¡°La magia no es enga?ar, es ilusionar¡±

Desde luego en cuanto a prestancia no es Mandrake. Pero ni el elegante mago del comic ni Doc Nixon (1884-?), que se hizo desaparecer a s¨ª mismo, ni mucho menos David Copperfield citar¨ªan a Gombrich y tendr¨ªan de autor de cabecera a Spinoza. ?l s¨ª.

El mago Juan Tamariz (Madrid, 1942) llega a las ocho de la tarde al teatro Poliorama, donde act¨²a desde el 12 de junio, llenando pr¨¢cticamente cada funci¨®n (acaba hoy). Va ataviado con un sombrerito, vaqueros, jersey violeta y su caracter¨ªstico aspecto desali?ado al que hay que a?adir la cara de reci¨¦n levantado. Lo que oyen: el ilusionista tiene el horario cambiado y su vida es de un noctambulismo transilvano. Dedica la noche ¡°a lo que los dem¨¢s hacen durante el d¨ªa¡± y a resolver los problemas de magia que son su pasi¨®n y su vida. Nos sentamos a hablar al fondo de la platea. Tamariz da cuenta durante la entrevista de un bocadillo de tortilla ¡ªsu desayuno, dice¡ª y al tiempo no para de mover las manos. No s¨¦ c¨®mo lo hace, ser¨¢ un truco. Magia potagia.

¡°?Un consejo a quien quiera ser mago? La pasi¨®n, que amen esto o es mejor que lo dejen. Mira yo no soy un genio en manipulaci¨®n ni tengo una digitaci¨®n extraordinaria, aunque como ves s¨ª una gran elegancia, ja, ja, ja, pero le pongo much¨ªsima pasi¨®n. Hay tambi¨¦n una parte grande de psicolog¨ªa, en el fondo se trata de conseguir que la atenci¨®n del p¨²blico vaya adonde quieras y se distraiga de lo esencial. Es como en el cine, lo que hac¨ªa Hitchcock con la c¨¢mara, llevarte a que te fijes en lo que ¨¦l quiere. Y luego hay la memoria, la falsa memoria: lograr que el espectador crea recordar algo que en realidad no ha pasado. La magia depende mucho del espectador¡±.

Tamariz no cree que la magia haya perdido inter¨¦s y consideraci¨®n social. ¡°Al contrario, ha crecido en ambos. La gente necesita magia, por eso hay tanta demanda de videntes y tarotianos. Se precisa ilusi¨®n en estos tiempos de crisis¡±. En cuanto a las nuevas tecnolog¨ªas, afirma que no han restado un ¨¢pice de inter¨¦s a la magia. ¡°Ya se dijo en su momento que la electr¨®nica la matar¨ªa, o los imanes¡±. El mago niega que el dinero sea un elemento decisivo en los trucos. ¡°Hombre, es verdad que hay trucos ¡ªyo prefiero la palabra juegos¡ª muy caros, pero yo solo compro barajas, en las papeler¨ªas, y el resto del material que uso es muy sencillo¡±.

El truco requiere capacidad del espectador. Es una ilusi¨®n, como el arco iris¡±.

?Se puede hacer de todo? ¡°Seg¨²n. Puedes hacer creer casi todo. Parte del encanto de la magia es devolver al mundo el valor de lo sencillo, de la inocencia. La disposici¨®n para el asombro. Se trata de quitar capas queratinosas del adulto para dejar salir al ni?o que llevamos dentro¡±. Tamariz no cree que haya magos que crean que hacen magia de verdad. ¡°Hombre, no, algunos simulan que creen. Espero que no haya nadie tan tonto como para creer que posee de verdad superpoderes. Lo bonito es jugar a que s¨ª. La magia es una propuesta de juego¡±.

¡°Espero que no haya nadie tan tonto para creer que tiene de verdad poderes¡±

Pero el mago es un personaje que puede intimidar. ¡°El mago, como arquetipo junguiano, pone al alcance de la mano los deseos imposibles de la humanidad, volar, desaparecer, resucitar, eso le da un aura legendaria¡±. Le miro, con el sombrerito y el bocata, y alzo una ceja. ¡°A m¨ª, obviamente, me gusta una magia muy minimalista¡±.

