La casa de los horrores de Rianxo
19 perros rescatados de la inmundicia se recuperan en protectoras En el lugar hab¨ªa una anciana ciega, en lista de espera de una ayuda a la dependencia
Hace cinco a?os, en la casa de los horrores de Vilanustre, parroquia de Asados, ayuntamiento de Rianxo, los agentes se encontraron al entrar 140 perros ladrando, chillando, aullando de dolor y de pena. Y en medio de la manada, o de la jaur¨ªa, hallaron dos ancianas. Una de ellas todav¨ªa pod¨ªa moverse. La otra, encamada y con llagas, dejaba pasar sus ¨²ltimos d¨ªas bajo las pisadas de los canes, grandes y peque?os, rubios o morenos, que se mov¨ªan nerviosos sobre su lecho sucio. De aquellos animales, la mitad tuvieron que ser sacrificados tras el rescate porque no hab¨ªa remedio para tanta enfermedad. De las se?oras mayores, la m¨¢s deteriorada muri¨® poco despu¨¦s. La superviviente est¨¢ ciega y en lista de espera, desde hace tiempo, de una ayuda a la dependencia tramitada a trav¨¦s del Sergas.
Pasado un lustro, la inmundicia ha vuelto a adue?arse del lugar. La anciana que queda, invisible a los ojos de la Administraci¨®n, apareci¨® el viernes 12 derrumbada en un sof¨¢, rodeada de excrementos y orina de perro, en un decorado hediondo, apocal¨ªptico. Todo era en el lugar basura. Un lodo infinito se internaba dentro de la vivienda y de ¨¦l emerg¨ªan todo tipo de enseres inidentificables, inservibles, comida, cacharros, somieres desvencijados, esqueletos de animales que nadie quiso enterrar, quiz¨¢s por la pena de desprenderse de ellos. Ese d¨ªa, uno despu¨¦s de que varios miembros de la Protectora Moura do Barbanza y del grupo animalista Vox ?nima rescatasen a Juli¨¢n (el m¨¢s enfermo de una nueva colecci¨®n de perros), agentes del Seprona y polic¨ªas locales de Rianxo volvieron a internarse en la casa de los horrores. A pesar de que las dos mujeres responsables de tanta crueldad, hija y nieta de la anciana viva, fueron juzgadas en 2008 tras el hallazgo de aquel centenar y medio de canes, nadie las inhabilit¨® para poseer animales y volvieron a empezar de cero su terrible muestrario.
El s¨ªndrome de No¨¦, explican en el Ayuntamiento, es como el de Di¨®genes, pero referido a animales. No es el primer caso, ni mucho menos, que se identifica en Galicia. Tampoco el ¨²nico en aquella comarca. Las personas que lo padecen no tienen conciencia de que hacen da?o. Creen, incluso, que la sociedad deber¨ªa aplaudir su generosidad. M¨¢s que las enfermedades, m¨¢s que un cuerpo colonizado por par¨¢sitos, lo que comparten los animales que son v¨ªctimas de estos seres humanos es el miedo. Desde que fueron juzgadas, las dos mujeres est¨¢n a tratamiento psiqui¨¢trico, pero no han experimentado mejor¨ªa alguna. Legalmente, cada uno de los residentes en la casa no puede poseer m¨¢s de cinco perros. La nieta de la anciana, que ya es madre tambi¨¦n, de un ni?o de dos a?os que pasa la mitad del d¨ªa con sus juguetes en aquel foco de infecciones, tiene otro domicilio, as¨ª que oficialmente, en Vilanustre habitan tres personas: la se?ora impedida de 90, su hija de aproximadamente 60 y su esposo, de unos 77, seg¨²n los servicios sociales del Ayuntamiento de Rianxo. El l¨ªmite, por tanto, estar¨ªa en 15 perros, siempre que no hubiese evidencias de maltrato. La polic¨ªa local, que al entrar rescat¨® 18 perros (19, con el grif¨®n de caza Juli¨¢n) asegura que de forma peri¨®dica se pasaba por el lugar para controlar. Pero sin traspasar el umbral no se hac¨ªa idea de lo que hab¨ªa dentro. M.C.T.C. y M.C.G.T no se conformaron con recoger perros vagabundos, sino que acudieron personalmente a adoptarlos a protectoras como la de Bando, en Santiago, cumplimentaron formularios, pagaron las tasas obligatorias (por esterilizaci¨®n y microchip) y nadie sospech¨® que tras su acci¨®n altruista reservasen para los canes un infierno sin salida.
