Dos cuentos de jueces

Primer cuento. Un pobre campesino quer¨ªa entrar por la puerta de la ley, que estaba abierta para ¨¦l, pero un terrible guardi¨¢n, infinitamente superior, imperturbable, no le prohib¨ªa pasar, pero no se lo permit¨ªa. Le hac¨ªa esperar y esperar, hasta que muri¨® de viejo, sin llegar a entrar. El guardi¨¢n es el instrumento insensible de la puerta de la ley. No importa si conoce o no lo que hay tras la puerta, o si est¨¢ enga?ado. Es, simplemente, el guardi¨¢n de la puerta. En El procesode Kafka, el desdichado Josef K, procesado sin saber por qu¨¦, se encuentra en la catedral con el sacerdote de la prisi¨®n, que le cuenta esta cabal¨ªstica historia.

Segundo cuento: Hacia 1745, el rey Federico II de Prusia, d¨¦spota ilustrado, decidi¨® construirse un palacio de verano en Potsdam, cerca de Berl¨ªn, rodeado de un extenso parque. En el paraje elegido hab¨ªa un viejo molino, que el rey quer¨ªa demoler porque afeaba su proyecto. Llam¨® al molinero y le ofreci¨® comprarle el molino. El molinero le dijo que no estaba en venta. El rey, ilustrado pero d¨¦spota, le amenaz¨® con quit¨¢rselo, y derribarlo. Entonces el molinero le dijo: ¡°Pero todav¨ªa hay jueces en Berl¨ªn¡±. Y los hubo. A¨²n hoy, en mitad del parque, est¨¢ el molino (destruido en 1945, pero reconstruido con exactitud germ¨¢nica).

Hay un modelo kafkiano de servidor de la ley, eficaz, riguroso custodio de la puerta, experto conocedor de sus mecanismos. No importa si sabe lo que hay, realmente, tras la puerta, m¨¢s all¨¢ de la ley. Permanece insensible ante los que esperan acceder a ella. Este modelo de personaje debe ser m¨¢s frecuente de lo que parece. S¨®lo as¨ª se explicar¨ªa que la profesi¨®n de juez sea la peor valorada, junto con la de periodista, seg¨²n las encuestas de 2013 del CIS, es decir, seg¨²n respuesta de quienes esperan ante la puerta de la ley.

Tambi¨¦n est¨¢n los que se atreven a interpretar las leyes seg¨²n la realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas, como manda el C¨®digo Civil

Seg¨²n esos mismos datos, la apreciaci¨®n de que el fraude y la corrupci¨®n son el principal problema de Espa?a ha aumentado desde el 2,9% en 2010, al 12,3% en 2012, el 17,7% en enero del 2013, y el 40% en febrero. Vertiginoso ascenso, muestra del esc¨¢ndalo y la indignaci¨®n generalizados.

Sin embargo, la apreciaci¨®n de la Administraci¨®n de Justicia como principal problema se mantiene casi sin alteraci¨®n en una baj¨ªsima proporci¨®n (desde el 2,1% en 2010 hasta el 2,2% en enero de 2013). Seg¨²n este dato, la justicia no es un grave problema, pese a que los jueces est¨¢n muy mal considerados. Esto no es contradictorio. Simplemente los ciudadanos encuestados parece que consideran que esa profesi¨®n tan mal valorada carece de relevancia ante el grav¨ªsimo problema de la corrupci¨®n, vertiginosamente creciente. No hay datos para saber si los encuestados atribuyen la irrelevancia de los jueces a su insuficiente justicia o a su ineficacia pr¨¢ctica.

Al comienzo de 2013 el mayor problema, y con mucha diferencia, es el paro, para m¨¢s del 80% de los encuestados. A ¨¦l van asociados muchos dramas personales, familiares y colectivos. Desahucios, pobreza, indigencia, desamparo, desesperanza. Todo esto genera conflictos, y estos, con harta frecuencia, acaban en los juzgados. Y all¨ª est¨¢n, con frecuencia, aquellos guardianes insensibles de la ley, irrelevantes para la opini¨®n p¨²blica. Pero tambi¨¦n hay otros jueces. Tambi¨¦n est¨¢n los que se atreven a interpretar las leyes seg¨²n la realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas, como manda el C¨®digo Civil. Son los que llevan tiempo buscando f¨®rmulas legales para evitar, o atenuar, la inhumanidad de los desahucios, procurando la viabilidad de la daci¨®n en pago, declarando la nulidad de las exigencias bancarias usurarias o fraudulentas. Son los que forcejean jur¨ªdicamente contra los indultos arbitrarios que el gobierno concede a condenados por torturas o por delitos financieros. Son los que osan abrir procesos contra los de G¨¹rtel, contra Urdangar¨ªn, contra Blesa, contra Oriol Pujol, y contra otros personajes poderosos de Madrid, Andaluc¨ªa o Catalu?a. No son, ciertamente, una mayor¨ªa, pero ah¨ª est¨¢n.

Como dijo el molinero, a¨²n hay jueces.

Jos¨¦ Mar¨ªa Mena es exfiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a.