Ni el Bar?a puede con Sant Jordi
El partido de Liga de Campeones contra el Bayern no influy¨® en el desarrollo de la jornada festiva
Ni las amenazas de lluvia, ni la coincidencia con la Semana Santa, ni la crisis, ni tampoco el Bar?a puede con la festividad de Sant Jordi. Ni siquiera aunque el enfrentamiento del equipo sea contra el potente equipo alem¨¢n del Bayern de M¨²nich en la ida de las semifinales de la Liga de Campeones: los barceloneses, como siempre, respondieron hasta ¨²ltima hora con la tradicional cita con los libros y sus autores.
A primera hora de la ma?ana el comentario general entre los libreros que montaban sus paradas era que la jornada acabar¨ªa acortada extraoficialmente en casi una hora. El motivo no era otro que el partido de f¨²tbol comenzaba a las 20.45, un cuarto de hora antes de finalizar la jornada festiva. Pero las previsiones m¨¢s agoreras no se cumplieron: a falta de una hora del comienzo del encuentro, las calles m¨¢s c¨¦ntricas de la capital, como Rambla de Catalunya y paseo de Gr¨¤cia, segu¨ªan llenas de gente, que se paraban en los puestos, ocasionando los tradicionales atascos.
Es verdad que alguno de los vendedores de rosas utilizaron el enfrentamiento deportivo como reclamo para sus ventas: ¡°??ltimas rosas a dos euros, que queremos irnos a ver el partido!¡±, gritaba un joven adolescente entre las risas de sus compa?eras en la Rambla de Catalunya junto a la calle Arag¨®. Incluso en algunos puestos de entidades y peque?as editoriales se pod¨ªa ver cierta prisa, con libros metidos en sus cajas para regresar a las tiendas cuando el reloj marcaba las 20.15. ¡°Es que nosaltres som molt del Bar?a!¡±, dec¨ªa uno de los vendedores de Editorial La Plana, que recog¨ªa a toda pastilla. Pero no fueron la mayor¨ªa y las paradas se mantuvieron a buen ritmo hasta el final. Tambi¨¦n cumplieron los escritores, aunque muchos llegaron tarde a su ¨²ltima cita de la jornada, no por el partido, sino por los retrasos acumulados en sus apretadas agendas y el traj¨ªn de idas y venidas a la que se ven obligados muchos de ellos. Tampoco se vieron en los tenderetes monitores de televisi¨®n, ni dispositivos para seguir el encuentro.
El caso es que a las 8.45, coincidiendo con el inicio del partido, se pod¨ªan contar alrededor de unas 400 personas en el interior de la Casa del Llibre de Rambla de Catalunya que segu¨ªan hojeando libros y hac¨ªan colar para pagar. Podr¨ªa ser porque en uno de los puestos del exterior de la librer¨ªa se pod¨ªa leer: ¡°Jorge Javier V¨¢zquez firma dentro¡±, aunque el televisivo hab¨ªa acabado hac¨ªa m¨¢s de una hora.
En la misma librer¨ªa de paseo de Gr¨¤cia muchos de los estantes presentaban un aspecto desolador, con las estanter¨ªas medio vac¨ªas y montones de libros derrumbados, pero tambi¨¦n con un buen n¨²mero de personas en su interior. En uno de los pasillos no coincidieron, por poco, el expresidente de la Generalitat Jordi Pujol y su mujer con el actual consejero de Territorio, Santi Vila, que miraban las ¨²ltimas novedades.
En una de las carpas exteriores, Rosa Montero sigui¨® firmando ejemplares de su ¨²ltimo libro a buen ritmo hasta el final, sorprendida por la cantidad de gente: ¡°Creo que m¨¢s que en otros a?os. Estoy agotada pero satisfecha¡±. La escritora y periodista se quej¨®, no obstante, de que ¡±Sant Jordi cada vez es menos literario¡±. A su lado, Ada Colau reconoc¨ªa que la jornada era agotadora, pero gratificante por ¡°la respuesta de la gente. Me abrazan y me dan ¨¢nimos¡±, dijo. La cabeza visible de los afectados contra los desahucios asegur¨®: ¡°Me considero una no profesional que se ha colado¡±. Quien tambi¨¦n recib¨ªa pruebas de afecto, como todo el d¨ªa, era la exentrenadora de sincronizada Ana Tarr¨¦s, que se estrenaba como escritora.
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