La alarma salt¨® despu¨¦s de que las mujeres se presentasen en una cl¨ªnica veterinaria de O Milladoiro, bien lejos de su casa, con un amasijo de carne, sangre, pelo y suciedad que result¨® ser Juli¨¢n. Le hab¨ªan realizado un atroz corte de pelo, arranc¨¢ndole pedazos de carne. Jam¨¢s le hab¨ªan cortado las u?as, que se enroscaban como cuernos bajo sus patas. El especialista sugiri¨® matarlo y ellas marcharon espantadas. Despu¨¦s alguien avis¨® a Vox ?nima y Moura. Entre la infinidad de males que padec¨ªa el animal (enormes ¨²lceras, ganglios inflamados, anemia o leishmaniasis), estaban unas larvas que ¡°hab¨ªan empezado a devorarlo por el lomo¡±, describe Sonia Blanco, voluntaria de Moura que entr¨® en la casa e inmediatamente tuvo que salir, ¡°mareada del olor¡±. Durante la operaci¨®n de rescate, coordinada por la fiscal¨ªa, M.C.T.C. no cesaba en sus lamentos: ¡°?No puedo vivir sin ellos ni ellos sin m¨ª! ?D¨¦jenme uno, al menos. No me lleven la cocker, que es mi compa?era!¡± Pero Lara, la cocker, march¨® en la furgoneta con todos los dem¨¢s, y ahora se recupera en una protectora. Ocho asociaciones de las provincias de A Coru?a y Pontevedra, adem¨¢s de la perrera municipal de Ribeira y cuatro cl¨ªnicas veterinarias, cuidan de los animales mientras se decide su futuro. Seg¨²n el fundador de Vox ?nima, Jos¨¦ Carlos Vidal, han recibido ¡°una avalancha de llamadas para adoptarlos, hasta de Alemania, Francia e Inglaterra¡±.
A Cangurito, Vidal lo bautiz¨® as¨ª porque el pobre animal andaba ¡°a saltos¡±. Despu¨¦s result¨® que aferradas a dos de sus pies llevaba 63 garrapatas rollizas que le com¨ªan la carne de los dedos cada vez que pisaba. En la protectora de Cambados, el m¨¢s miedoso de entre los perros de Vilanustre tard¨® cinco d¨ªas en dejarse acariciar.
La concejala de Asuntos Sociais, Adelina Ces (BNG), explica que su departamento entreg¨® ya un informe a la fiscal¨ªa sobre la situaci¨®n de la anciana y el ni?o. Pide que se busque la manera de tramitar de urgencia la ayuda para la mujer dependiente, y promete hacer un ¡°seguimiento¡±, ¡°estar encima para que no vuelva a pasar lo que pas¨®¡±. ¡°De momento, el hombre se ha puesto a limpiar¡±, comenta, ¡°pero sin un m¨ªnimo de garant¨ªas de higiene, yo no puedo mandar a una trabajadora a ayudar, porque puede coger una infecci¨®n o llev¨¢rsela con ella a otra casa de las que atendemos¡±. En medio del dantesco paraje tambi¨¦n apareci¨® un cerdo que no se levantaba de su cama de esti¨¦rcol porque la pocilga no era m¨¢s larga ni m¨¢s ancha que su cuerpo. Tambi¨¦n una vaca ¡°escu¨¢lida¡± que, seg¨²n Sonia Blanco, ¡°estaba atada a la pared, con una cuerda tan corta que ni acostarse pod¨ªa¡±. En la siguiente visita de los agentes, tras el rescate de los perros, se toparon el cerdo abierto en canal y desangr¨¢ndose. Fue la forma que hall¨® la familia de evitar perderlo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.