Pese a lo que ocurre en la mayor¨ªa de las pel¨ªculas, los magos no est¨¢n a la gre?a. ¡°Al contrario, nos llevamos muy bien. Nos apoyamos mutuamente¡±. Con 70 a?os, ?pierde un mago facultades? ¡°No pierdes nada, al contrario, has ganado en experiencia, transmites m¨¢s. Yo me voy a jubilar¡­ dentro de 30 a?os. Tengo un amigo, John Calvert, de EEUU que cuenta 103 a?os y sigue en activo. Yo no paro de inventar, sigo tratando de crear nuevos sue?os, resolver algunos me requiere dos o tres a?os¡±. Entre los ¨²ltimos trucos que ha creado Tamariz figuran la baraja dibujada, que es un homenaje a su admirado M¨¦li¨¨s, y la baraja toda de ases (¡°algo muy ilusionante¡±) que deviene en baraja normal, diversa. ?No hay truco? ¡°Truco hay claro, como lo hay en La encajera de Veermer, que si te acercas no es encajera ni nada sino solo manchas de pintura¡±. Dice que su truco hist¨®rico favorito es el de las cartas que se elevan solas, siguiendo las ¨®rdenes del mago.

Se manifiesta en contra de los programas que desvelan los trucos. ¡°Me parece una tonter¨ªa, me propusieron hace un tiempo participar en un espacio de esas caracter¨ªsticas con un encapuchado y les dije ¡®vale, pero si me dej¨¢is que luego cuente el final de las pel¨ªculas que emit¨ªs el mismo d¨ªa¡¯. Eso es lo que opino¡±.

Le pregunto si no cultiva su aspecto, si no ha creado un personaje. ¡°Al principio me dec¨ªan que no pod¨ªa salir con estos pelos y los empresarios que ten¨ªa que arreglarme los dientes. No es nada estudiado. A m¨ª me gustar¨ªa que me dijeran que soy elegante y guapet¨®n¡±.

Su pel¨ªcula del g¨¦nero favorita es El gran Houdini (1953). Tamariz explica que fue una vez a Jap¨®n a recoger el Premio Houdini que hab¨ªa ganado en la categor¨ªa de magia ¨ªntima (?) y se lo entreg¨® el propio Tony Curtis, que encarn¨® al gran escapista en el filme. ¡°Fue sensacional, nos pasamos tres d¨ªas hablando. Tengo una querencia por Houdini, es sin duda el mago m¨¢s conocido. El escapismo es un g¨¦nero muy popular de la magia. Todo el mundo quiere escapar de algo, la hipoteca, el matrimonio¡­¡±.

El mago usa pocos animales en sus shows. ¡°Aqu¨ª un conejito que aparece y desaparece¡±. Siempre tan did¨¢ctico, aprovecha para explicar que lo del conejo que sale de la chistera procede de la historia real de una mujer, Mary Toft, de Surrey, que en 1726 anunci¨® que hab¨ªa abortado un gazapo. La mujer continu¨® alumbrando conejos durante un tiempo y fue investigada por notables cient¨ªficos de la ¨¦poca, que hicieron el rid¨ªculo. Mary acab¨® encarcelada por fraude.

?Es m¨¢s f¨¢cil enga?ar a un espectador inteligente que a uno tonto? ¡°Prefiero hablar de ilusionar que de enga?ar. Pero s¨ª, es cierto. El truco requiere capacidad de imaginaci¨®n por parte del espectador. Es una ilusi¨®n, como el arco iris¡±.

Antes de despedirnos le cuento c¨®mo me asombr¨® una vez David Copperfield al verme cara de escepticismo con sus trucos y dedicarme uno: bajo mis narices hizo girar la mu?eca 360 grados. Le digo que eso me pareci¨® casi superior a haber hecho desaparecer a Claudia Schiffer. ¡°David es un amigo y un hombre bastante humilde pese a las apariencias. El que te hizo es un truco conocido, yo lo hago. Mira¡­ ?Ay, que me descoyunto!¡±.