Instalados en la inopia
Parece que los ciudadanos tenemos un serio problema de comunicaci¨®n con la clase pol¨ªtica
Cuando el Congreso de los Diputados de un pa¨ªs con seis millones de parados saca a concurso la adjudicaci¨®n de su servicio de cafeter¨ªa incluyendo una subvenci¨®n para los gin-tonics que se toman sus se?or¨ªas, podr¨ªamos pensar que ya est¨¢ todo perdido. Hay que vivir en la inopia o llevar muchos a?os subidos a un coche oficial ¡ªlos efectos son id¨¦nticos¡ª para considerar que la pol¨¦mica se despacha retirando la propuesta de subvencionar las bebidas de alta graduaci¨®n y manteniendo la rebaja para los men¨²s, las cervezas y el tinto de verano. Si adem¨¢s sale el presidente del Congreso, Jes¨²s Posada, y dice que el asunto ¡°se ha sacado de quicio¡±, definitivamente est¨¢n a a?os luz de la realidad.
Hay que llevar mucho tiempo sin pisar la calle para reunirse en la Mesa del Parlamento de Andaluc¨ªa y aprobar una subida de sueldo para su presidente y algunos de los portavoces adjuntos. Si se hace a hurtadillas, las primeras explicaciones son excusas y, adem¨¢s, se tarda varios d¨ªas en anunciar que se devuelve el dinero, parecer¨ªa dif¨ªcil de empeorar. Se equivocan, es posible hacerlo peor. Al d¨ªa siguiente se anuncia una Ley de Transparencia que excluye al Parlamento andaluz, o sea a la instituci¨®n que aprueba la ley y cuyos miembros de la Mesa se adjudicaron una subida en las dietas que no hicieron p¨²blica.
Vamos a tener que empezar con las cosas de caj¨®n, ya que parece que los ciudadanos tenemos un serio problema de comunicaci¨®n con la clase pol¨ªtica. Y voy a comenzar citando a Antonio Mu?oz Molina y una frase de su ensayo Todo lo que era s¨®lido. No es l¨ªcito que un cargo pol¨ªtico vaya a la oficina en un coche oficial de lujo cuando a un jubilado se le escatiman medicinas necesarias o a un polic¨ªa o a un m¨¦dico de la seguridad social se le reduce el sueldo un 20%. Es as¨ª de f¨¢cil y as¨ª de sencillo: inasumible.
Es imposible entender que un diputado que tiene la propiedad de varias viviendas en Madrid disfrute de una asignaci¨®n de 1.800 euros al mes por los gastos que le ocasiona vivir en Madrid. Y que esta subvenci¨®n la tenga incluso el Presidente del Gobierno, que disfruta de un palacio de titularidad p¨²blica con todos los gastos pagados por los Presupuestos del Estado. Tan dif¨ªcil de tragar como el hecho de que altos cargos de la Junta tengan subvencionadas en su casa una l¨ªnea ADSL, cuando disponen de un sueldo, un veh¨ªculo, un tel¨¦fono y hasta de port¨¢til p¨²blico. Todos conectados a Internet durante las 24 horas del d¨ªa a cargo de los presupuestos auton¨®micos.
Es inaceptable que miles de alumnos est¨¦n anunciando que abandonan las universidades por el recorte de las becas, que los j¨®venes busquen empleo fuera de Espa?a y que algunos de los mejores investigadores hayan sido despedidos de centros p¨²blicos; mientras las instituciones siguen acumulando cargos de confianza, gerentes, entrenadores personales, directores generales, subdirectores generales, secretarios, subsecretarios y asesores. Miles de asesores. Y que la soluci¨®n a un paro juvenil que supera ya al 50% sea la movilidad geogr¨¢fica y buscarse la vida en Europa, ya que emigrar a Europa ya no es emigrar.
Alguien puede digerir que se est¨¦ trabajando en una nueva reforma de las pensiones que alargar¨¢ la vida laboral, exigir¨¢ m¨¢s a?os cotizados y bajar¨¢ la prestaci¨®n; mientras los diputados pueden cobrar la pensi¨®n m¨¢xima con tan s¨®lo siete a?os cotizados, ya que, tras su reincorporaci¨®n a la vida laboral y si no alcanzan el tope de pensi¨®n, el Congreso les complementa la prestaci¨®n hasta llegar al m¨¢ximo.
Es l¨ªcito que en este pa¨ªs se est¨¦ desangrando el Estado de Bienestar y el futuro de millones de personas sin empleo y que la casta pol¨ªtica mantenga privilegios inasumibles desde un m¨ªnimo criterio ¨¦tico y de responsabilidad. Claro que se puede censurar a la clase pol¨ªtica, sin cuestionar la democracia. Es l¨ªcito y absolutamente imprescindible, mientras sigan instalados en la inopia.
@jmatencia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.