Los ancianos vuelven al hogar
En la Comunidad de Madrid hay un 20% de camas vacantes y residencias cerradas
Los geri¨¢tricos se vac¨ªan. El largo brazo de la crisis se extiende por todas partes. Tambi¨¦n ha llegado a las residencias de la tercera edad, un nicho de mercado en el que, en plena burbuja inmobiliaria, se embarcaron promotores inmobiliarios, bancos, aseguradoras y otras compa?¨ªas con posibles ante las previsiones de obtener una buena rentabilidad y que hoy afrontan la realidad de ver c¨®mo las camas se quedan vac¨ªas.
A un buen n¨²mero de familias no les ha quedado otra opci¨®n que acoger a los mayores en sus casas ante la imposibilidad de hacer frente a los gastos que supone la estancia en una residencia de la tercera edad, en una media de unos 1.600 euros mensuales y del doble si se trata de una cama en alguno de los establecimientos m¨¢s elitistas. Y se nota. Pr¨¢cticamente ning¨²n centro cierra su balance anual sin plazas libres. En 2009, uno de cada cinco ten¨ªa colgado el cartel de completo.
La plena ocupaci¨®n de que gozaba el sector hace un par de a?os ha ido disminuyendo poco a poco. En la Comunidad de Madrid existe un 20% de camas disponibles, las que han dejado vacantes unas 8.000 personas mayores. Y a algunas no les ha quedado otra que echar el cierre. "Tengo constancia de que al menos han cerrado tres en los ¨²ltimos cuatros meses", apunta Pilar Ramos, directora general de la Asociaci¨®n Madrile?a de Atenci¨®n a la Dependencia (Amade).
El desempleo al que se ven abocados los descendientes est¨¢ detr¨¢s de este aumento de las camas vac¨ªas en los centros de la tercera edad. "Cuando el subsidio por desempleo se acaba los mayores dependientes son llevados de nuevo a casa, con lo que la pensi¨®n se ha convertido en parte del ingreso familiar desde hace dos a?os", asegura Ramos.
Espa?a tiene 345.000 plazas en 5.500 centros, de los que 1.500 son p¨²blicos
A nivel nacional, la incidencia de este aumento del desempleo, de un mill¨®n de personas el pasado a?o, pasar¨¢ factura, y se dejar¨¢ sentir sobre un sector que hasta hace un a?o "creaba empleo, ahora solo lo tratamos de mantener", subraya Ramos.
Sar, Quavitae, Ballesol, Eulen, Sanitas Residencial y el Grupo Amma lideran un sector en el que tambi¨¦n cuentan con una presencia notable Sanyres (del Grupo Prasa), Geriatros, Care, Caser, Adavir, Artevida, Casablanca, Valdeluz o Personalia.
El conjunto de las gestoras de residencias mantuvo en 2011 la tendencia a la ralentizaci¨®n en el crecimiento iniciada en 2009 -en un contexto de contracci¨®n del poder adquisitivo de las familias y de dificultad para realizar inversiones en nuevos proyectos de apertura de centros-, con una cifra de negocio de 2.475 millones de euros, pr¨¢cticamente la misma que un a?o antes, seg¨²n el informe anual que realiza sobre el sector la consultora DBK.
Por lo que respecta a los ingresos del sector, el mayor volumen procedi¨® de la gesti¨®n de plazas privadas, que en 2011 report¨® unos 1.610 millones de euros, el 65% de la facturaci¨®n total. Mientras que el negocio derivado de la gesti¨®n de plazas concertadas fue el que mostr¨® un mejor comportamiento, con 557 millones de euros, lo que supuso el 22,5% del mercado, y la gesti¨®n privada de plazas p¨²blicas reuni¨® el 12,4% restante, con unos 308 millones.
Caen los ingresos de las residencias y las ayudas pero aumentan los requisitos a cumplir
La consultora estima que en 2012 el mercado se situar¨¢ en unos 2.425 millones de euros, un 2% menos que en 2011 y que podr¨ªa disminuir hasta los 2.400 millones en 2013, debido a la reducci¨®n de los ¨ªndices de ocupaci¨®n, a la fuerte competencia de precios y al dif¨ªcil acceso a la financiaci¨®n que limita la expansi¨®n y propiciar¨¢ el cierre de centros.
