El gran circo americano sobre ruedas
Las espectaculares piruetas de los X Games abrazan a 114.600 asistentes en su primera edici¨®n de Barcelona y reportar¨¢n 42 millones de euros
Un ligero traqueteo de ruedas, un bisbiseo incesante de fondo que se embute con delicadeza en el cerebro. Es el habla de los monopatines, compa?¨ªa inflexible en los 31.000 metros cuadrados de las instalaciones de los X Games de Barcelona. Ni?os y j¨®venes surfean el suelo de la monta?a de Montju?c, ataviados con ropa ancha, caladas sus gorras y capuchas, muchos adornados con piercings y tatuajes, s¨ªntoma de que los tiempos cambian. Es otro rollo. Y, al contrario de la etiqueta que se les presupone, no tiznan el aire con olor a marihuana ni abotargan el c¨¦sped con botellines de cerveza. Son deportistas. Y est¨¢n en la mejor fiesta de los deportes extremos sobre ruedas ¡ªBarcelona acoger¨¢ otros dos a?os el evento, seguramente en junio¡ª, donde las piruetas, cabriolas y brincos definen al int¨¦rprete, donde se reta a la ley de la gravedad con vuelos imposibles. Bien en moto o en coche; bien en monopat¨ªn; bien en bici. Un festival de sonidos y colores; un espect¨¢culo con acentuado regusto americano.
Fiesta pasada por agua
El lodazal en que se convirti¨® el Estadi no permiti¨® que se celebrase la guinda del pastel: ver a los espa?oles Nani Roma y Carlos Sainz, asiduos al Rally Dakar pero profanos en los X Games, pugnar con Pastrana y Ken Block, leyendas que suman 21 medallas entre los dos. El RallyCross se cancel¨® para la desesperaci¨®n de la muchedumbre, que aguant¨® estoicamente el fr¨ªo y la lluvia. Las inclemencias meteorol¨®gicas, de hecho, se ensa?aron con el evento, ya que se cancel¨® la final de Freestyle Moto X del s¨¢bado y la exhibici¨®n del mi¨¦rcoles de Tony Hawk.
El peso de enderezar la tarde recay¨® en Edgar Torronteras y el 13 veces laureado Nate Adams, am¨¦n de los otros pilotos del Best Whip de Moto X. El espa?ol surc¨® el cielo del Sant Jordi y sus piruetas fueron las mejores. Consigui¨® el oro, despu¨¦s de llevarse la plata el mes pasado en Brasil. La segunda medalla para un atleta nacional en el enclavamiento barcelon¨¦s, despu¨¦s que Laia Sanz se coronase en Enduro X.
Despu¨¦s de 18 a?os de competici¨®n, X Games decidi¨® universalizarse y, adem¨¢s de en las ciudades estadounidenses de Aspen y Los ?ngeles ¡ªy los juegos invernales en Tignes (Francia)¡ª, se extiende ahora en Foz do Igua?u (Brasil), M¨²nich (Alemania) y Barcelona. Es un evento sin tradici¨®n europea, pero con muchos adeptos; cultura moderna de inicios del Siglo XX, definida e impulsada a partir de la d¨¦cada de los 70 en California, cuando Frank Nasworthy desarroll¨® una rueda de skate [monopat¨ªn] de uretano ¡ªagarraba mucho m¨¢s que las de arcilla¡ª, cuando se cre¨® en 1976 el primer skatepark en Florida, cuando las bicicletas BMX empezaron a volar. Y su tir¨®n es innegable, hasta el punto de que 114.600 personas ¡ªsobre todo j¨®venes y padres con ni?os¡ª se acercaron durante estos cuatro d¨ªas a las instalaciones ol¨ªmpicas de Montju?c. ¡°Mi hijo se pega el d¨ªa jugando al Tony Hawk ¡ªsaga de videojuegos del skater m¨¢s famoso y millonario¡ª y cuando se enter¨® de que pod¨ªa verlo en Barcelona se volvi¨® loco¡±, cuenta Margarita, al tiempo que Miquel le tira del brazo porque empieza Moto X. ¡°?Pero has visto lo que hace esta gente?¡±, pregunta unos chavales con unas guedejas asombrosas; ¡°?Aqu¨ª est¨¢n los amos de las ruedas nen!¡±.
