¡°El decreto de expropiaci¨®n a los bancos es un golpe de afecto¡±
El artista considera que es m¨¢s f¨¢cil que caiga un Gobierno que un banco Su obra aporta soluciones viables a asentamientos chabolistas de todo el mundo
Dionisio Gonz¨¢lez es un artista at¨ªpico. Un h¨ªbrido entre fil¨®sofo, soci¨®logo, antrop¨®logo y, sobre todo, arquitecto por devoci¨®n; aunque su formaci¨®n es la de doctor en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, ciudad en la que reside desde 1984. Su trabajo durante la ¨²ltima d¨¦cada se ha centrado en el estudio de n¨²cleos habitacionales condenados a desaparecer y que, en la mayor¨ªa de los casos, se han levantado al margen de cualquier ley. Las favelas brasile?as, las casas flotantes de la Bah¨ªa de Halong (Vietnam) o las construcciones sobre palafitos en la gran lengua de arena de la isla de Dauphin (Alabama, Estados Unidos) protagonizan algunas de sus espectaculares fotograf¨ªas en las que Gonz¨¢lez (Gij¨®n, 1965) introduce sus propios proyectos arquitect¨®nicos, fotomontajes que lo han hecho famoso en la escena internacional y por los que ha recibido numerosos reconocimientos. El ¨²ltimo ha sido el European Month of Fotography Arendt Award de Luxemburgo. Una treintena de esas obras puede admirarse actualmente, hasta el 16 de junio, en la muestra Around en el Casino de la Exposici¨®n de Sevilla.
Pregunta. Usted ha recorrido medio mundo aportando soluciones te¨®ricas pero, en su opini¨®n, viables para distintos tipos de asentamientos chabolistas. ?Cree que alg¨²n Gobierno se ha planteado alguna vez mejorar las condiciones de vida de estas personas?
Respuesta. En la d¨¦cada de los setenta, el presidente del Banco Mundial, Robert McNamara, quien hab¨ªa sido secretario de Defensa de Estados Unidos durante la guerra de Vietnam, secund¨® las ideas del arquitecto y urbanista anarquista John Turner, una de las principales firmas de la revista Freedom Press. Turner hab¨ªa trabajado en Per¨² en 1957 y all¨ª observ¨® que las comunidades marginales gozaban de cierta autosuficiencia. Sus moradores conoc¨ªan perfectamente el territorio y se adaptaban a ¨¦l. Turner lleg¨® a la conclusi¨®n de que estas comunidades no eran el problema sino la soluci¨®n. Por tanto, lo que deb¨ªa de hacer el Banco Mundial no era demoler estos barrios y construir viviendas de protecci¨®n oficial, sino introducir saneamientos, regenerar el territorio y legar la propiedad a sus moradores.
Si un profesor no ha ejercido su profesi¨®n dif¨ªcilmente van a avanzar sus alumnos Dionisio Gonz¨¢lez, artista
P. ?Y esas conclusiones llegaron a aplicarse?
R. S¨ª, lo hicieron durante un tiempo en Chile y en India, pero el mismo Banco Mundial retir¨® despu¨¦s su apoyo econ¨®mico con la excusa de que eran autosuficientes. La poblaci¨®n mundial actualmente se acerca a los 7.000 millones, de los cuales el 60% residen en entornos urbanos. Con tal aglomeraci¨®n de gente en las ciudades, se producen grandes bolsas de pobreza. Unas 2.000 millones de personas viven en barracas en las urbes.
P. ?Cree usted que el decreto aprobado por la Junta que regula la expropiaci¨®n temporal de viviendas propiedad de los bancos en el caso de que intenten desahuciar a personas en riesgo de exclusi¨®n social es una apuesta real o solo un gesto?
R. Me parece una ley defensiva ante otra ley abusiva. Da la sensaci¨®n de que el decreto de expropiaci¨®n de la Junta m¨¢s que un golpe de efecto es un golpe de afecto. Esa situaci¨®n llega despu¨¦s de muchos suicidios y escenas dram¨¢ticas que han enrojecido a la Uni¨®n Europea que nos impuso unas reglas demasiado severas. Sin embargo, ya sabemos que es m¨¢s f¨¢cil que caiga un Gobierno que un banco. Hasta ahora hemos salvado a los bancos y ellos nos han correspondido con el mayor de los desafectos y la inhumanidad.
