Trabajo para los olvidados
La crisis sit¨²a a un mill¨®n de personas al borde de la exclusi¨®n social en Madrid Las entidades sociales ven m¨¢s dif¨ªcil que nunca ayudar a los colectivos desfavorecidos
Un spa en el coraz¨®n de Madrid. Luz suave, velas, temperatura c¨¢lida, aceites arom¨¢ticos, el murmullo del agua que cae de un surtidor, cer¨¢mica y maderas... un templo del bienestar donde el silencio es tan importante como en un monasterio. Abdu, maliense de 23 a?os, y Anna Ewa, polaca de 19, se mueven con sigilo: son conscientes de la importancia de estar relajados para transmitir lo mismo. Ambos son empleados del centro de masajes Masvital y han escapado de la terrible estad¨ªstica: en la Comunidad de Madrid, el 13,6% de la poblaci¨®n vive bajo el umbral de la pobreza y m¨¢s de un mill¨®n de personas ¡ªun 18%¡ª se encuentra en situaci¨®n de exclusi¨®n social, seg¨²n datos del Observatorio de Exclusi¨®n y Procesos de Inclusi¨®n en la Comunidad de Madrid (OEISM).
Los resultados de este organismo, en el que participa la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Complutense y entidades sociales como la Fundaci¨®n Atenea o Secretariado Gitano, superan por unas pocas d¨¦cimas a los ofrecidos en 2010 por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusi¨®n Social (EAPN), que se basan en el indicador europeo de riesgo de pobreza y/o exclusi¨®n (AROPE). Este indicador incluye hogares con rentas inferiores al 60% de la media nacional, privaci¨®n del consumo de al menos cuatro de nueve bienes y servicios determinados, y escaso nivel de empleo entre los miembros de una familia.
Ewa lleg¨® a Pinardi,?una entidad social dedicada a ayudar a j¨®venes en riesgo de exclusi¨®n, con 12 a?os. "En casa hab¨ªa problemas y mi madre me dijo que all¨ª me ayudar¨ªan con los estudios". Abdu aterriz¨® con 18 en Madrid completamente solo. "Un amigo me recomend¨® ir a Pinardi; all¨ª me ense?aron espa?ol y m¨¢s cosas", relata. Ambos completaron unos cursos de educaci¨®n b¨¢sica y luego optaron por formarse en est¨¦tica y peluquer¨ªa. Despu¨¦s, tocaba integrarles en la sociedad con la herramienta m¨¢s poderosa: un empleo. Por suerte, llegaron las pr¨¢cticas en Masvital y luego el ansiado contrato de trabajo.
"Pinardi proporciona apoyo educativo, familiar y psicol¨®gico, pero la inserci¨®n laboral es el ¨²ltimo paso", explica Ver¨®nica Hansen, trabajadora social de la Federaci¨®n. "Buscamos empresas que quieran colaborar y ense?ar a estos j¨®venes, que crean en ellos y les den la posibilidad de demostrar lo que valen". "Nuestro mayor ¨¦xito es que desde el inicio del programa en 2009 tenemos en plantilla a siete chicos, y los clientes no notan que vienen de un programa social", explica Cristina Lizarra, directora del establecimiento.
El OEISM se?ala que la frontera de la exclusi¨®n ya no est¨¢ tan marcada como en el pasado. "Muchas familias corrientes se han visto en la calle despu¨¦s de que uno o varios de sus miembros perdieran el empleo y, al dejar de pagar la hipoteca, perdieran la casa tambi¨¦n; le puede pasar a cualquier familiar, vecino o a uno mismo cuando menos se lo espera", explica Antonio Rivera, coordinador de empleo de la Fundaci¨®n Atenea.
No solo hay j¨®venes a los que ayudar a formarse y encontrar un empleo. La mayor¨ªa de personas en riesgo de exclusi¨®n son discapacitados, inmigrantes, parados de larga duraci¨®n, mayores de 45 a?os y mujeres separadas con hijos a su cargo. Ahora que la crisis econ¨®mica destruye puestos de trabajo mes a mes, las posibilidades de este colectivo son todav¨ªa m¨¢s escasas que en los tiempos de bonanza, y todos dependen de la ayuda de organismos p¨²blicos y privados.
La Comunidad de Madrid cuenta dentro de sus presupuestos con diversas partidas destinadas a ayudar a estas personas. Seg¨²n una portavoz de la Consejer¨ªa de Asuntos Sociales, es imposible calcular el total del dinero destinado a inserci¨®n laboral porque hay muchos frentes abiertos, pero asegura que es el mismo que el a?o pasado. Seg¨²n consta en los presupuestos para 2013, 1.249 millones de euros se invertir¨¢n en ayudar a este colectivo. OEISM denuncia que estos, sin embargo se han reducido un 5,30% respecto al a?o anterior, y que el gasto por habitante es de 192 euros frente a los 207 de 2012.
