Los vigilantes de la historia
Una quincena de castillos y fortalezas medievales de la regi¨®n son visitables La Comunidad de Madrid lanza un plan para revitalizar estas piezas arquitect¨®nicas, que muchas veces pasan inadvertidas para los madrile?os
Levantados en flamantes atalayas, en lugares estrat¨¦gicos e incluso en sitios de dif¨ªcil acceso. As¨ª son la mayor¨ªa de los m¨¢s de 70 castillos y torres con que cuenta la regi¨®n. Son los grandes desconocidos. Muchos de ellos se encuentran en perfecto estado de conservaci¨®n, como el de Manzanares el Real, pero otros sufren los embates del tiempo sin que se acometa su conservaci¨®n o reforma. Estas fortalezas, que se levantaron en la mayor¨ªa de los casos para defensa del avance musulm¨¢n, se dispersan de norte a sur por toda la regi¨®n. La Comunidad va a lanzar ahora un plan para que estos monumentos sean apreciados por los madrile?os.
Los castillos y torres se distribuyen en dos ¨¢reas muy distintas. Las torres del norte, en el entorno de Somosierra, se levantaron para vigilar el avance de los ej¨¦rcitos y para guardar el ganado, en especial las ovejas, seg¨²n explica la catedr¨¢tica em¨¦rita de Historia Medieval de la Universidad Complutense Cristina Segura. Muchas de ellos se convirtieron despu¨¦s en castillos. Conforme avanz¨® la Reconquista, se alinearon en torno al r¨ªo Tajo, sobre todo a partir del siglo XV, cuando los castillos se convirtieron en muestra de poder de los se?ores sobre sus vasallos, adem¨¢s de ser su residencia. Ejemplo son los de Torrej¨®n de Velasco y Batres. ¡°El problema de los castillos de Madrid es que la mayor¨ªa no son visitables. Durante mucho tiempo se les ha despreciado, pero poco a poco la gente se siente atra¨ªdo por ellos. Al que le gusta un castillo, suele repetir¡±, explica Pablo Schnell, miembro de la junta directiva y bibliotecario de la Asociaci¨®n Espa?ola de Amigos de los Castillos (2.400 socios, de los que 600 son de Madrid).
Visitas de fin de semana
Castillo de los Zapata (Alameda de Osuna). Antonio Sancha, 1, en Barajas. Abierto: s¨¢bados, domingos y festivos, de 10.00 a 21.00. Gratuito.
Castillo del Duque del Infantado (Manzanares el Real). Calle del Castillo. Abierto: de martes a domingo. De 10.00 a 18.00, salvo s¨¢bados y domingos, que cierra a las 15.00 y a las 16.00. Cinco euros. Mayores de 60 a?os y menores de 14: tres euros.
Torre¨®n de Gonzalo Chac¨®n (Arroyomolinos). Plaza Mayor. Interior no visitable. Exterior accesible, con paneles informativos.
Castillo de la Orden de Santiago (Villarejo de Salvan¨¦s). Plaza de la Constituci¨®n, sin n¨²mero. Visitas: S¨¢bados y domingos: de 11.00 a 12.30 y de 19.00 a 20.00 Entradas: torre¨®n, dos euros. Visita guiada, que incluye la Casa de la Tercia y la puesta de sol en el torre¨®n, desde las ocho de la noche: tres euros.
Castillo de los Mendoza (Buitrago de Lozoya). Plaza del Castillo, sin n¨²mero. Cerrado desde octubre por rehabilitaci¨®n. Abierto el conjunto amurallado.
Castillo de La Coralera (San Mart¨ªn de Valdeiglesias). Plaza del Castillo. De 11.00 a 14.30, s¨¢bados tambi¨¦n de 16.00 a 19.00. Entrada: dos euros.
Algunas fortalezas sobresalen sobre otras. El caso m¨¢s paradigm¨¢tico es el castillo de Manzanares el Real, cuna de la autonom¨ªa madrile?a. Este conjunto est¨¢ formado por grandes ventanales, cuatro torres en sus v¨¦rtices, adornadas con bolas al m¨¢s puro estilo isabelino. Consta de seis plantas. Su construcci¨®n fue iniciada en 1475 por el primer duque del Infantado, y finalizada por su hijo, ??igo L¨®pez de Mendoza. Particip¨® el arquitecto de los Reyes Cat¨®licos, Juan Guas, el mismo que levant¨® el palacio del Infantado de Guadalajara.
