Las clases de espa?ol, un reclamo m¨¢s para visitantes

Jochem Krumm y Annika Dinter llegaron a M¨¢laga a principios de junio y poco les ha costado amoldarse a la forma de vida de los malague?os. Sentados en una terraza del barrio de Pedregalejo, estiran la tarde del s¨¢bado al borde del mar con sus nuevos amigos despu¨¦s de haberse dado un fest¨ªn de pesca¨ªto frito y de espetos de sardinas, un ¡°invento¡±, dicen, que les ha sorprendido. Tanto como la querencia por la calle de los malague?os y su gusto por las terrazas de los bares. ¡°?Est¨¢n siempre llenas!¡±, dicen se?alando su alrededor.

Jochem y Annika han decidido aprender espa?ol este verano antes de comenzar sus estudios universitarios en Colonia (Alemania), ciudad en la que residen. Junto a ellos comparte gin tonic Rachel Bell, una brit¨¢nica que repite estancia en la Costa del Sol para seguir perfeccionando el espa?ol en el que se solt¨® el pasado verano. Procedente de un peque?o pueblo cercano a la capital de Gales, Cardiff, Rachel se anim¨® a seguir los pasos de unas amigas que ya hab¨ªan pasado hace tres a?os casi todo el verano en M¨¢laga aprendiendo espa?ol. A sus 19 a?os quiere dedicarse a la docencia y cree que hablar varios idiomas ¡ªya se maneja en franc¨¦s¡ª es ¡°muy importante¡± para poder desenvolverse en el mundo globalizado en el que vivimos. Rachel les recomienda que visiten el interior de la provincia ¡ªentre sus preferencias figuran Ronda y Antequera¡ª y se apunten a excursiones para visitar La Alhambra, la Mezquita de C¨®rdoba o las playas de C¨¢diz. ¡°Tarifa es genial en verano¡±, les dice la veterana, que tiene pendiente una visita a Gibraltar.

Los tres estudian en una de las 32 escuelas de ense?anza de espa?ol que se reparten por la provincia malague?a, 16 de las cuales se hallan en la capital, centros que han convertido a M¨¢laga en el segundo destino receptor de turismo idiom¨¢tico del pa¨ªs, s¨®lo detr¨¢s de Salamanca.

Cada a?o, unas 33.000 personas escogen la Costa del Sol para aprender espa?ol, turistas idiom¨¢ticos que generan un impacto econ¨®mico de 79 millones de euros en la provincia, 40 de ellos s¨®lo en la capital. ¡°Este segmento de turistas es muy beneficioso, ya que suelen doblar la estancia normal del visitante ordinario. La media es que pasen unos 58 d¨ªas, con un gasto estimado en 49,9 euros al d¨ªa, en torno a los 2.400 euros por estancia completa¡±, apunta Jes¨²s Lled¨®, responsable del club producto de turismo idiom¨¢tico Live Spanish in M¨¢laga. Entre las nacionalidades de los visitantes extranjeros destacan los alemanes (33,3%), suecos (20,4%), holandeses (10,9%), suizos, ingleses y franceses (con un 4,5% cada uno), daneses e italianos (ambos con un 3,5%), irlandeses (3%) y estadounidenses (2%).

En cuanto a los canales que emplean para contratar los cursos y el alojamiento, la mayor¨ªa a¨²n opta por las agencias de viajes especializadas (32%) que ofertan paquetes completos que incluyen actividades complementarias, como excursiones a otras provincias. Sin embargo, la tendencia es que cada vez m¨¢s estudiantes usan Internet (25%) para dise?ar su estancia, con claras preferencias por los centros de la capital y por alojarse bien con una familia aut¨®ctona (30,4%) o en un apartamento compartido con otros estudiantes (24,4%), seg¨²n datos de la Fundaci¨®n Ciedes, integrada por las principales instituciones y entidades de la ciudad.

¡°?ltimamente recibimos a m¨¢s estudiantes de nacionalidad china, india y de pa¨ªses del Este de Europa, pa¨ªses emergentes donde la crisis no se ha notado¡±, se?ala Conchita Ciriaco, directora del Instituto Picasso, una de las escuelas de ense?anza de espa?ol m¨¢s antigua de la capital, que abri¨® sus puertas en 1982 junto a la casa natal de Picasso, en un edificio de mediados del siglo XIX en la c¨¦ntrica plaza de la Merced.

¡°Los estudiantes suelen venir m¨ªnimo para dos o tres semanas de curso, por el que pagan 310 euros, pero tambi¨¦n tenemos otros de larga temporada. Tienen cuatro clases diarias de 50 minutos y controlamos su asistencia porque el certificado que expedimos no se lo damos porque se lo hayan pasado bien en la playa o en los bares¡±, explica Ciriaco, en cuyas aulas se reparten estudiantes de todas las edades. ¡°Tenemos un retorno cercano al 40%, estudiantes que repiten cada a?o. En invierno la edad media es m¨¢s alta, entre los 30 y los 50 a?os, y suelen ser profesionales en activo. En verano, sin embargo, la mayor¨ªa es gente muy joven que aprovecha las vacaciones para aprender espa?ol¡±, a?ade Ciriaco junto a un aula donde dos mujeres que rebasan los 70 a?os reciben clase.

Este centro reglado por el Instituto Cervantes es uno de los preferidos por los estudiantes, que adem¨¢s de la capital malague?a (53%) escogen mayoritariamente Marbella (15,6%) o Nerja (9,3%) para cursar sus estudios de espa?ol.

¡°Tenemos la ventaja de estar en un sitio privilegiado, en pleno casco hist¨®rico de la capital. Eso lo valoran mucho, al igual que el clima o la oferta cultural y de ocio del entorno. Pero sobre todo se muestran encantados por la amabilidad de los malague?os. Es algo que siempre resaltan¡±, cuenta Ciriaco, cuya escuela complementa los cursos de espa?ol con otras actividades como clases de flamenco, talleres de m¨²sica, visitas culturales o clases de cocina andaluza.

Actividades para las que Ciriaco pide algo m¨¢s de apoyo por parte de las instituciones, que dice est¨¢n algo despreocupadas por prestar unos servicios que revertir¨ªan de forma muy provechosa en la ciudad. ¡°Ahora son los bares y restaurantes los que m¨¢s atenci¨®n prestan a este segmento del turismo. Los ven como clientes potenciales f¨¢ciles de fidelizar a base de descuentos y ofertas. Pero las instituciones deber¨ªan colaborar m¨¢s con las escuelas creando, por ejemplo, un carnet espec¨ªfico para que pudieran acceder a la oferta de ocio y cultural con las mismas ventajas que los estudiantes nacionales¡±, explica Ciriaco, que apunta otra idea. ¡°Deber¨ªan hacer cursos de formaci¨®n como gu¨ªas tur¨ªsticos para los profesores de las escuelas, ya que esto abaratar¨ªa los costes que hemos de asumir para organizar estos programas de ocio¡±.