La Comunidad a¨²n cuenta con varios programas de ayuda como la Renta de Inserci¨®n M¨ªnima (RMI), los comedores sociales o el servicio del Samur Social. En lo relativo al empleo, gestiona una red dise?ada espec¨ªficamente para la mujer que engloba 20 oficinas y atendi¨® a 640 v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero. El Centro de Participaci¨®n del Inmigrante (CEPI) asisti¨® en 2012 a 52.491 personas, y la feria Emplea tu capacidad recibi¨® en 2012 a 1.200 personas con discapacidad y alcanz¨® una inserci¨®n del 35%. En el apartado de subvenciones, la Consejer¨ªa de Asuntos Sociales financi¨® 68 proyectos por un importe de 246.000 euros. Se beneficiaron 19.800 personas.
La cara oculta es que los consabidos recortes tambi¨¦n han alcanzado esta ¨¢rea, y han agravado la situaci¨®n:?a la reducci¨®n del presupuesto general, que ha perjudicado a los programas de atenci¨®n a la discapacidad (-11%), mayores (-10%), inmigraci¨®n (-35) o violencia de g¨¦nero (-16%), se une la desaparici¨®n del Programa 906 de Voluntariado y Promoci¨®n Social, cuyo fin era asegurar el mantenimiento y mejora de la red b¨¢sica de servicios sociales de atenci¨®n primaria. Su dotaci¨®n en 2010 fue de 107 millones de euros, mientras que en 2013 se ha quedado en 848.895 euros.
Las entidades sociales alertan de que cada vez hay menos presupuesto para los programas de integraci¨®n
Entidades sociales como la Fundaci¨®n Atenea, Candelita o Secretariado Gitano alertan de que los procesos de integraci¨®n son largos y costosos y cada vez hay menos presupuesto para que se? completen satisfactoriamente. "Hacer nuestro trabajo es m¨¢s dif¨ªcil que nunca", denuncia Rivera. "Un drogodependiente no parte con las mismas condiciones que otros, ha de tener una monitorizaci¨®n y eso cuesta tiempo y dinero", explica.
La iniciativa privada no llega para cubrir las necesidades de todo el mundo, pero abre el abanico de posibilidades. Un ejemplo es el Plan Incorpora de la Fundaci¨®n La Caixa. En marcha desde 2006, es un programa de intermediaci¨®n laboral que funciona a nivel nacional y se dirige a colectivos en situaci¨®n de vulnerabilidad. A d¨ªa de hoy, en Madrid cuenta con una red formada por 28 entidades sociales y 464 empresas que han facilitado 1.211 puestos de trabajo en el ¨²ltimo a?o. Una de ellas es Madretierra, que ayud¨® a salir de la calle a Juli¨¢n, un dominicano de 26 a?os que hace sus pr¨¢cticas como camarero en la cafeter¨ªa del centro. "Antes de llegar aqu¨ª me pasaba el d¨ªa en casa sin hacer nada y ahora tengo un trabajo que me gusta", relata. "He aprendido a que no se me caiga una bandeja o a servir correctamente un desayuno; cuando ahorre tengo pensado montar un restaurante en Miami".
Entidades como Pinardi o la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR), que lleva desde 1979 trabajando por la integraci¨®n de poblaci¨®n inmigrante, tambi¨¦n forman parte de la red Incorpora. Seg¨²n Beatriz Vargas, directora del ¨¢rea de empleo de la ONG, por sus oficinas pasaron 900 usuarios por primera vez en 2012 y se realizaron 2.200 segundas atenciones. Consiguieron una inserci¨®n del 60% y dentro de ese porcentaje se incluyen las personas que se beneficiaron del plan de la Fundaci¨®n La Caixa. "Cuando nos entregan un curr¨ªculo, vemos las necesidades formativas del usuario y buscamos una empresa que demande un perfil como el suyo; ah¨ª nos valemos de este programa", describe Vargas, quien destaca que lo m¨¢s valioso que ha aportado es la capacidad de conectar en una misma red a las entidades sociales y las empresas.
Una de las firmas que contrata personal ofrecido por CEAR es Vinotium, un grupo hostelero con una docena de establecimientos que ha dado trabajo a siete inmigrantes. Una de ellas es Alejandra. Regentaba un restaurante en su pa¨ªs, Per¨², pero huy¨® a Espa?a cuando el grupo terrorista Sendero Luminoso empez¨® a campar a sus anchas por su regi¨®n y ella vio su seguridad amenazada. Vendi¨® su negocio, dej¨® a sus dos hijos con unos familiares y viaj¨® a Madrid en 2007. "Trabaj¨¦ limpiando pisos y oficinas, pero poco despu¨¦s de traer a mis ni?os me qued¨¦ sin nada. No pod¨ªa ni dormir pensando en ellos y en de d¨®nde iba a sacar dinero", relata.
Alejandra forma parte del colectivo de parados de larga duraci¨®n, que representa un 53% de todos los desempleados de Madrid. Pero tuvo suerte: visit¨® CEAR siguiendo el consejo de una amiga y al cabo de cuatro meses consigui¨® una entrevista de trabajo en Vinotium. Ya lleva casi ocho meses como limpiadora y ahora ve el futuro con otros ojos. "Ahora por lo menos puedo dormir y ya no estoy estresada".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.