La vida ¨ªntima de ¡°don Pablo¡±
El fot¨®grafo franc¨¦s Lucien Clergue recupera im¨¢genes de Picasso obtenidas de una amistad de 20 a?os
Lucien Clergue (Arles, 1969) ten¨ªa solo 21 a?os cuando se enfrent¨® por vez primera a la mirada de Pablo Picasso. Fue en la casa que el artista espa?ol ten¨ªa en Cannes. Clergue recuerda que le temblaban las piernas y sudaba sin control. Hac¨ªa d¨ªas que el joven fot¨®grafo le hab¨ªa hecho llegar una colecci¨®n de fotograf¨ªas de ni?os y personajes de la calle y quer¨ªa saber si el ya todopoderoso Picasso, entonces inmerso en su periodo rosa, estaba interesado. Le dijo que quer¨ªa ver m¨¢s, que le llevara m¨¢s material. Fue el comienzo de una intensa relaci¨®n que se prolong¨® durante veinte a?os, los ¨²ltimos de la vida del artista, de manera que Lucien Clergue se convirti¨® en una sombra autorizada para tomar im¨¢genes de la vida m¨¢s personal del artista. Le retrat¨® con sus hijos, con sus amigos, con Jacqueline, en los toros...
Como muestra de esa fascinante relaci¨®n, Lucien Clergue est¨¢ en Madrid, en el Instituto Franc¨¦s para mostrar la exposici¨®n Picasso mon ami, una selecci¨®n de 35 fascinantes fotograf¨ªas, blanco y negro en su mayor parte, seleccionadas de un fondo que el autor se confiesa incapaz de enumerar.
¡°Sab¨ªa que si don Pablo me dec¨ªa que s¨ª, todas las puertas se me abrir¨ªan. Si dec¨ªa que no, seguir¨ªa siendo un paria. Me salv¨® la vida y me convert¨ª en una sombra discreta que solo se manifestaba cuando ¨¦l lo ped¨ªa¡±.
Clergue cuenta todo esto es un espa?ol aprendido a salto de mata. Siente que la inauguraci¨®n de esta muestra vinculada a PhotoEspa?a, un festival hijo de los Encuentros de Arles que ¨¦l contribuy¨® a crear, coincida con el 40 aniversario de la muerte del artista.
Dicharachero y simp¨¢tico, mantiene intacta su admiraci¨®n por Picasso y se sigue refiriendo a el como don Pablo. Recuerda que estas fotograf¨ªas no han sido nunca expuestas en Espa?a porque se neg¨® a hacerlo durante el franquismo y ya despu¨¦s no hubo m¨¢s que posibilidades ocasionales como las im¨¢genes del artista en los toros, mostradas en La Maestranza en 1991, en la bienal de Guitarra de C¨®rdoba, en 1996, con fotos del guitarrista Manitas de Plata o el homenaje que se le dedic¨® a Luis Miguel Domingu¨ªn en Murcia.
La oportunidad de estar siempre en medio, le ha dado a Clergue la posibilidad de tener visi¨®n muy personal del artista. ¡°Era muy espa?ol. Le gustaba la forma de vida que recordaba de su M¨¢laga natal y sus a?os de Barcelona. Los toros y el flamenco le apasionaban. Adem¨¢s cantaba y bailaba a la menor oportunidad. En una ocasi¨®n nos acercamos hasta la frontera con Espa?a y de repente se par¨®. Estuvo una hora larga, inm¨®vil, con la mirada puesta en el territorio espa?ol¡±.
La verdad es que para Clergue, Picasso todo lo hac¨ªa de manera insuperable. "Era un gran fot¨®grafo. Puedo afirmar que los retratos que hizo a Dora Maar son superiores a los de Man Ray¡±.
Cuenta Lucien Clegue que Picasso era un modelo insuperable. ¡°Le gustaba posar y ten¨ªa aquella extraordinaria mirada que te apubullaba. Muchos le ten¨ªan miedo, pero era muy humano¡±. A la hora de escoger la fotograf¨ªa que mejor contiene la personalidad de Picasso, Clegue se?ala un retrato en el que el artista exhala el humo de su cigarrillo mirando al horizonte con gesto grave. ¡°No me canso de mirarlo una y otra vez¡±.
Sobre Picasso y las mujeres, Lucien Clegue lleg¨® a la vida del artista cuando ¨¦l se acababa de casar con Jacqueline Roque, su ¨²ltima esposa. Entre risas, se niega a confirmar si Picasso era el gran mujeriego que aseguran muchos.
¡°Muchas le persegu¨ªan, pero solo recuerdo una vez que al volver del pueblo Jacqueline se encontr¨® a una joven criada sentada en las piernas de Picasso. La ech¨® y se acab¨® el conflicto. Pero el amor de Jacqueline era muy obsesivo. No pudo superar su muerte. La volv¨ª a ver meses despu¨¦s de morir Picasso y not¨¦ su depresi¨®n ahogada en alcohol. Despu¨¦s supe que se hab¨ªa suicidado. No me extra?¨®¡±, concluye el artista.
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