El sindicalista templado
Jos¨¦ Ricardo Mart¨ªnez fue reelegido por quinta vez el viernes como l¨ªder de UGT Madrid
Se confiesa ¡°medio ciego¡± por una hipermetrop¨ªa severa. Quiz¨¢ fue una metaf¨®rica falta de agudeza visual en las distancias cortas lo que impidi¨® a Jos¨¦ Ricardo Mart¨ªnez (Madrid, 1956) percibir de antemano el ¨®rdago de uno de sus m¨¢s cercanos colaboradores en la ejecutiva de UGT Madrid.
Por primera vez en sus 17 a?os como secretario general del sindicato en la comunidad madrile?a, a Mart¨ªnez le surgi¨® un rival. Era la quinta vez que optaba a liderar la organizaci¨®n. Y el contrario era nada menos que uno de sus m¨¢s estrechos colaboradores: su secretario de organizaci¨®n durante todos esos a?os, Miguel ?ngel Abej¨®n.
Mart¨ªnez lleg¨® al XIII Congreso del sindicato el pasado mi¨¦rcoles en estado de ¡°quiebra afectiva¡± por la traici¨®n de su mano derecha, pero haciendo gala del temple que le adjudican quienes le conocen. Y con la tranquilidad que da saberse casi seguro ganador. En la organizaci¨®n se daba por hecho que Abej¨®n no obtendr¨ªa mucho m¨¢s del 30% de los votos de los delegados.
Y as¨ª fue. Mart¨ªnez obtuvo el apoyo del 66%, a pesar del regalo envenenado del presidente de la patronal madrile?a, Arturo Fern¨¢ndez, a quien le une un trato cordial desde hace muchos a?os, ya que el empresario gestiona la cafeter¨ªa de la sede central de UGT en la avenida de Am¨¦rica.
Tanto le debe apreciar Fern¨¢ndez que al llegar como invitado a la apertura del congreso dio por hecho que Mart¨ªnez ser¨ªa reelegido. Un apoyo poco diplom¨¢tico y nada deseable viniendo de quien ven¨ªa. Pero al l¨ªder ugetista tampoco se le movi¨® un pelo.
¡°Es un hombre con mucho aguante¡±, le reconoce Jaime Cedr¨²n, secretario general de CC OO de Madrid. ¡°La situaci¨®n de los sindicatos en la Comunidad en los ¨²ltimos a?os, sobre todo con Esperanza Aguirre, no han sido nada f¨¢ciles¡±. De la actividad sindical su hom¨®logo en CC OO destaca que tiene muy claro el valor de la unidad sindical. Con el antecesor de Cedr¨²n, Javier L¨®pez, el ugetista declara que le une ¡°una estrecha amistad¡± forjada en una d¨¦cada codo con codo en la lucha por los derechos de los trabajadores madrile?os.
Cedr¨²n saca a colaci¨®n la campa?a que algunos medios de comunicaci¨®n de la derecha m¨¢s radical lanzaron el a?o pasado contra Mart¨ªnez.
Le acusaron de embolsarse como consejero de Cajamadrid 180.000 euros al a?o, cuando en realidad era el sindicato el destinatario de ese dinero, en cumplimiento de sus propios estatutos. ¡°Si a alguien le han hecho un escrache en Madrid ha sido a Jos¨¦ Ricardo¡±, ironiza Cedr¨²n. Le pusieron de chupa de d¨®mine por tildar a Aguirre de ¡°reliquia ca?¨ª del tardofranquismo¡±.
Mart¨ªnez sufri¨® con aquellos ataques ¡°injustos e incomprensibles¡± porque afectaron a sus hijos, una chica de 17 a?os y un chico de 13, que son, dice, su ¨²nica afici¨®n. Completan la familia su esposa y un perro de raza labrador que debe haber heredado algo de la templanza de su due?o a tenor de los comentarios de Mart¨ªnez sobre la falta de rigor del can a la hora de guardar la casa: ¡°Es tan tranquilo que si entra un ladr¨®n es capaz de saludarle¡±.
Algunos trabajadores del sindicato critican cierto despotismo de Mart¨ªnez, pese a que ¨¦l asegura que es muy respetuoso con las personas, independientemente de qui¨¦n sea. ¡°El ser humano es el eje de todo¡±, es su lema.
Mart¨ªnez proviene de familia socialista (el abuelo paterno fue fusilado en la Guerra Civil y el materno tuvo que estar escondido cuando termin¨®). Hijo, nieto y bisnieto de ferroviarios, fue de la primera promoci¨®n que estren¨® la selectividad, aprob¨® y estudi¨® Magisterio.
Pero despu¨¦s de la mili (se libr¨® de ir a Ceuta en el sorteo de mozos por nueve n¨²meros) en un cuartel de carros de combate en el barrio de Campamento, recal¨® en una empresa de galvanotecnia de Arganda del Rey. ¡°Embal¨¦ 10 millones de tuercas de m¨¦trica seis [seis mil¨ªmetros de di¨¢metro] y luego me contrataron. Llegu¨¦ a ser encargado¡±.
Pero hab¨ªa unas oposiciones en Renfe, donde trabajaba su padre y logr¨® un puesto de pe¨®n, con 25 a?os. Se afili¨® a UGT el primer d¨ªa. Y le llev¨® a la lucha sindical el trato vejatorio que percibi¨® por parte de los jefes hacia los trabajadores de mono. La lucha sindical hab¨ªa conseguido que las condiciones salariales y laborales fueran relativamente buenas, comparadas con las de otras empresas. En 15 d¨ªas mont¨® con otros compa?eros una coordinadora de peones.
Luego estudi¨® por las tardes hasta tercero de Derecho, pero las responsabilidades sindicales a las que se dedica en exclusiva desde 1985, le dificultaron terminar la carrera.
Mart¨ªnez reniega de una cierta fama de dandi. ¡°Soy un tipo de pelo blanco, nariz gorda y orejas de caballo. Me compro la ropa en Zara o en las rebajas de El Corte Ingl¨¦s¡±.
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