Se leen m¨¢s, se compran menos

En pocas cosas Catalu?a es, en el ¨¢mbito cultural y/o educativo, homologable a Europa. Pero en lectura de libros, se acortan distancias. El 61,3% de los catalanes (3.949.000 personas) ha le¨ªdo como m¨ªnimo un libro durante 2012 (un 1,2% m¨¢s que en 2011). Son casi medio mill¨®n m¨¢s de los que lo hac¨ªan en 2007 (9,6% de incremento) y lentamente se acercan a la m¨ªtica proporci¨®n ¡°siete de cada 10¡± que las instituciones se vienen fijando desde hace lustros. Pero hoy se compran menos libros: la ca¨ªda de las ventas fueron de entre un 8 y un 10% el a?o pasado.

La crisis pasa factura. Los libros ya ni se regalan, a pesar de haber descendido su precio por segundo a?o consecutivo. El suministro del obsequio ha bajado un 10,3% entre 2011 y 2012 (aunque 980.00 personas a¨²n obtuvieron as¨ª su ¨²ltimo libro le¨ªdo); en cambio, ha subido el pr¨¦stamo bibliotecario (1,6%) y, sobre todo (5%), el que es dejado por otras personas: el 16% de los que leen lo hacen gracias a la generosidad ajena.

M¨¢s de la mitad de los catalanes que se descargaron ¡®e-books¡¯ lo hicieron sin pagar

La tercera v¨ªa para hacerse con un volumen, modesta pero creciendo espectacularmente, es la descarga de libros por Internet, que se ha incrementado un 185%. Y es que unos 348.000 catalanes (8,8%) de entre los que leen libros lo hacen a trav¨¦s del soporte digital: son hombres, entre 20 y 44 a?os, con estudios superiores y de clase media-alta que, por ahora, utilizan como dispositivo de lectura m¨¢s los e-readers (45%) que las tabletas o iPad (27%); un 12% lo hace a trav¨¦s de su tel¨¦fono m¨®vil. La alarma para el sector est¨¢ en que m¨¢s de la mitad de los usuarios (55,8%) que se descargaron libros lo hicieron sin pagar.

Entre 2007 y 2012, los lectores de libros en catal¨¢n han aumentado un 15,2%, mientras que los que lo hacen en castellano se ha reducido en un 7,4% en el mismo periodo. Como ya se viene detectando desde hace a?os, los lectores catalanes son cartesianamente biling¨¹es a la hora de escoger un t¨ªtulo (51% en catal¨¢n; 45,8% en castellano), mientras que los castellanohablantes hacen un consumo monoling¨¹e en castellano (86,9%).

En cualquier caso, los catalanes de toda condici¨®n leen de media un libro m¨¢s que hace seis a?os, dejando el list¨®n en los 4,3 t¨ªtulos anuales. Ya esas cifras ¡ªcomo las anteriores, resultado del informe El consum de llibres a Catalunya 2012, realizado por la Fundaci¨®n Audiencias de la Comunicaci¨®n y la Cultura (FUNDACC)¡ª es a las que se agarran los responsables del Gremio de Libreros de Catalu?a ante la celebraci¨®n el pr¨®ximo martes de la Diada de Sant Jordi, donde se juegan ¡°entre un 8 y un 10% de la facturaci¨®n de todo el a?o en un solo d¨ªa; pero confiamos en la ilusi¨®n de la gente ante una jornada tan especial¡±, desea Jeroni Boixareu, vicepresidente del Gremio de Libreros.

Los lectores catalanes son cartesianamente biling¨¹es a la hora de escoger un t¨ªtulo (51% en catal¨¢n; 45,8% en castellano)

Pero la realidad es testaruda: las ventas, en lo que va de a?o, ¡°han descendido un siete por ciento¡±, seg¨²n los baremos que baraja Xavier Mallafr¨¦, presidente del Gremio de Editores de Catalu?a, que cree que las ventas de la Diada ¡°se mantendr¨¢n sobre los 18 millones de euros del a?o pasado; o bajar¨¢n ligeramente¡±, vaticina. Los libreros tambi¨¦n conf¨ªan en el refuerzo de Liberdrac (liberdrac.com), portal de libros electr¨®nicos y contenido digital promovida desde hace cuatro meses por una cincuentena de librer¨ªas agremiadas.

Como la situaci¨®n es la que es, los nervios afloran. As¨ª, el gremio se ha reunido de urgencia esta semana con los responsables de Ciutat Vella para mitigar los efectos de la decisi¨®n del distrito que, para dar cabida al alud de solicitudes de tenderetes de este a?o en La Rambla de un sinf¨ªn de entidades, ha desplazado y reducido metros a las librer¨ªas y les ha otorgado espacios sin contar con sus dimensiones comerciales. La medida ha afectado a casi la mitad de los 78 puestos de libros que tendr¨¢ la zona m¨¢s concurrida de Barcelona. ¡°Poco se puede hacer ya ahora; hemos hablado para que no se repita el a?o pr¨®ximo¡±, apunta Mari¨¤ Marin, secretario t¨¦cnico de los libreros. Como m¨ªnimo, parece que har¨¢ sol.