S¨¢nchez-Camacho pide que el director de los Mossos dimita por la trama de esp¨ªas

El caso del espionaje pol¨ªtico en Catalu?a ha generado una crisis pol¨ªtica y ha contribuido a envenenar, a¨²n m¨¢s, las dificil¨ªsimas relaciones entre el Gobierno catal¨¢n y el Partido Popular. Alicia S¨¢nchez-Camacho, l¨ªder del PP catal¨¢n, ha renunciado a que sus escoltas sean mossos y esa labor, desde ayer, la realizan polic¨ªas nacionales. La popular, que fue espiada durante su almuerzo con la exnovia de Jordi Pujol en 2010, justific¨® la medida por su falta de confianza pol¨ªtica con el director de los Mossos d¡¯Esquadra, Manel Prat, de quien pidi¨® su dimisi¨®n.

La popular le acusa de haber interferido en la investigaci¨®n del caso de las escuchas al haberse reunido el d¨ªa 18 de febrero, en su coche oficial, con una periodista poco despu¨¦s de que esta se entrevistara con Francisco Marco, due?o de la agencia de detectives M¨¦todo 3 implicada en el esc¨¢ndalo. Esa misma noche, Marco y otros tres detectives fueron detenidos por la polic¨ªa.

Todos los partidos del arco pol¨ªtico catal¨¢n, incluido Ciutadans, de corte constitucionalista, consideran que el PP ha sobredimensionado el episodio y que lo est¨¢ utilizando para desprestigiar a los Mossos. Pero no es esa la versi¨®n de S¨¢nchez-camacho, que considera el papel de Prat de ¡°grav¨ªsimo¡±, no lo achaca a la casualidad y recuerda que ya es el segundo cargo del Gobierno (el otro es Xavier Martorell, director de Prisiones) que aparece vinculado a M¨¦todo 3. En una alambicada teor¨ªa, S¨¢nchez-Camacho expres¨® su agradecimiento por el trato profesional y personal de los Mossos durante estos cinco a?os. ¡°Pido la destituci¨®n de Prat porque no le tengo confianza y porque ha mentido. Si se va, pedir¨¦ que los Mossos sean de nuevo mi escolta¡±, argument¨® en una decisi¨®n muy criticada ¡ªdesde el democristiano Josep Antoni Duran Lleida a la ecosocialista Laia Ortiz¡ª pasando por el resto de partidos.

La pol¨¦mica estall¨® el s¨¢bado cuando La Vanguardia public¨® que un informe de la polic¨ªa sosten¨ªa que el coche oficial de Prat estaba cerca de la casa de Marco. La revelaci¨®n comport¨® que la delegada del Gobierno en Catalu?a, Mar¨ªa de los Llanos de Luna, pidiera el cambio de escoltas de la popular al consejero de Interior, Ramon Espadaler. La petici¨®n, firmada por la afectada, se realiz¨® el s¨¢bado a las 13.05 y el consejero le respondi¨® dos horas despu¨¦s accediendo a su petici¨®n.

Prat neg¨® las primeras informaciones que le situaban delante de la casa de Marco (Aribau con Proven?a) a trav¨¦s de un lac¨®nico comunicado. Pero ayer, en rueda de prensa, confirm¨® que se vio cerca de la casa de Marco (en la esquina Rambla de Catalunya con Consell de Cent) con la periodista, pero que desconoc¨ªa la reuni¨®n que ella hab¨ªa mantenido solo media hora antes con Marco. ¡°Es surrealista. Hay 17.000 mossos y ?tendr¨ªa que hacer yo ese trabajo?¡±, se interrog¨® para lanzar dos ataques m¨¢s al PP. Primero, que la Secretar¨ªa de Estado de Seguridad pidi¨® el d¨ªa 27 de febrero a la Generalitat el cambio de escoltas. Y, sin dudarlo, espet¨® que S¨¢nchez-Camacho se hab¨ªa dedicado a ¡°mentir¡± por sostener que reclam¨® el cambio de escoltas tras leer la informaci¨®n por la prensa sobre el episodio entre Prat y la periodista.

Fuentes del caso aseguran que la llamada se produjo entre un alto cargo de la Secretar¨ªa de Estado, Diego P¨¦rez de Los Cobos, y un alto mando de la polic¨ªa catalana, de tel¨¦fono fijo a tel¨¦fono fijo. A este se le dijo que hiciese la petici¨®n por los ¡°conductos reglamentarios y m¨¢s pulcros¡±, seg¨²n Prat. El Ministerio del Interior zanj¨® la pol¨¦mica con un ¡°no nos consta¡±, pero sin llegar a negar que la llamada se produjese. La direcci¨®n popular en Catalu?a neg¨® tajantemente cualquier petici¨®n previa de cambio y la ci?¨® al correo enviado al consejero.

No fue ese el ¨²nico cap¨ªtulo de desencuentros entre el mando policial y la popular. Prat acus¨® tambi¨¦n a Camacho de haber sido responsable de un peligroso episodio de ¡°contravigilancia¡± policial. Seg¨²n su versi¨®n, varios polic¨ªas escoltaron a la senadora sin que los Mossos lo supiesen. ¡°?Eso es mentira!¡±, exclam¨® en una multitudinaria rueda de prensa para aclarar el incidente. Seg¨²n su relato, hace unas tres semanas se apostaron delante del colegio de su hijo un grupo de periodistas por lo que aclar¨® que inform¨® del caso a la Delegaci¨®n de Gobierno, que decidi¨® enviar a dos polic¨ªas. La investigaci¨®n por las escuchas ya estaba en marcha. Esa contravigilancia dur¨® dos d¨ªas. Enfrentadas en casi todo, ambas partes coincidieron al menos en algo: el incidente ocurri¨® el 21 y 22 de febrero. Seg¨²n Prat, el comisario jefe de la polic¨ªa, Agust¨ªn Castro, asegur¨® que enviaron a los agentes porque desconoc¨ªan que los Mossos proteg¨ªan tambi¨¦n el ¨¢mbito familiar de la pol¨ªtica.

Prat neg¨® hasta la saciedad que su coche pasase o estuviera aparcado cerca de la casa de Marco. ¡°Ni le conozco¡±, matiz¨®. E incluso neg¨® que tratase el espionaje con la periodista. ¡°Hab¨ªa informaciones tan diferentes, mezcladas, sobre tantos partidos¡­ que al final no hablamos del tema¡±, explic¨® Prat, que defendi¨® la misma versi¨®n que la periodista public¨® ayer en El Peri¨®dico. Los dos ten¨ªan una cita para comer, ella lo olvid¨®, y cuando le llam¨®, Prat ya hab¨ªa comido. Pero acept¨® recogerla de camino a una reuni¨®n y hablar unos 15 minutos. Prat admiti¨® que si hubiera conocido la cita previa con Marco quiz¨¢ la hubiese pospuesto. ¡°?Olv¨ªdense de si la distancia era de un kil¨®metro o no¡±, insisti¨® S¨¢nchez-Camacho. ¡°Lo relevante es que un director policial se re¨²ne con una periodista que antes se ha visto con una persona que luego ser¨ªa detenida. ?Qu¨¦ pasar¨ªa si otros partidos fueran los afectados?¡±, se pregunt¨®.