Inmigrantes en la crisis
La austeridad que practican los gobiernos ha hecho sus primeras muescas en los eslabones m¨¢s d¨¦biles
Corr¨ªa el a?o 2001 cuando Marta Ferrusola, esposa del entonces presidente Jordi Pujol, se lamentaba en Girona: ¡°El problema es que las ayudas solo sirven para los inmigrantes que acaban de llegar. Tienen poca cosa, pero lo ¨²nico que tienen son hijos¡±. Al poco, Heribert Barrera, dirigente hist¨®rico de Esquerra Republicana, advert¨ªa contra un exceso de poblaci¨®n, sobre todo si era de origen inmigrante: ¡°Veo el futuro un poco negro \[sic\]. Si contin¨²an las corrientes migratorias actuales, Catalu?a desaparecer¨¢¡±. Y agregaba que cuando ¡°el se?or J?rg Haider l¨ªder ultra austriaco, fallecido en 2008] dice que en Austria hay demasiados extranjeros no est¨¢ haciendo ninguna proclama racista¡±.
Pero semejante comit¨¦ de bienvenida econ¨®mico-identitario no amilan¨® a los inmigrantes. Eran ¨¦pocas de vacas gordas. Esa fue la causa del crecimiento de poblaci¨®n, por cierto no atribuible ni a la doctrina pujolista de los tres hijos por pareja ¡°nativa¡±, ni tampoco al ¡°efecto llamada¡± de la regularizaci¨®n de inmigrantes, que, seg¨²n el apocal¨ªptico Jaime Mayor Oreja, iba a dejar a los buenos espa?oles en taparrabos y a arrebatarles la asistencia sanitaria. Lo que suced¨ªa era sencillamente que Espa?a y Catalu?a generaban todav¨ªa riqueza y empleo y eso movilizaba las aspiraciones de hombres y mujeres de pa¨ªses pobres. En estas batallas andaba metida una parte de la clase pol¨ªtica mientras, en la vida real, Catalu?a pasaba de 6.361.365 habitantes en 2001 a 7.570.908 en 2012.
Ahora las cosas van cambiando. Seg¨²n el ¨²ltimo padr¨®n, en enero de 2013, 32.302 extranjeros han abandonado Catalu?a que, con la crisis, est¨¢ dejando de ser El Dorado. Los inmigrantes, antes primeros beneficiarios de las ayudas sociales, de acuerdo con la doctrina Ferrusola, han pasado a ser los primeros perjudicados por los recortes. No es ning¨²n secreto que la austeridad que practican los gobiernos europeos hace sus primeras muescas gracias a los eslabones m¨¢s d¨¦biles. Los inmigrantes han sido la expresi¨®n inicial y sangrante de la crisis por el hecho de haber desempe?ado los empleos peor remunerados y menos cualificados. Eso los ha convertido en presas f¨¢ciles en primera l¨ªnea de fuego. Los ha dejado en el heroico y honor¨ªfico rol de fusileros del mercado laboral.
Una de las ense?anzas de la actual crisis es mostrar lo poco que cuesta convertirse en emigrante. Desde 2011 hasta mediados de 2012, un total de 117.000 ciudadanos espa?oles buscaron mejor suerte en otros pa¨ªses y no siempre en los empleos que les corresponder¨ªa por su cualificaci¨®n profesional. La culpa es de esa insaciable destrucci¨®n de puestos de trabajo (Catalu?a est¨¢ en los 902.300 parados), que muestra una de sus caras m¨¢s crueles cuando a los inmigrantes se les niega asistencia sanitaria o al carecer de empleo se les veta el acceso al permiso de residencia, lo que deja tambi¨¦n a sus hijos en situaci¨®n precaria. En los ¨²ltimos tres a?os, 1.500 menores se han quedado sin renovaci¨®n en Catalu?a, lo que acarrea problemas a la hora de acceder a becas, cambio de escuela o de nivel educativo. El paro entre los inmigrantes, que suponen el 15,7% de la poblaci¨®n catalana, asciende al 41% del colectivo, solo superado por el desempleo de los j¨®venes de entre 16 y 24 a?os, que alcanza al 52,7% seg¨²n la ¨²ltima EPA.
O sea que con los datos en la mano los inmigrantes ya no est¨¢n en situaci¨®n de aprovecharse de ayudas, ni de las rentas m¨ªnimas de inserci¨®n, sino que adem¨¢s se van. Francesc Xavier Mena, ex consejero de Ocupaci¨®n del anterior Gobierno de Artur Mas, teji¨® la leyenda del inmigrante ocioso que cobraba la renta m¨ªnima de inserci¨®n mientras se daba la buena vida en las monta?as del Rif gracias al laborioso pueblo catal¨¢n. Tras el estandarte de la eficacia administrativa y del respeto al dinero p¨²blico, el objetivo de Mena era recortar la partida dirigida al eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil y sin derecho a voto para ofrecerlo al altar de la austeridad.
La inmigraci¨®n, la primera l¨ªnea de fusileros, est¨¢ diezmada, pero el resto del ej¨¦rcito de mano de obra no est¨¢ mucho mejor. Las pensiones, el ¨²ltimo sost¨¦n que evita la fractura social, corren riesgo ¡ªa la espera de conocer la letra peque?a del pack de ¡°novedades tributarias¡± que prepara Rajoy¡ª de ser v¨ªctimas del fundamentalismo de mercado en un momento especialmente grave: el 45,4% de los parados catalanes ya no cobra ning¨²n tipo de prestaci¨®n de desempleo. Mientras, las reformas econ¨®micas se obstinan en el dogmatismo de no dar cr¨¦dito a la realidad.
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