La flexibilidad de Gomaespuma
En 'Nadie sabe nada' Juan Luis Cano y Guillermo Fesser consiguen que salgamos espl¨¦ndidamente re¨ªdos
Como cuando Guillermo Fesser y Juan Luis Cano empezaban a¨²n no se hab¨ªa inventado la radio, fueron haciendo sus programas por los porteros autom¨¢ticos, para que los vecinos los escucharan a trav¨¦s del telefonillo. Por aquel entonces Gomaespuma eran tres, como Martes y Trece, pero en la guerra y el humor siempre acaban imponi¨¦ndose los n¨²meros pares. En un mundo gobernado por la imagen, Gomaespuma se abri¨® hueco con su humor auditivo, perspicaz, blanco y codornicesco, que con el tiempo se fue haciendo m¨¢s pol¨ªtico e incisivo: Cano se comprometi¨® con Vecinos por Torrelodones, agrupaci¨®n local que intentaba poner coto a los voraces planes urban¨ªsticos del PP, y cre¨® un informativo por Internet, Torrelodonews; y Fesser acab¨® y¨¦ndose a vivir ¡°al extranjero, zona centro¡±, desde donde hace A cien millas de Manhattan, an¨¢lisis semanal de la actualidad de Estados Unidos, emitido por Onda Cero.
En Nadie sabe nada, su primera incursi¨®n en el mundo esc¨¦nico, Fesser y Cano pasan revista a su trayectoria profesional, comentan la actualidad, improvisan canciones al hilo de las noticias del d¨ªa y responden a preguntas que el p¨²blico formula por escrito y deposita en una urna.
Nadie sabe nada
Autores e int¨¦rpretes: Juan Luis Cano y Guillermo Fesser. Direcci¨®n: Andr¨¦s Buenafuente. Teatro Caser Calder¨®n. Del 6 al 16 de junio.
La primera parte es un mano a mano sembrado en el que emergen personajes como el gu¨ªa de Petra, que se giraba malhumorado a preguntarle a los turistas: ¡°A ver, ?qu¨¦ acabo de decir?¡±, o Miguel ?ngel Garc¨ªa Juez, periodista de Antena 3 Radio, que le pidi¨® a Cano que se hiciera pasar por un cantante de Los Panchos que no se hab¨ªa presentado a la entrevista pactada. Fesser y Cano se pasan la palabra como los malabaristas las mazas, tienen una escucha perfecta, jam¨¢s se pisan ni se roban plano. En la radio no se advierte, pero en escena Cano es el augusto polvorilla y Fesser el carablanca maleado, aunque se est¨¦n la mayor¨ªa del tiempo quietecitos en un sill¨®n, como si siguieran en el estudio a¨²n.
Andreu Buenafuente, director del espect¨¢culo, ha optado con buen criterio por no teatralizar las intervenciones, para no sacar el humor de Gomaespuma de su contexto auditivo. Es un aliciente ver la seriedad keatoniana de Fesser, la sonrisa de ni?o malicioso esbozada en los labios de Cano y la desenvoltura de ambos, pero podr¨ªamos seguir con los ojos cerrados Nadie sabe nada sin merma, pues no hay una verdadera puesta en escena ni m¨¢s escenograf¨ªa que una pantalla grande en la que se proyectan noticias e im¨¢genes documentales montadas t¨®picamente.
Aunque en su an¨¢lisis de la actualidad los chicos de Gomaespuma podr¨ªan pasar del pellizco humor¨ªstico bien dado al cabar¨¦ pol¨ªtico, del que se quedan a un paso apenas, el objetivo de hacer que salgamos espl¨¦ndidamente re¨ªdos se alcanza m¨¢s que de sobra.
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