El mundo de Chac¨®n
La exministra de la guerra tiene derecho a intentar liderar el social-lerrouxismo, pero el PSC deber¨¢ aclarar si la apoya
En pol¨ªtica, casi nada es inocente. Y, desde luego, la elecci¨®n que Carmen Chac¨®n hizo del diario de difusi¨®n estatal en el que quer¨ªa publicar, el pasado d¨ªa 6, su detonante carta abierta a Pere Navarro no fue una casualidad, sino m¨¢s bien una apuesta estrat¨¦gica.
Analicemos con alg¨²n detenimiento el contenido de aquel texto, las ideas que lo vertebran. Primero, la descalificaci¨®n y el menosprecio de la victoria de Artur Mas (30,7% y 50 esca?os, frente al 14,3% y 20 diputados del PSC) el pasado 25-N: ¡°su estruendoso fracaso¡¡±, ¡°viendo como los ciudadanos le retiraban su confianza¡¡±. Tambi¨¦n, la identificaci¨®n de CiU y de la Catalu?a soberanista en general con un conglomerado calabr¨¦s de mafiosos, corruptos y evasores fiscales, un bloque que Chac¨®n dibuja a brocha gorda, mezclando hechos probados, sumarios abiertos, sospechas y borradores policiales ap¨®crifos.
Luego, el viejo t¨®pico de las ¡°embajadas¡±, seg¨²n el cual el Gobierno de Mas utiliza ¡°cuantiosos recursos de la Generalitat para propagar en el exterior su proyecto independentista as¨ª como sus ofensas al resto de los espa?oles¡±.
No faltan en la ya famosa misiva otros socorridos ingredientes. La descripci¨®n demag¨®gica y grosera del proyecto independentista como ¡°un proyecto reaccionario¡± consistente en ¡°enfrentar a los parados catalanes con los parados andaluces, gallegos, extreme?os¡±, un proyecto supuestamente antag¨®nico con ¡°los trabajadores y las clases medias catalanas¡±. Y, en fin, las insinuaciones fascistizantes: Mas se dedica a atizar el conflicto, ¡°negando el pluralismo de la sociedad catalana y fingiendo una unanimidad nacionalista que s¨®lo existe en sus discursos¡±.
Chac¨®n reniega de tres d¨¦cadas y media de historia del PSC, reniega de las trayectorias de Joan Revent¨®s, de Raimon Obiols, de Pasqual Maragall.
Y bien, se trata exactamente del programa, del argumentario con que el diario El Mundo intenta, en especial desde el pasado oto?o, romperle el espinazo a CiU y deslegitimar la demanda del Estado propio. Que la exministra de Defensa abrace tales tesis no puede sorprendernos demasiado: si en julio de 2010 afirm¨® que la sentencia del Constitucional hab¨ªa dejado el Estatuto casi intacto, ?c¨®mo va a entender que esa sentencia supuso la ruptura unilateral ¡ªpor parte espa?ola¡ª del pacto estatutario de 2006 y del pacto constitucional de 1978? Tampoco cabe admirarse de que, con su carta, la lideresa de Esplugues haya merecido parabienes tan significativos como los de Alicia S¨¢nchez-Camacho o los del principal ide¨®logo y mentor de Ciutadans, el se?or Francesc de Carreras. El unionismo, sea de izquierdas, centro o derechas, es unionismo.
Con todo, y a pesar de su relativa previsibilidad, el paso dado hace unos d¨ªas por la autora del c¨¦lebre ¡°?capit¨¢n, mande firmes!¡± no tiene nada de balad¨ª. Al escoger las p¨¢ginas de El Mundo como portavoz, m¨¢s todav¨ªa al hacer suyos los contenidos de la ofensiva dirigida por Pedro J. Ram¨ªrez contra el derecho de los catalanes a decidir su futuro colectivo, Carmen Chac¨®n reniega de tres d¨¦cadas y media de historia del PSC, reniega de las trayectorias de Joan Revent¨®s, de Raimon Obiols, de Pasqual Maragall, incluso de la de Jos¨¦ Montilla, que gobern¨® con y gracias a los independentistas de Esquerra Republicana sin que, por aquel entonces, la joven ministra de Zapatero formulase ninguna objeci¨®n.
Si, seg¨²n el se?or Ram¨ªrez y seg¨²n la se?ora Chac¨®n, el Estado propio es s¨®lo una cortina de humo de CiU para tapar sus esc¨¢ndalos de corrupci¨®n; si los trabajadores y las clases medias son ajenos y hostiles a la reivindicaci¨®n de la independencia (el pasado 11-S, pues, salieron a la calle 1,5 millones de burgueses¡); si el Gobierno catal¨¢n niega el pluralismo¡, entonces es que do?a Carmen aspira a erigirse en la abanderada de un social-lerrouxismo que trate de convertir en realidad aquel pron¨®stico-amenaza que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar formul¨® unos meses atr¨¢s: antes de que el nacionalismo catal¨¢n rompa Espa?a, se les romper¨¢ Catalu?a.
La exministra de la guerra tiene todo el derecho a intentarlo, y a hacerlo con los aliados que le plazcan. Pero el PSC deber¨¢ decidir, y pronto, si se enrola en tal aventura o la combate. Es un dilema existencial que no admite m¨¢s tergiversaciones.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Carme Chac¨®n
- Artur Mas
- Pere Navarro
- Independentismo
- Elecciones catalanas 2012
- Opini¨®n
- Pol¨ªticos
- PSC
- Elecciones Catalanas
- Estatutos Autonom¨ªa
- PSOE
- Elecciones auton¨®micas
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Conflictos pol¨ªticos
- Ideolog¨ªas
- Partidos pol¨ªticos
- Elecciones
- Pol¨ªtica
- Estatutos
- Normativa jur¨ªdica
- Legislaci¨®n
- Justicia
- Catalu?a
- Espa?a