Un rabino en la disco
Ka'et Ensemble ofrece un espect¨¢culo sin gracia en el teatro La Abad¨ªa
La danza contempor¨¢nea en Israel goza de un nivel alto, de grupos s¨®lidos, de festivales muy organizados y de bailarines de altas prestaciones esc¨¦nicas. Pero estos chicos de Jerusal¨¦n, con su desali?o y su porte r¨ªspido, algunos con un f¨ªsico desconcertante, son la otra cara de la moneda. La distancia geogr¨¢fica entre Tel Aviv y ellos se hace patente y s¨®lida, casi un muro de rechazo m¨¢s que un puente. Juegan a la imposici¨®n y sus preguntas son ociosas en el mundo moderno, te vistas como te vistas y te muevas como te muevas. No hay iron¨ªa, sino un cierto proselitismo.
El movimiento de este grupo de jud¨ªos ortodoxos (su fervor les impide dejar bailar a las mujeres, entre otras perlas) pretende ser org¨¢nico y naturalista, pero es sencillamente pobre. Gracia no tienen ninguna, exhiben una t¨¦cnica deficiente en una serie de vacilantes ensayos, r¨²stica corporalidad m¨¢s cercana a la terapia ocupacional que al arte cor¨¦utico propiamente dicho. ?D¨®nde reclutan a los actuantes? Porque bailarines no son. Su falta de pericia es de un amateurismo que da sonrojo.
Tish
Ka'et Ensemble (Israel). Tish: Avivi Eveguy; Nenyah: Elad Schecheter; Highway N? 1: Tammy & Ronen Izhaki. Teatro de La Abad¨ªa. 13 de marzo.
El programa se divide en tres piezas independientes que pretenden hablar confusamente de ciertos dramas dom¨¦sticos: la separaci¨®n del grupo, las interrogantes acerca de esos rituales trasnochados, una cierta insinuaci¨®n de b¨²squeda de una salida, de ruptura, pero todo queda en nada.
La mezcla de m¨²sica tradicional con elementos electr¨®nicos es r¨²stica y machacona hasta la crueldad. Y es que hay algo cruel en la exposici¨®n. Probablemente estos se?ores son muy desgraciados y ese amargo sabor emerge en el discurso, con cierta retranca y un humor violento.
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