El campus no es solo para los estudiantes
Cada vez m¨¢s multinacionales abandonan el centro y unifican todos sus edificios en grandes complejos en la periferia. El modelo surgi¨® en EEUU y llega a Madrid
Que Microsoft naci¨® en un garaje es algo que ya se ha contado cientos de veces, pero da idea del modelo que Bill Gates, uno de sus fundadores, entend¨ªa que era el mejor para que una empresa funcionara: aquel en el que todos est¨¦n juntitos, y no dispersos en 20.000 oficinas. Tal vez el muchimillonario tambi¨¦n record¨® sus tiempos de universitario en Harvard, el campus que dio imagen a todos los dem¨¢s, a la hora de idear la sede de Microsoft en 1986, a apenas 26 kil¨®metros de aquel garaje en Seattle. Un fara¨®nico parque empresarial o una ciudad en miniatura, como se prefiera, que se rige bajo el concepto de una sola empresa, un solo espacio. El modelo se export¨®, como la p¨®lvora recorri¨® el mundo, y tambi¨¦n lleg¨® a Madrid, que ya cuenta con varios gigantes y que contar¨¢ dentro de nada, en 2015, con uno m¨¢s, el de la entidad bancaria BBVA, ubicado en Las Tablas. El garaje de la costa oeste se multiplica hasta el infinito.
Casi 252.000 metros cuadrados que se extender¨¢n en forma de manto al norte de Madrid sobre los que ondear¨¢ una vela, la del edificio principal de 19 plantas y 93 metros de altura, bautizado as¨ª por los propios empleados por su forma ovalada. Ser¨¢ una peque?a ciudad blanca con vegetaci¨®n y acequias en la que los siete edificios principales tendr¨¢n nombre de continente y las calles, de mares y oc¨¦anos y que tendr¨¢ capacidad para 6.000 trabajadores. Unas 2.000 personas trabajan cada d¨ªa para levantar este microcosmos que en verano empezar¨¢ a recibir a sus primeros habitantes, 1.500 empleados de la entidad que abandonar¨¢n sus escritorios en el centro de Madrid y se trasladar¨¢n a unas estancias que cambian las paredes por cristaleras, y los cub¨ªculos por espacios di¨¢fanos. Incluidos los jefes, que deber¨¢n decir adi¨®s a sus despachos.
¡°La visi¨®n rom¨¢ntica de las grandes empresas con muchas sedes en el centro de la ciudad hoy no tiene sentido¡±, defiende el profesor de Urbanismo de la Universidad Polit¨¦cnica, Jos¨¦ Miguel Fern¨¢ndez, quien explica que ¡°el desarrollo de productos cada vez m¨¢s complejos que requieren grupos interdisciplinares fomenta esta organizaci¨®n¡±. Las videoconferencias se quedan cortas y ¡°se van a acabar los taxis que van de un lado a otro¡±, apunta la directora del Proyecto Nueva Sede de BBVA, Susana L¨®pez. La entidad quer¨ªa seguir estando en Madrid, solo se ha desplazado al norte con respecto a la sede actual en Azca. A vista de p¨¢jaro parece que una metr¨®poli se levanta de la nada en Las Tablas y La Vela es su atalaya de la que por ahora solo se aprecia el esqueleto de hormig¨®n y que surge de una enorme plaza central que hace las veces de foro.
Frente al rascacielos se ubicar¨¢ un restaurante a la carta, para las comidas de negocios importantes, en las que los chalecos fosforitos que hay hoy se remplazar¨¢n por las americanas de los hombres y mujeres que se sienten a la mesa. Uno ya se puede hacer una idea del efecto burbuja de esta ciudad empresarial porque el estruendo de la obra se queda en nada tras el doble vidrio que act¨²a como muro de los edificios y que contiene un gas aislante en el medio. Lo mismo sucede con la temperatura, porque rebota el fr¨ªo y el calor lo que permitir¨¢ ahorrar en el sistema de refrigeraci¨®n y calefacci¨®n, en la nueva sede no habr¨¢ que llevar chaquetas en julio ni tirantes en enero. ¡°Las empresas aprovechan la construcci¨®n de las ciudades empresariales para modernizar tanto los edificios como los h¨¢bitos de consumo de los trabajadores¡±, se?ala Pedro Dubie, el secretario general de la asociaci¨®n espa?ola de Direc-ci¨®n Integrada de Proyectos.
¡°Las miniciudades est¨¢n dise?adas para compensar la lejan¨ªa del centro para los empleados; se puede dejar al ni?o en la guarder¨ªa, ponerse en forma en el gimnasio y desayunar en la cafeter¨ªa, todo sin salir del mismo recinto. En el caso de BBVA tambi¨¦n hay peque?os rincones de tranquilidad entre los edificios en los que 40 ¨¢rboles y enredaderas de hoja caduca dar¨¢n sombrita para sobrevivir al verano madrile?o. Entre ellos discurren peque?os riachuelos que hoy permanecen tapados esperando a que el agua fluya y los bloques est¨¢n conectados por pasarelas que se intercalan con el alumbrado que pende sobre las calles internas como peque?as gotas.