Personajes de carne y hueso ¡ªpor eso ninguno ha salvado el quir¨®fano tras los topetazos¡ª, accesibles al p¨²blico, al punto de que pasean por cualquier parte y sonr¨ªen, firman aut¨®grafos, soportan fotos y manoseos por m¨¢s que se formen riadas de gente a su alrededor. ¡°?Pastrana! ?Ese es Pastrana¡±, grita Manu a sus amigos. Se refiere a Travis Pastrana, el genio del freestyle con las motos, ahora piloto de NASCAR. ¡°?Flipas!¡±, resuelve tras guardarse la camiseta firmada en la mochila.
La ciudad volver¨¢ a acoger los juegos los dos pr¨®ximos a?os y se celebrar¨¢n en junio
Una camiseta regalada. Como todo en los X Games. ¡°No se puede vender en el recinto¡±, revelan Alma y V¨ªctor, del expositor de Oackley; ¡°por lo que ense?amos nuestros cat¨¢logos y traemos a deportistas como reclamo¡±. Se a?ade Mara, de Ford: ¡°Nosotros regalamos 14 tablas cada d¨ªa despu¨¦s de un peque?o test sobre coches¡±. Y remata Miriam, de GoPro: ¡°Aqu¨ª se da cada d¨ªa una c¨¢mara valorada en 450 euros¡±. Pero no todo es negocio en los expositores. Tambi¨¦n hay un puesto donde se promueve el rap en catal¨¢n. ¡°Los hay que se atreven a cantar o, sobre todo los peques, escriben un relato de los X Games y yo los transformo en versos para cantarlos¡±, explica el encargado Alex Ayza, integrante del grupo Poker d¡¯Asos. Pero su voz, en esos momentos, queda apagada; tronan los altavoces del recinto, donde un grupo anima a los j¨®venes con techno. Otro tipo de saltos.
Poco le importa a Mike Power la jarana que hay fuera del Sant Jordi. ?l sigue a lo suyo, con su excavadora, preparando un mont¨ªculo para el espect¨¢culo de motos. ¡°Son d¨ªas fren¨¦ticos. No se para en horas¡±, cuenta orgulloso. Mike es californiano, otro empleado de los 1.000 que intervienen en la construcci¨®n de este gran circo sufragado por Red Bull (25 millones) y el Ayuntamiento de Barcelona ¡ª¡°hemos invertido un mill¨®n de euros en met¨¢lico y otro mill¨®n en cesi¨®n de equipamientos y servicios¡±, se?alan desde el propio Ayuntamiento;¡ª, y difundido por ESPN a 184 pa¨ªses, a 430 millones de casas. Por eso tampoco era capital que las gradas del Sant Jordi o del estadio no ense?aran parte de su esqueleto. ¡°La ocupaci¨®n en Barcelona en estas fechas es del 80% de media, lo que es mucho. Pero los X Games no tienen incidencia en la estad¨ªstica porque no ha venido mucha gente de fuera¡±, conviene Manel Casals, director general del Gremio de Hoteles. ¡°Pero la repercusi¨®n calculada, el impacto econ¨®mico, es de unos 42 millones¡±, replican desde el Ayuntamiento.
El evento, emitido para 184 pa¨ªses, est¨¢ pagado por Red Bull y el Ayuntamiento
Los hay, sin embargo, que ayudan porque quieren vivir la experiencia desde dentro, empaparse de sus ¨ªdolos o de c¨®mo se gestiona el evento. ¡°Me hicieron una entrevista para saber mis preferencias de disponibilidad, para saber d¨®nde me gustar¨ªa estar¡±, cuenta Sergi, uno de los 500 voluntarios, con los vaqueros repletos de tierra porque le ha tocado preparar uno de los escenarios; ¡°y vale la pena¡±. Es amor al arte, lo que hace Rocki con sus grafitis por las instalaciones: ¡°Me dan botes y pinto. Es lo que har¨ªa cualquier fin de semana, pero aqu¨ª lo aprecia mucha gente¡±. Aunque, en esos momentos la mayor¨ªa est¨¢ en el estadio de Montju?c, donde los brincos de las motos descorchan un ?oh! prolongado y un¨ªsono.
Lo mismo ocurri¨® anoche con el Big Air ¡ªtoda vez que se suspendi¨® el rally por la lluvia¡ª, con la rampa de 27 metros que impulsaba a los ciclistas a unos vuelos improbables. Pero eso era otro ecosistema; otro mundo de este gran circo sobre ruedas con regusto americano.
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