Botella cambia la norma para poner calles a personas sin relaci¨®n con Madrid
La nueva ordenanza prev¨¦ adem¨¢s que este honor se pueda conceder a personas vivas El PP defiende dar el nombre de una v¨ªa a Thatcher por su ¡°europe¨ªsmo¡±
El Ayuntamiento de Madrid aprobar¨¢ la semana que viene la nueva ordenanza de denominaci¨®n de v¨ªas y espacios urbanos, que prev¨¦ dejar en mano del Gobierno municipal la potestad de bautizar calles, quit¨¢ndosela as¨ª al Pleno (en el que est¨¢n representados todos los grupos pol¨ªticos). Adem¨¢s, elimina el requisito de que la persona homenajeada tenga vinculaci¨®n con la ciudad, y certifica que ni tan siquiera debe estar muerta para merecerlo. La oposici¨®n en pleno se ha opuesto a la norma elaborada por el ¨¢rea de Las Artes.
La nueva ordenanza moderniza, entre otras, una norma que data de 1948, y se adapta a las disposiciones de la Ley de Capitalidad aprobada en 2006 por el PSOE. El Gobierno municipal (en manos del PP desde hace 24 a?os) se ha apoyado precisamente en esa ley para justificar que la aprobaci¨®n de los nombres de calles y espacios urbanos sea de su competencia en vez de recaer en el Pleno (donde est¨¢n presentes tambi¨¦n el Partido Socialista, Izquierda Unida y Uni¨®n Progreso y Democracia).
El secretario general t¨¦cnico de Las Artes, Pablo Puyal, ha defendido que el debate se iniciar¨¢ en los distritos, en los que est¨¢n representados todos los grupos; y ha se?alado que la ordenanza permite al Pleno proponer nombres. La concejal Patricia Garc¨ªa (UPyD) ha pedido que pueda ser cualquier concejal del distrito, y no su presidente (que pertenece siempre al partido en el Gobierno), el que inicie el procedimiento.
La concejal de Izquierda Unida Milagros Hern¨¢ndez ha abogado por incorporar a los ciudadanos al proceso de elecci¨®n de nombres, dejando en cualquier caso la decisi¨®n final al Pleno, y no a la Junta de Gobierno. Han coincidido con ella tanto la socialista Ana Garc¨ªa d¡¯Atri como Patricia Garc¨ªa (UPyD). Hern¨¢ndez ha pedido adem¨¢s que la decisi¨®n requiera de unanimidad de todos los grupos, y que se constituya una comisi¨®n que elabore un cat¨¢logo de calles cuyo nombre se vean afectados por la Ley de Memoria Hist¨®rica.
Pablo Puyal (PP) ha respondido que, si bien el consenso es "deseable", no se puede "imponer en una ordenanza". Ha explicado que no se incluye como requisito la unanimidad poniendo como ejemplo una calle que atraviese m¨¢s de un distrito: "Un solo concejal de uno de ellos podr¨ªa bloquear la iniciativa¡±. Para estos casos, la ordenanza prev¨¦ que sea el distrito en el que nace la calle el que inicie el procedimiento, pero exige que el resto tambi¨¦n apoye la propuesta.
Respecto a los criterios para la asignaci¨®n de nombres, la nueva ordenanza proh¨ªbe usar nombres que "puedan inducir a error, sean malsonantes, provoquen hilaridad o sean discriminatorios". Adem¨¢s, apuesta por "mantener los ya consolidados por el uso habitual", de forma que los cambios se adopten s¨®lo "por imperativo legal, exigencias urban¨ªsticas, o para hacer desaparecer duplicidades".
Esta cl¨¢usula cierra la puerta a la eliminaci¨®n de nombres como la plaza de Arriba Espa?a o calle de los Ca¨ªdos de la Divisi¨®n Azul, solicitada por el Partido Socialista en el ¨²ltimo pleno, y que se encontr¨® con la negativa del delegado de Las Artes, Fernando Villalonga, entre otros motivos porque el cambio de nomenclatura provocar¨ªa molestias a los vecinos (tendr¨ªan que cambiar su DNI, etc¨¦tera).
Se incluye en la nueva ordenanza la prohibici¨®n de utilizar nombres de personas vivas, "salvo que de manera excepcional as¨ª se considere por su extraordinaria relevancia". Esta cl¨¢usula ha sido justificada por el PP como salvaguarda para espacios designados ya, por ejemplo, en honor del Rey o el Pr¨ªncipe de Asturias. "Prohibirlo categ¨®ricamente ser¨ªa excesivo", ha explicado Puyal.
Sin embargo, tal y como ha recalcado la socialista Ana Garc¨ªa d¡¯Atri, tiene un alto grado de subjetividad y, por tanto, de discrecionalidad. Por ejemplo: ?merece Nelson Mandela una calle "por su extraordinaria relevancia" pese a seguir vivo? La concejal socialista sostiene que esta disposici¨®n "abre la puerta a otorgar calles a pol¨ªticos contempor¨¢neos", fomentando la politizaci¨®n del callejero.
Alguien podr¨ªa alegar que Nelson Mandela, pese a su indudable relevancia internacional, carece de ligaz¨®n con la ciudad como para merecer dar su nombre a una calle. Hasta ahora, eso era un requisito imprescindible. Con la nueva ordenanza, se elimina, tal y como ha criticado toda la oposici¨®n. La aprobaci¨®n de esta norma se lleva a cabo adem¨¢s en paralelo a la iniciativa del PP de otorgar una calle a la exprimera ministra brit¨¢nica Margaret Thatcher, que la oposici¨®n ha criticado precisamente por carecer de v¨ªnculo directo con Madrid.
El PP ha defendido la asignaci¨®n de una calle a Thatcher por su esp¨ªritu "europe¨ªsta", que "consolid¨® el proyecto europeo", y por su "decisivo apoyo a la democratizaci¨®n de varios reg¨ªmenes dictatoriales", en alusi¨®n a pa¨ªses comunistas del tel¨®n de acero y a Argentina.
Los tres grupos de la oposici¨®n se han pronunciado en contra, principalmente por no encontrar v¨ªnculos de la ex mandataria, fallecida la semana pasada, con Madrid. "Queremos que las calles generen se?as de identidad en las que se reconozcan los madrile?os", ha explicado el socialista Gabriel Calles. Milagros Hern¨¢ndez ha pedido al PP que no use el callejero como "un cortijo", se ha colocado del lado de los mineros que se plantaron ante Thatcher en los a?os ochenta, y ha considerado m¨¢s adecuado poner una calle al periodista Jos¨¦ Couso (asesinado durante la guerra de Irak por un tanque estadounidense). Patricia Garc¨ªa ha puesto en duda, adem¨¢s, el supuesto car¨¢cter europe¨ªsta de Thatcher.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.