El simbolismo y el af¨¢n por perpetuar una marca tambi¨¦n influyen cuando se pone sobre la mesa un proyecto de estas caracter¨ªsticas. La pelea por el rascacielos m¨¢s alto de Nueva York no es una cuesti¨®n meramente de record Guiness, sino de demostraci¨®n de fortaleza, y volviendo al terreno castizo, fue la construcci¨®n privada la que modific¨® el skyline madrile?o con sus cuatro torres. La Vela, ser¨¢ la primera visi¨®n del que acceda a Madrid por la carretera de Burgos. ¡°El componente ic¨®nico es muy importante, hay que considerar que a estas ciudades empresariales llega gente de todo el mundo y estas construcciones generan cierta imagen¡±, indica ?lvaro Ardura, arquitecto urbanista del Club Debates Urbanos.
El ¨²ltimo nunca apaga la luz
El complejo de BBVA aspira a conseguir la m¨¢xima distinci¨®n de un certificado de sostenibilidad: el Leed de Oro. Para ello ha ideado un sistema con tantos detalles que ser¨ªa muy dif¨ªcil de resumir en unas l¨ªneas. Uno de los sistemas m¨¢s innovadores, seg¨²n explica Susana L¨®pez, es el de refrigeraci¨®n y calefacci¨®n. Centenares de sondas detectan las necesidades de temperatura de cada estancia. Miden el n¨²mero de personas que hay en cada espacio y si no hay nadie, se apaga la refrigeraci¨®n y la luz, ¡°porque el ¨²ltimo nunca apaga la luz¡±, reconoce L¨®pez. Adem¨¢s hay un punto de reciclaje en cada lugar de trabajo y un n¨²mero muy reducido de impresoras para tender al ahorro de papel. El agua de lluvia se recoge en las azoteas y la de las acequias y los inodoros es 100% reaprovechada.
Los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron dise?aron la nueva urbe del BBVA como un manto vegetal que se adapta a la orograf¨ªa del terreno y en el que los edificios han adelgazado para que la luz entre por ambas caras y no queden puntos de sombra. ¡°Pretendimos que no fuera una estructura simplona, sino que aportara algo a la ciudad¡±, asegura Susana L¨®pez. Los creadores del Estadio Nacional de Pek¨ªn o de la Tate Modern de Londres incluyeron en el dise?o de este proyecto unas lamas para las fachadas que act¨²an como sombrilla y evitar¨¢n que los rayos de sol fueran directamente a la cara.
¡°Las empresas suelen contar con arquitectos estrella, mediante un concurso internacional, algo que fortalece la marca¡±, se?ala Carlos Lahoz, arquitecto urbanista. Los creadores normalmente presentan un proyecto completo, no solo se ocupan del edificio principal, y las empresas pueden modificar la idea inicial para ajustarla a las circunstancias y a sus necesidades. En el caso de la nueva ciudad de BBVA dio una vuelta de 90 grados, literalmente hablando, a La Vela, para que aprovechara mejor la luz.
Una de las novedades m¨¢s llamativas son los lugares llamados ¡°informales¡± para reunirse con alg¨²n colega y tratar un asunto. Son peque?os espacios en los que pararte con un compa?ero a hablar mientras tomas un caf¨¦, en lugar de r¨¢pidos encuentros en el pasillo marcados por las prisas. Para las juntas de mayor calado, un cub¨ªculo en el centro de las estancias, tambi¨¦n acristalado, se convierte en la sala de reuniones en la que todos los empleados ven lo que pasa.
La ubicaci¨®n es el tema m¨¢s peliagudo en lo que se refiere a este modelo, porque normalmente las ciudades empresariales van dos pasos por delante de los transportes p¨²blicos. Ah¨ª es donde entra en juego la Administraci¨®n p¨²blica, seg¨²n los expertos consultados, para exigir o promover un plan espec¨ªfico de movilidad que acompa?e al proyecto empresarial. En el caso de BBVA, la entidad ha propuesto remodelar la pasarela que une ambas partes del distrito por la M-40 e instalar una nueva parada de bus, todo ello con cargo a la empresa. Adem¨¢s, el carril bici pasa por delante de una de las entradas y los empleados m¨¢s deportistas contar¨¢n con unas duchas para entrar a trabajar bien limpios.
El campus se moderniza, se adapta y se agranda, pero sigue siendo aquel garaje en la periferia de Seattle. Por cierto, uno de los edificios de Microsoft se llama precisamente as¨ª: The garage.
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