¨ªmpidos solos de trompeta de Thomas Purdie.
El Concierto para viol¨ªn es una obra muy representativa de la gran inspiraci¨®n y excelente oficio caracter¨ªsticos de Korngold. Alina Pinchas hizo una hermosa versi¨®n, con una afinaci¨®n perfecta y un sentimiento muy adecuado a la obra, siendo muy de destacar el canto del instrumento en el Romance central y, en el Allegro assaai vivace, la precisi¨®n de ataques y el dinamismo, lirismo y un cierto humor final con que lo interpret¨®.
Solo desluci¨® algo su trabajo un sonido algo estrecho, especialmente en los pasajes en piano, quiz¨¢s en un esfuerzo por asegurar timbre y afinaci¨®n. La parte de la orquesta, con un sonido espl¨¦ndido de la OSG, mostr¨®, especialmente en el Finale, el poder¨ªo de Korngold, el porqu¨¦ de sus ¨¦xitos en el cine y de la escuela que cre¨® en este ¨¢mbito.
La obra de Goldmark fue para muchos, incluidos algunos de los que solo la conoc¨ªan por alguna grabaci¨®n, un verdadero descubrimiento. Porque la obra, en manos de los m¨²sicos de la Orquesta Sinf¨®nica de Galicia bajo la batuta de L¨®pez Cobos, adquiere una mayor y m¨¢s aut¨¦ntica dimensi¨®n.
Y as¨ª, la Marcha de bodas inicial suena plena de fuerzas diversas, como pueden serlo los distintos prop¨®sitos de los asistentes al festejo; la Canci¨®n nupcial se llena de buc¨®lico lirismo sin el f¨¢cil recurso a lo acaramelado; la Serenata suena con la adecuada gracia campesina; en In Garten (En el jard¨ªn) asistimos a un elevado idilio y la Danza final se llena de sugerencias visuales apartir de la claridad expositiva con que L¨®pez cobos toca la fuga inicial. Como si diversos grupos de invitados a la boda se fueran incorporando a la celebraci¨®n hasta que alguien los integrara en una ¨²nica coreograf¨ªa de imperante ternura y una fuerza creciente hasta su brillante final.
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