A los comedores sociales, ya sin verg¨¹enza
Se suceden las prestaciones sociales de colectivos y particulares ante los efectos de la crisis
Cada vez son m¨¢s los ciudadanos vascos con problemas econ¨®micos que aparcan la verg¨¹enza que sent¨ªan por pedir ayuda y recurren a los comedores sociales para alimentarse junto a personas necesitadas de m¨¢s de 30 nacionalidades.
Aunque no hay datos oficiales en el Pa¨ªs Vasco sobre el n¨²mero exacto de personas, aut¨®ctonos o extranjeros, que acuden a comedores gestionados por particulares, organizaciones sociales y ayuntamientos, varias asociaciones que se dedican a esta labor humanitaria han confirmado a Efe que est¨¢ aumentando el n¨²mero de vascos que necesitan alimentos b¨¢sicos y ropa.
A los ciudadanos locales les sigue dando verg¨¹enza pedir ayuda, pero se nota que muchos de ellos "ya la han perdido" debido a sus acuciantes necesidades econ¨®micas, seg¨²n han explicado a Efe gestores y voluntarios de los comedores sociales de Vitoria.
Tambi¨¦n Jos¨¦ Antonio Lizarralde, responsable del Aterpe de San Sebasti¨¢n, un albergue que ofrece alojamiento y comida, confirma que "cada vez se ve m¨¢s gente joven y una mayor proporci¨®n de aut¨®ctonos ya que antes muchos eran inmigrantes".
En las tres capitales vascas hay establecimientos de ayuda voluntaria
Es el caso de una madre de Vitoria y su hija que, con la ¨²nica ayuda de 426 euros, tiene que hacer frente a un alquiler de m¨¢s de 300 euros m¨¢s gastos, de ah¨ª que haya tenido que dejar a un lado su pudor y acuda a este servicio de comida gratuito para salir adelante.
No obstante, en Euskadi la mayor¨ªa de los usuarios que acuden diariamente a estos locales son originarios de Marruecos y de Am¨¦rica Latina aunque, por ejemplo, en el comedor de Desamparados de Vitoria, ha aumentado mucho el n¨²mero de ciudadanos paquistan¨ªes.
Este comedor social, el ¨²nico subvencionado por el Ayuntamiento de Vitoria, sirve unas 600 comidas y cenas diarias, pero para poder comer en ¨¦l es preciso pagar cuatro euros o tener una tarjeta que ofrece el consistorio a los que demuestren que est¨¢n empadronados y que no disponen de recursos econ¨®micos.
Sin embargo, los requisitos exigidos por el consistorio vitoriano hacen que algunos indigentes, como un marroqu¨ª que vive en una chabola a punto de ser derribada y que tiene problemas con el alcohol, no coma la mitad de los d¨ªas de la semana al negarle la tarjeta p¨²blica.
Por ello recurre a comedores gratuitos y sin ning¨²n tipo de exigencia como el de la Catedral de Santa Mar¨ªa, que da 123 almuerzos todos los lunes a quien lo necesite. Se financia a trav¨¦s de donativos, de productos de tiendas como carnicer¨ªas y pescader¨ªas de la ciudad, del Banco de Alimentos y de los voluntarios.
Otro comedor de iniciativa privada es el de "Jes¨²s", ubicado en la zona universitaria de Vitoria, que da unas 60 comidas todos los mi¨¦rcoles y viernes, y se subvenciona a trav¨¦s de donativos particulares y del Banco de Alimentos.
En este lugar, en el que tambi¨¦n ofrecen ropa, se sienten como "una peque?a gran familia", seg¨²n su responsable, ya que todos son voluntarios y son los propios comensales los que se ofrecen a hacer la comida, servirla y recogerla.
En la capital alavesa tambi¨¦n destaca la labor altruista de un particular en el barrio de Puente Alto que ofrece albergue, comidas y cenas a unas 40 personas, muchas de ellas con problemas de alcohol y drogas, a las que se veta la entrada en otros centros.
En Gipuzkoa tambi¨¦n se constata que cada vez m¨¢s aut¨®ctonos necesitan ayuda para cubrir sus necesidades b¨¢sicas y acuden al Banco de Alimentos del territorio, que pas¨® de atender a 17.500 personas en 2011 a 20.700 en 2012, un periodo en el que los kilos de productos distribuidos aument¨® de 282.000 a 329.000.
En el Aterpe de San Sebasti¨¢n, gestionado por C¨¢ritas, se constata un incremento el n¨²mero de entradas, aunque por el momento no se ha producido una "avalancha". "Todav¨ªa las familias tienen un efecto de contenci¨®n" y son capaces de ayudar a sus allegados en apuros, pero esta situaci¨®n puede cambiar si la coyuntura econ¨®mica y, sobre todo el paro, sigue aumentando, advierte Lizarralde.
Los tres comedores sociales de Bilbao -Apost¨®licas de C¨¢ritas, Francisanos de Iralabarri y Conde de Aresti- sirven a unas 300 personas 566 comidas al d¨ªa -358 almuerzos y 208 cenas-, el mismo n¨²mero desde hace a?os, ya que est¨¢n pr¨¢cticamente llenos todos los d¨ªas.
Adem¨¢s, el albergue municipal de Elejabarri ofrece cada d¨ªa unos cien desayunos, almuerzos y cenas a personas sin hogar que se alojan en el establecimiento. Esta atenci¨®n s¨ª se ha ampliado ante la fuerte demanda.
Las comidas las paga el ¨¢rea de Acci¨®n Social del Ayuntamiento, que ha aumentado en los ¨²ltimos a?os la subvenci¨®n a los comedores sociales -hace cuatro a?os era de 475.000 y este a?o 680.000 euros-. Los usuarios deben tener entre 18 y 65 a?os y unos ingresos por debajo de la Renta de Garant¨ªa de Ingresos (RGI).
Adem¨¢s, el Ayuntamiento de Bilbao tambi¨¦n pal¨ªa otra necesidad que ha registrado igualmente un fuerte incremento en los ¨²ltimos a?os, la de las familias que pueden cocinar en su casa pero que no tienen dinero. En estos caso el consistorio destina 80.000 euros al Banco de Alimentos, que les facilita la comida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.