M¨¦ndez asegura que orden¨® no vender preferentes a peque?os ahorradores

Acab¨® pidiendo disculpas, sin demasiado ¨¦nfasis ni convencimiento, y despu¨¦s de que el portavoz del PP, Pedro Puy, hiciese casi lo imposible por arrancarle la confesi¨®n de perd¨®n, apelando incluso al "patriotismo" que mostraron los banqueros estadounidenses al reconocer sus errores ante el Congreso de su pa¨ªs. Pero m¨¢s all¨¢ de esa leve concesi¨®n, elexdirector general de Caixa Galicia Jos¨¦ Luis M¨¦ndez ha declinado esta tarde ante el Parlamento gallego cualquier responsabilidad en la desaparici¨®n de esa entidad y muy en concreto, por la venta masiva de preferentes.

"No me siento culpable", declar¨® M¨¦ndez, quien declar¨® que su entidad actu¨® con "enorme celo" en la venta de preferentes. El exjefe de Caixa Galicia lleg¨® a decir que dio instrucciones para que no se colocasen esos productos a peque?os ahorradores, que se advirti¨® a los responsables de las sucursales que deb¨ªan actuar como "comercializadores y no asesores" de los clientes y que incluso se les aleccion¨® para que explicasen que las preferentes "ten¨ªan aspectos positivos y negativos". Cuando el portavoz del BNG, Francisco Jorquera, le afe¨® que estaba descargando la culpa en sus empleados, M¨¦ndez lo neg¨®: "No quiero culpar a la red [de oficinas]". Pero a continuiaci¨®n insisti¨® en que sus instrucciones eran no venderlas a ahorradores.

El que fuera todopoderoso director general de la mayor entidad financiera de Galicia tuvo que escuchar duros reproches de los diputados, "Usted es nuestro Rodrigo Rato, al que todos rend¨ªan vasallaje y ahora le retiran los honores", le espet¨® Jorquera. Yolanda D¨ªaz, de AGE, lo calific¨® de "arrogante" y "aut¨¦ntico C¨¦sar".

M¨¦ndez dej¨® sin contestar algunas preguntas, de forma muy clamorosa las referentes a por qu¨¦ coloc¨® a dos de sus hijos en puestos ejecutivos, uno de ellos al frente de la Corporaci¨®n Industrial de Caixa Galicia. Tambi¨¦n hizo algunas confesiones. Por ejemplo, que la consultora KPMG, que realiz¨® por encargo de la Xunta el estudio previo a su fusi¨®n con Caixanova, le comunic¨® que no iba a contrastar los datos y que tomar¨ªa como buenos los que le facilitasen las entidades. "Yo hablo por mi. Y los que dimos nosotros fueron exactos y rigurosos", declar¨®.

Tambi¨¦n explic¨® que ¨¦l no ha percibido ninguna indemnizaci¨®n sino simplemente la pensi¨®n que le correspond¨ªa cuando decidi¨® jubilarse "de forma voluntaria". La cuant¨ªa de ese plan de pensiones fue de 16,5 millones de euros.

Tras M¨¦ndez, el exidrector general de Caixanova y luego de la caja fusionada Jos¨¦ Luis Pego, afirmo sin rodeos que no quer¨ªa fusionarse con Caixa Galicia y prefer¨ªa acuerdos de fusi¨®n fr¨ªa con otras entidades espa?olas. Pego relat¨® varios contactos en los que dio a entender que tanto el Banco de Espa?a como la Xunta le impusieron la fusi¨®n con la caja coru?esa y que la de Vigo la acept¨® "por responsabilidad institucional". Y dej¨® claro que las otras cajas espa?olas con las que pretend¨ªa aliarse Caixanova han logrado sobrevivir al proceso de reestructuraci¨®n financiera.

Pego tambi¨¦n revel¨® que abandon¨® su puesto porque el presidente de lo que ya se hab¨ªa convertido en Novagalicia Banco, Jos¨¦ Mar¨ªa Castellano, le comunic¨® que as¨ª lo exig¨ªan un grupo de inversores americanos interesados en entrar en su capital. Seg¨²n Pego, ¨¦l mismo le advirti¨® a Castellano que las condiciones de su contrato estipulaban una fuerte indemnizacion, ante lo que le contest¨®. "Los contratos est¨¢n para cumplirse". Pego percibi¨® 7,7 millones a los que sumar¨¢ otros 10,8 cuando alcance la edad de jubilaci¨®n. Pero el exidirector general de Caixanova no quiso extender m¨¢s sobre este asunto ya que aleg¨® que est¨¢ siendo investigado judicialmente por este asunto y sus abogados le han aconsejado no ofrecer explicaciones que pudiesen comprometer su derecho a defenderse.

Con mucho m¨¢s ¨¦nfasis que M¨¦ndez, Pego se declar¨® "culpable de muchos errores", se?al¨® que no puede considerarse "ajeno, insensible e inmune" a las consecuencias sociales de la crisis bancaria y admiti¨® que sus decisiones tuvieron "consecuencias que nunca pudimos imaginar".