Miserables a sueldo
Son los reyes del trilerismo sem¨¢ntico y jam¨¢s llamar¨¢n a las cosas por su nombre. Son expertos del tab¨² y del eufemismo para favorecer a los acaudalados
De todos los actores de la presente crisis, a los que m¨¢s detesto son a los lacayos de los poderosos, los que dan la cara por ellos, los que justifican sus razones, los que inventan sus argumentos.
No se conoce el censo exacto de personas que trabajan en estos menesteres, pero deben ser unas decenas de miles porque inundan televisiones, radios y peri¨®dicos. All¨¢ donde aparezca la m¨¢s leve esperanza de una pol¨ªtica distinta, hacen acto de presencia ellos, armados con su espada flam¨ªgera, la amenaza directa, la invocaci¨®n del apocalipsis.
Y digo ¡°ellos¡± porque el brutal machismo en la asignaci¨®n de roles, la negativa a otorgar el t¨ªtulo de expertas a las mujeres, nos ha puesto a salvo de esta dedicaci¨®n deshonrosa, nos ha librado de salir en los informativos con cara de p¨®ker, la baraja de cartas trucadas en las manos, combatiendo cualquier pol¨ªtica que no de beneficios a los acaudalados.
Son la inversi¨®n del mito de Prometeo. Mientras este robaba el fuego a los dioses para entregarlo a la humanidad, estos roban el ¨²ltimo euro de nuestros bolsillos para depositarlo sumisamente a los pies de quienes les pagan. En su tiempo estuvieron al servicio de los gobiernos, pero eso ya no se lleva: el poder ya no se encuentra en esa esfera. Ahora pululan por fundaciones, entidades, universidades y convenios de colaboraci¨®n en los que venden su alma al diablo a las empresas m¨¢s punteras sin el menor remordimiento.
No hay tema que se les resista. Si se habla de daci¨®n en pago, ellos argumentan que conllevar¨ªa un caos financiero que nos har¨ªa naufragar como pa¨ªs; si se trata de racionalizar la industria farmac¨¦utica, ellos amenazan con cortar la investigaci¨®n y encarecer el coste de los medicamentos; si de salarios, argumentar¨¢n a favor de su descenso; si se habla de despidos, defender¨¢n facilitarlos y si de pensiones, nos amenazar¨¢n con un futuro insostenible. La alergia que sufren por los derechos sociales es solo comparable a la que les provoca los temas medioambientales: la ecolog¨ªa podr¨¢ salvar el planeta, pero pone en cuesti¨®n el h¨¢bitat natural en el que estos personajes se reproducen.
Son los reyes del trilerismo sem¨¢ntico y jam¨¢s llamar¨¢n a las cosas por su nombre. Son expertos del tab¨² y del eufemismo para favorecer a los acaudalados, en cambio encanallar¨¢n las m¨¢s dignas demandas sociales. Hablan de reformas, en vez de recortes; de flexibilidad en vez de despidos; de productividad en vez de descenso de salarios. Sin embargo, cualquier medida que ponga coto al reinado absoluto de los poderosos, ser¨¢ tildada de irresponsable, amenazadora y potencialmente peligrosa.
Algunos de ellos tienen verdaderos conocimientos, pero no los usan al servicio del inter¨¦s com¨²n. Aunque muchos de ellos sean economistas, les traen al pairo los datos y los resultados de las pol¨ªticas. A pesar de que presumen de expertos cient¨ªficos, a los que solo les mueve un af¨¢n acad¨¦mico, no dan ni una en el clavo. Sus predicciones se desmoronan mes tras mes sin que nadie les pida ninguna responsabilidad, a fin de cuentas no ejercen puesto oficial alguno, solo son los think tank de la demolici¨®n neoliberal, tropas de asalto moral de nuestras conciencias.
Con lo poco que a esta fauna le gustan las autonom¨ªas, sobre todo las del sur, el Gobierno de la Junta de Andaluc¨ªa les va a dar trabajo unas cuantas semanas para atacar el decreto de vivienda y defender ¡ªeso s¨ª ¡°as¨¦pticamente¡±¡ª, que no se pueden poner tasas ni sanciones a las viviendas vac¨ªas, ni se puede desmontar la bomba de relojer¨ªa de los desahucios.
No s¨¦ si esta horda de mutiladores de sue?os confiesan a su madre en lo que trabajan. Tampoco s¨¦ qu¨¦ explicaci¨®n dar¨¢n de su oficio a sus hijos: hoy he contribuido ¡°a bajar los salarios¡±, ¡°a paralizar proyectos medioambientales¡±, ¡°a hacer m¨¢s inaccesibles los medicamentos¡± o ¡°a que sigan los desahucios¡±. Parafraseando a Jos¨¦ Luis Sampedro, hay dos clases de expertos: los que quieren hacer m¨¢s ricos a los ricos y los que quieren hacer menos pobres a los pobres. Ustedes eligen.
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