P. ?Quiz¨¢s ante la oleada de desahucios que vive Espa?a, la gente se vea obligada a refugiarse en arquitecturas precarias?
Busan, un sue?o casi hecho realidad
Aunque las arquitecturas que Dionisio Gonz¨¢lez crea en su estudio sevillano, en el que trabajan un arquitecto y un infografista, est¨¢n dise?adas para ser construidas, nunca se han hecho realidad. Lo m¨¢s cerca que estuvo el artista de conseguirlo fue en la ciudad de Busan, en Corea del Sur, donde las autoridades se interesaron por su trabajo, despu¨¦s de ver una de sus enormes fotograf¨ªas intervenidas de las favelas brasile?as que adquiri¨® el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Busan. Posteriormente le pidieron que hiciera un proyecto para la colina de Sanbock Doro, un asentamiento ilegal de los a?os 50 que ya forma parte de la identidad de la ciudad. Su propuesta, paralizada por ahora, incluye la construcci¨®n de varios institutos, un mirador y una biblioteca que regenerar¨ªan el territorio y el saneamiento de toda la zona.
R. Dentro de las favelas, por ejemplo, rigen unas normas de comportamiento y convivencia que marcan una forma de vida bastante m¨¢s estructurada de lo que pod¨ªa parecer. Hay aspectos de la arquitectura precaria que modificar¨ªan para bien nuestras propias arquitecturas y sistemas urban¨ªsticos.
P. ?Se refiere a la flexibilidad que aporta la autoconstrucci¨®n?
R. S¨ª. La crisis de la arquitectura no tiene su origen solo en la crisis del ladrillo; sino tambi¨¦n en el hecho de que a los arquitectos no se les ense?a a pensar fuera de la propia arquitectura y la mayor parte de los problemas a los que se enfrentan est¨¢n fuera.
P. ?Cu¨¢les son los problemas?
R. El arquitecto contempor¨¢neo no est¨¢ atento a las necesidades sociales, a los desencuadramientos grupales. No tienen capacidad, porque no se les ha ense?ado en la escuela, a encontrar f¨®rmulas econ¨®micas alternativas. La arquitectura necesita una regeneraci¨®n de sus fundamentos para resurgir de otra forma despu¨¦s de esta crisis.
P. ?Algo as¨ª como lo que hace el arquitecto Santiago Cirugeda?
R. Cirugeda busca los resquicios de la normativa para poder operar sobre ellos, es una postura muy inteligente. Las normas est¨¢n creadas para que los ciudadanos no sean inc¨ªvicos, sin ellas no tendr¨ªamos civilizaci¨®n. Pero tambi¨¦n est¨¢n para reconsiderarlas y, en algunos casos, para salt¨¢rselas porque nada es para siempre. Yo les digo a mis alumnos una frase del doctor House [serie de televisi¨®n]: ¡®Me cago en el protocolo¡¯ y, hasta ahora, nadie ha venido a quejarse.
P. ?C¨®mo ve el mundo de la ense?anza desde sus 17 a?os de experiencia como profesor en la Facultad de Bellas Artes?
R. El problema fundamental es que la investigaci¨®n deber¨ªa ser el fundamento de la Universidad y a los profesores nos ponen demasiadas trabas, de tiempo y de recursos, para que podamos investigar. Si un profesor no ha ejercido su profesi¨®n dif¨ªcilmente van a avanzar sus alumnos.
P. A pesar de ser un artista con prestigio internacional, su obra es casi desconocida en Sevilla, ?le supone una frustraci¨®n?
R. No soy eg¨®latra y nunca me he planteado cu¨¢l es mi situaci¨®n en la ciudad en la que vivo y de donde son mi mujer [la artista Mar Garc¨ªa] y mi hijo. Viajo durante cuatro meses al a?o para desarrollar mis proyectos y eso me enriquece mucho. Es una aberraci¨®n pensar que el arte se encuentra en s¨ª mismo, el arte es una contextualizaci¨®n del entorno y ese entorno conlleva tus relaciones sociales, pol¨ªticas, religiosas e, incluso, ecoambientales.
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