El atracador que mat¨® a un agente alega que dispar¨® sin querer
El fiscal pide 25 a?os para el acusado del atraco mortal de A Ca?iza en 2010
Sentado al volante de una furgoneta aparcada en una calle de A Ca?iza mientras esperaba por un compa?ero para ir a trabajar, un obrero vio acercarse a una pareja ins¨®lita. Pasaban unos minutos de las siete de la ma?ana del 17 de agosto de 2010 y ya hab¨ªa algo de luz, as¨ª que la imagen de los dos sujetos, cubierto de polvo, se le qued¨® clavada: ¡°Parec¨ªan dos panaderos¡±. En realidad eran un guardia civil y un atracador, ambos heridos tras un tiroteo en el interior de una sucursal de Caixa Galicia. El agente, que hab¨ªa reducido y esposado al delincuente, pidi¨® al trabajador que lo vigilase mientras ¨¦l volv¨ªa al interior. Quer¨ªa auxiliar a su compa?ero, que hab¨ªa ca¨ªdo abatido por los disparos y ya no se levant¨®.
El operario recordaba ayer aquella aparici¨®n, protegido tras un biombo en la Audiencia de Pontevedra. ¡°Estoy un poco nervioso¡±, confes¨® ante los magistrados que juzgan al presunto homicida y a sus dos compinches en el golpe. Aquel d¨ªa s¨ª mantuvo la sangre fr¨ªa. El pistolero le amenaz¨® ¡ª¡°no me sigas o te pego un balazo¡±¡ª y se encaram¨® a la furgoneta, que ten¨ªa el motor en marcha. ?l corri¨® detr¨¢s, abri¨® la puerta del asiento del acompa?ante y quit¨® las llaves del contacto.
La fiscal¨ªa pide 25 a?os de c¨¢rcel para el pistolero, J.V.C., y cinco para su c¨®mplice, J.A.M.M. y para el conductor del veh¨ªculo, F.C.P., que esperaba afuera y que huy¨® cuando vio llegar a la Guardia Civil y a quien el principal acusado describi¨® como ¡°un pobre diablo que no sab¨ªa nada¡±. Los dos ¨²ltimos fueron detenidos en d¨ªas siguientes. La banda compart¨ªa antecedentes y estancias en prisi¨®n y la polic¨ªa, que ten¨ªa pinchado uno de sus tel¨¦fonos, ten¨ªa bastante claro que preparaban alg¨²n golpe.
Algunos pormenores se aclararon durante la primera sesi¨®n del juicio con el testimonio de J.V.C. y la lectura de la declaraci¨®n previa de J.A.M.M, seg¨²n la cual los dos c¨®mplices hab¨ªan decidido llevar a cabo el golpe solo dos d¨ªas antes. Por la tarde, tras cerrar la oficina, hicieron el butr¨®n en la pared del cuarto de ba?o, un simple muro de ladrillo que lindaba con un edificio en obras. Al volver m¨¢s tarde con las bolsas de herramientas activaron sin querer la alarma, y se pusieron en guardia.
Dos agentes de Covelo recibieron el aviso y llegaron al lugar. A partir de ah¨ª empiezan las dudas que los jueces tratan de resolver. J.V.C. asegura que enca?on¨® a un agente pero que no dispar¨® primero. ¡°Si hubiese querido lo habr¨ªa hecho nada m¨¢s entrar¡±, se jact¨®, y sostuvo que sus disparos fueron fortuitos, en medio del forcejeo con el otro agente. Los peritos declararon que se encontraron nueve casquillos ¡ªsiete de la pistola del atracador, dos del arma policial¡ª y dos cartuchos sin disparar. La fiscal¨ªa afirma que el atracador fue el primero en abrir fuego y que el agente se le ech¨® encima cuando se le encasquill¨® el arma. El guardia civil fallecido dej¨® detr¨¢s una esposa y tres hijos que a¨²n necesitan terapia.
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