Un pregonero a la contra
S¨¢nchez Pi?ol, autor de ¡®Victus¡¯, propone repensar la fiesta de Sant Jordi
¡°No es mi d¨ªa favorito. Yo no firmo en Sant Jordi. Eso si, lo hago el resto de los d¨ªas en las charlas en las bibliotecas. ?Por qu¨¦? En un Sant Jordi vi una estampa deplorable. En una mesa de firmas un escritor serio, al que yo admiraba mucho, estaba solo y, al lado, el autor de una novela porno ten¨ªa una cola que daba la vuelta a la esquina. Viendo cosas as¨ª, pienso que cabr¨ªa repensar la jornada¡±. Con esa contundencia ¡ªy buen humor¡ª , se arranc¨® el escritor Albert S¨¢nchez Pi?ol, pregonero del Sant Jordi de este a?o.
Una jornada de libros en la que, a buen seguro, su ¨²ltima novela, Victus, ser¨¢ uno de los t¨ªtulos que ocupar¨¢ los primeros puestos del ranking de ventas. Fiel a su costumbre, S¨¢nchez Pi?ol ¡ªautor de Pell Freda, la novela catalana m¨¢s le¨ªda con 32 ediciones en catal¨¢n y 37 traducciones, entre otros libros¡ª no firmar¨¢ ejemplares en ning¨²n sitio: ¡°Ma?ana me voy fuera de Barcelona¡±.
Fue un preg¨®n dialogado con el periodista Toni Soler y comisario del Ayuntamiento de Barcelona en los actos de celebraci¨®n del tercer aniversario del 1714, que arrancar¨¢n la pr¨®xima Diada. Y los hechos de aquel 11 de setiembre en que Barcelona perdi¨® sus leyes y sus derechos ante las tropas borb¨®nicas y la actual coyuntura pol¨ªtica salieron a relucir. Para S¨¢nchez Pi?ol no hay paralelismo que valga: ¡°no hab¨ªa debate alguno. No exist¨ªa el rollo de ahora. Sencillamente, la revoluci¨®n parti¨® de las clases populares que quer¨ªan defender a toda costa sus derechos¡±.
Victus, una novela que describe el asedio a Barcelona durante 30 meses y las batallas entre las tropas borb¨®nicas y las que comandaba el teniente general del ej¨¦rcito de Catalu?a, Antonio de Villarroel, fue escrita en castellano y la versi¨®n catalana sali¨® hace apenas dos semanas. No fue por casualidad: ¡°no puedo esconder cierta voluntad divulgativa de que hechos tan importantes de la historia de Catalu?a fuesen m¨¢s conocidos. Y mucha gente me lo ha agradecido¡±.
S¨¢nchez Pi?ol reivindic¨® la ¡°literatura popular y de calidad¡± y a la pregunta de si la literatura es ¨²til que le formul¨® Soler, el autor contest¨® que porque nadie se pregunta sobre otras utilidades: ¡°?es ¨²til el dinero que ha sido capaz de provocar una crisis mundial?¡± S¨¢nchez Pi?ol critic¨® la autocensura que a veces se imponen los escritores ¡°en el momento de m¨¢xima libertad que es cuando tienes delante la p¨¢gina en blanco¡±.
Brome¨® ¡ªy no pareci¨® que le desagradara ¡ª con la posibilidad de que Victus pueda llevarse a las pantallas del cine: ¡°t¨² tienes una productora, no?, le espet¨® a Toni Soler. El autor se declar¨® admirado del ¡°tes¨®n y la perseverancia¡± de los gremios que defendieron la ciudad en 1714 y del general Villarroel frente a una figura pol¨ªtica m¨¢s desdibujada del conseller en cap, Rafael Casanova: ¡°No estoy pidiendo una estatua que reconozca el valor de Villarroel en la ciudad, como la de Casanova, aunque hay que recordar que las dos calles de la ciudad con sus nombres est¨¢n en paralelo¡±.
Y mientras se cerraba el preg¨®n en el Sal¨® de Cent del Ayuntamiento ¡ª tras el que S¨¢nchez Pi?ol si se avino a firmar ejemplares de su novela¡ª, un regimiento de operarios montaban las casetas de venta ¡ªy firmas¡ª de libros de Sant Jordi en el centro de la ciudad y en todos los barrios. Una edici¨®n en la que se estrenan nuevos escenarios, como el del paseo de Sant Joan.
Un Sant Jordi en el que, pese a la crisis, se vender¨¢n millones de rosas. Con unas previsiones meteorol¨®gicas que, en principio, no deslucir¨¢n la fiesta.
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