Pobreza versus ciudad sostenible
El desarrollo sostenible es un proceso multidimensional apoyado en tres pilares fundamentales: econ¨®mico, social y medioambiental
El pasado mes de abril se celebr¨® en Ginebra la 7? Conferencia Europea de Ciudades sostenibles con la propuesta de hacer frente a la crisis con una econom¨ªa ecol¨®gica y socialmente responsable. Esta Conferencia hab¨ªa sido precedida por las celebradas en Aalborg (1994), Lisboa (1996), Hannover (2000), de nuevo Aalborg (2004), Sevilla (2007) y Dunkerque (2010).
En todos estos encuentros entre ciudades europeas se ha subrayado que el desarrollo sostenible s¨®lo ser¨¢ una realidad si se consigue a nivel local, ya que lo local incluye y configura lo global y es ya un lugar com¨²n lo de ¡°pensar globalmente y actuar localmente¡±.
En la Carta de esa primera conferencia en Aalborg se subraya que la sostenibilidad es un proceso creativo local ya que las ciudades tienen una funci¨®n determinante en el proceso de cambio de los modos de vida, de la producci¨®n, del consumo y de las pautas de distribuci¨®n del espacio. El desarrollo sostenible constituye un nuevo paradigma transformador de nuestra forma de ser y de estar en el mundo, de nuestra manera de pensar y de actuar, de producir, de distribuir y de consumir. Es una nueva cosmovisi¨®n, una nueva filosof¨ªa, una nueva ¨¦tica, personal y universal que demanda, como dice la Carta de la Tierra, ¡°cambios fundamentales en nuestros valores, instituciones y formas de vida¡±.
Pero al haberse convertido en concepto de moda, el desarrollo sostenible, la sostenibilidad, ha generado en su descripci¨®n y uso ambig¨¹edades, reducciones, perversiones, apropiaciones indebidas o incertidumbres, e incluso la Declaraci¨®n de Rio ya advirti¨®, de que la protecci¨®n del medio ambiente ¡°deber¨¢ constituir parte integrante del proceso de desarrollo y no podr¨¢ considerarse en forma aislada¡± (Principio 4).
El desarrollo sostenible es un proceso multidimensional apoyado en tres pilares fundamentales: econ¨®mico, social y medioambiental, aunque hoy se habla ya de la cultura como el cuarto pilar. Es un proceso de interdependencia, de cooperaci¨®n mundial y de solidaridad intergeneracional (Informe Bruntland, 1987), en el que lo fundamental es considerar a los seres humanos como el centro de las preocupaciones ya que todos tienen derecho a una vida saludable en armon¨ªa con la naturaleza (Principio 1 de la Declaraci¨®n de Rio).
Y esta misma Declaraci¨®n de Rio sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo subraya enf¨¢ticamente en su Principio 5 que ¡°erradicar la pobreza es el requisito indispensable del desarrollo sostenible¡±. Las citadas las siete Conferencias Europeas de Ciudades sostenibles han insistido en ¡°la lucha contra la exclusi¨®n social, el desempleo y la pobreza como puntos clave de la gesti¨®n urbana hacia la sostenibilidad¡±.
La ciudad es el lugar, la comunidad pol¨ªtica, donde todos esperamos alcanzar el bienestar como derecho fundamental integrador de todos los derechos. Por eso se comprende muy bien que ya hace m¨¢s cuarenta a?os el fil¨®sofo franc¨¦s Henri Lefebvre proclamara el ¡°derecho a la ciudad¡± y que hoy la Declaraci¨®n Universal de Derechos Humanos Emergentes ratifique ese ¡°derecho a la ciudad, que asegura que todo ser humano y toda comunidad encuentren en la ciudad las condiciones para su plena realizaci¨®n pol¨ªtica, econ¨®mica, social, cultural y ecol¨®gica¡±.
Pero la ciudad que es espacio de libertad y esperanza de bienestar es hoy tambi¨¦n el espacio de graves insatisfacciones sociales: empleo, vivienda, precariedad, exclusi¨®n, en definitiva, pobreza. Pobreza econ¨®mica y pobreza multidimensional que afecta y angustia a miles de convecinos nuestros y a millones de personas en el mundo entero. Pobreza que margina y constituye un grav¨ªsimo atentado al derecho de todos a vivir con dignidad, en igualdad real y efectiva. Seg¨²n Unicef m¨¢s de dos millones de ni?os viven en Espa?a por debajo del umbral de la pobreza y el porcentaje de ni?os en hogares con un nivel de ¡°pobreza alta¡± resulta escalofriante.
Y es en cada ciudad, en nuestra ciudad, donde los poderes p¨²blicos tienen el deber absolutamente prioritario de luchar contra la pobreza, contra la pobreza de todos en sus m¨²ltiples dimensiones y de la pobreza infantil con car¨¢cter preferente. Es imprescindible colocar la solidaridad en el coraz¨®n de las pol¨ªticas p¨²blicas, La erradicaci¨®n de la pobreza deber¨¢ ser objetivo primordial y requisito fundamental para un desarrollo sostenible, para una ciudad sostenible.
El gran urbanista y arquitecto Richard Rogers defini¨® a la ciudad sostenible como una ciudad bella, creativa, ecol¨®gica, compacta, polic¨¦ntrica, pero en primer lugar, y sobre todo, ¡°una Ciudad Justa, donde la justicia, los alimentos, la vivienda, la educaci¨®n, la sanidad y las oportunidades se distribuyen equitativamente y donde todos sus habitantes se sienten part¨ªcipes de su gobierno¡±. Esta es nuestra apasionante tarea.
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