El n¨²mero de plazas en residencias privadas pas¨® de 260.643 en 2010 a 262.280 en 2011, lo que supuso un crecimiento del 0,6%, sustentado ¨²nicamente en el incremento de las plazas concertadas con la Administraci¨®n p¨²blica, que contrasta con el estancamiento de la dotaci¨®n de plazas privadas puras. Si sumamos las plazas de los centros p¨²blicos, Espa?a ronda las 345.000 plazas disponibles en casi 5.500 centros, de los que 1.500 son p¨²blicos y el resto privados.
En cuanto a la estructura de la oferta, la atomizaci¨®n sigue siendo la nota predominante a pesar de la expansi¨®n de los grandes grupos del sector registrada a lo largo de la pasada d¨¦cada. As¨ª, los diez primeros operadores reunieron una cuota de mercado conjunta en t¨¦rminos de valor del 30,7%.
Para que los centros sean rentables deben estar cubiertos al 90%. Muchos no llegan al 70%
Con ser importante, el de la salida de mayores de las residencias no es el ¨²nico problema que la crisis ha provocado en el sector. Las ayudas o, mejor dicho, la falta de ayudas de la Administraci¨®n p¨²blica por esa falta de recursos es otro de los grandes h¨¢ndicaps con los que las empresas del sector deben apechugar cada d¨ªa.
Y es que, con la entrada en vigor de la Ley de Dependencia en enero de 2007, los precios de las residencias deber¨ªan estar subiendo en lugar de bajando debido a las exigencias que las Administraciones imponen para que los establecimientos cumplan con un sinf¨ªn de requisitos a todos los niveles, tanto de instalaciones como de personal.
Las empresas cumplieron. Se invirtieron muchos millones confiando en el respaldo p¨²blico, pero este no se est¨¢ produciendo. "Cada vez que vamos a un concurso p¨²blico se nos pide de todo, pero luego las ayudas comprometidas no llegan", lamenta la directora general de Amade.
Con ese nuevo marco legal se increment¨® el n¨²mero de plazas concertadas -las que subvencionan las comunidades aut¨®nomas en centros privados-, pero el precio que pagan por ellas est¨¢ por debajo del mercado, con lo que, en teor¨ªa, se deber¨ªan subir los precios de las plazas no concertadas para compensar el d¨¦ficit. As¨ª pas¨® entre 2008 y 2010, pero ahora no es posible, seg¨²n los expertos, y ni bajando precios se logra ocupar las camas.
Un fen¨®meno, el de la no ocupaci¨®n que descuadra todos los balances. Para que una residencia equilibre sus cuentas necesita tener cubiertas por encima del 90% de sus plazas. En muchos centros ya est¨¢ por debajo del 70%. Y mientras los ingresos caen, los gastos, para cumplir con la Ley de Dependencia, no hacen m¨¢s que subir. En los ¨²ltimos 20 a?os se ha doblado el ratio de personal por paciente, con un profesional por cada dos usuarios.
La crisis se percibe tambi¨¦n en la no creaci¨®n de nuevos centros. "Solo uno de nuestros asociados ha acometido una reforma en uno de los centros en los dos ¨²ltimos a?os y porque ya lo ten¨ªa todo proyectado cuando empez¨® la crisis", comenta Pilar Ramos.
Desde el punto de vista de la inversi¨®n, este nicho de mercado supuso a finales de los noventa y principios del presente siglo la entrada de sociedades de capital riesgo. Exist¨ªa un potencial de crecimiento, tanto por la necesidad de contar con centros modernos como por la posibilidad de acceder a una cuota relevante de mercado, y as¨ª lo vieron empresas como 3i, Torreal o la Corporaci¨®n Alba, al tomar participaciones en grupos punteros como Ballesol, Quavitae o Sar. Pero al final los n¨²meros empezaron a no salir en el corto plazo y este capital sali¨® del negocio para dejarlo en manos de las grandes empresas aseguradoras.
El problema de la falta de recursos de las Administraciones para otorgar las ayudas p¨²blicas que tienen las residencias es el mismo al que se enfrentan los centros de d¨ªa. Desde Amade se espera que hoy jueves el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid prorrogue una partida de cinco millones para que puedan seguir adelante 43 peque?as empresas que cubren los servicios asistenciales de 1.700 personas mayores.
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