Adi¨®s a la Ilustraci¨®n
La revista trimestral de cultura, arte, literatura, historia, ciencia y pol¨ªtica matritenses desaparece
Las letras madrile?as acaban de sufrir un rev¨¦s evidente: desaparece Ilustraci¨®n de Madrid, revista trimestral de cultura, arte, literatura, historia, ciencia y pol¨ªtica matritenses, que ha perdurado siete a?os, 27 n¨²meros, en los quiscos de la ciudad gracias al esfuerzo de un editor, Manuel Abella. Bajo la direcci¨®n period¨ªstica de Enrique de Aguinaga, de su n¨²cleo fundador han formado parte escritores madrile?istas como Jos¨¦ Sim¨®n; el arquitecto Joaqu¨ªn Rold¨¢n ¡ªautor de su emblema, una Cibeles coronada de plumillas de tinta¡ª; el historiador Francisco Mar¨ªn Perell¨®n, mentor de los enjundiosos mapas y planos hist¨®ricos encartados en cada ejemplar; cronistas como Pedro Montoli¨²; ?ngel Manuel Garc¨ªa, o el empresario Ricardo Arag¨®n, entre otros.
En su redacci¨®n en la calle de Coloreros, la revista ha tratado una variada n¨®mina de asuntos madrile?os, abordados desde una perspectiva local, en Madrid eclipsada casi siempre por la dimensi¨®n ¨¢ulica y capitalina que a la ciudad inexorablemente se le superpone. Ariete de una nueva ley de capitalidad, entre otras reivindicaciones de la revista espigadora tambi¨¦n de realidades hist¨®ricas, art¨ªsticas y municipales desconocidas, su tratamiento period¨ªstico de los temas se ha distinguido por los saberes, la erudici¨®n y el rigor de los escritos de quienes concurrieron a sus p¨¢ginas.
Sin aparentes distingos ideol¨®gicos a priori, Ilustraci¨®n de Madrid ha mostrado un perfil cristalizado en clave conservadora, invariante que acostumbra caracterizar las publicaciones de ¨ªndole local en casi toda Espa?a. La revista debe parte de su declinar no solo a la fementida crisis, en aras de la cual todo se viene a justificar, sino tambi¨¦n a la ausencia de los apoyos institucionales, siquiera indirectos, municipales y regionales como meras suscripciones para bibliotecas p¨²blicas, considerados imprescindibles para alentar una publicaci¨®n necesaria en una ciudad como Madrid, demasiado proclive a olvidarse de s¨ª misma.
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