??igo L¨®pez de Mendoza, primer marqu¨¦s de Santillana, es un personaje muy destacado en la historia de los castillos de Madrid, seg¨²n recuerda la catedr¨¢tica de Historia del Arte de la UNED, Alicia C¨¢mara. Este poeta y humanista cortesano revitaliz¨® Buitrago de Lozoya, con un conjunto amurallado ¨²nico en la regi¨®n. ¡°Llev¨® obras de arte, construy¨® un puente al otro lado del r¨ªo para ir de caza, reedific¨® el castillo e hizo levantar el hospital de la localidad. Form¨® una peque?a corte¡±, explica la profesora. Adem¨¢s, dot¨® al pueblo de una coracha para poder coger agua del r¨ªo y suministrarla a los vecinos. ¡°Es una de las pocas corachas que se conservan y est¨¢ en muy buen estado¡±, recuerda su colega de la Complutense, Cristina Segura. El castillo se encuentra ahora en fase de rehabilitaci¨®n.
Uno de los monumentos que resulta m¨¢s desconocido para la inmensa mayor¨ªa de madrile?os es el castillo de los Zapata, en el barrio de la Alameda de Osuna (distrito de Barajas). De hecho, es el ¨²nico que existe en la capital. Esta residencia se?orial fortificada se levant¨® entre 1396 y 1404. Destaca el enorme foso que lo rodea para protegerlo, ya que se encuentra en una zona topogr¨¢ficamente poco ventajosa. Sufri¨® un incendio en 1695, y desde entonces estuvo condenado al abandono, junto a otros testigos de la historia local de los entonces extrarradios de Madrid, como los restos de la aldea de la Alameda, su iglesia, su cementerio y el camino de Alcal¨¢.
Su recuperaci¨®n comenz¨® en 1988, con las primeras excavaciones, cuando el conjunto estaba decorado con grafitos y pintadas. La actuaci¨®n termin¨® en 2010; entonces se pudo trazar la planta actual y c¨®mo era el conjunto. Un problema para el visitante es la pr¨¢cticamente nula se?alizaci¨®n para llegar.
M¨¢s alejados de la capital, hay que partir hacia el este o el suroeste para toparse con dos conjuntos muy distintos, pero extraordinariamente atrayentes. El castillo de la Coracera de San Mart¨ªn de Valdeiglesias es atribuido al temido condestable de Castilla, ?lvaro de Luna; se caracteriza por su torre del homenaje, de planta pentagonal, situado en un lateral del conjunto y flanqueada por otras tres torres cil¨ªndricas y los restos de lo que fue una barrera perimetral.
No se conservan ni los restos de su foso ni las estancias que lo rodearon. Recientemente ha sido restaurado por la Comunidad de Madrid, que ha hecho accesibles la torre del homenaje y parte de sus adarves (pasillo estrecho situado sobre la muralla).
A otro extremo de la regi¨®n, se levanta un monumento original a la par que imponente: el castillo de la orden de Santiago en Villarejo de Salvan¨¦s. Fue, junto con el de Fuentidue?a, el que levant¨® la orden. Se caracteriza por una torre del homenaje rodeada por una barrera. Es un ejemplo excepcional de arquitectura militar, formado por ocho cubos rematados por matacanes (obra ubicada en lo alto de la torre que sobresale por su parte exterior). El recinto principal, con su patio y sus estancias, se omitieron. Un atractivo a?adido para el visitante es que se puede contemplar el anochecer desde su parte m¨¢s alta.
Con la misma finalidad que el de Villarejo se construy¨® en Arroyomolinos el castillo de Gonzalo Chac¨®n, el vasallo de Isabel I de Castilla. Se trata de una obra iniciada por Juan de Oviedo, muy similar a la de Pinto. Del mismo s¨®lo se conserva la torre, de planta rectangular con esquinas redondeadas y construidas en ladrillo mud¨¦jar sobre basamento de fuerte mamposter¨ªa. Tiene cuatro plantas. Ha sufrido una gran restauraci¨®n en los ¨²ltimos a?os, lo que ha permitido recuperarla para el municipio. De hecho, no se ha terminado a¨²n. Se espera completar el interior para que sea visitable en breve.
Las obras de conservaci¨®n tambi¨¦n han permitido recuperar los vestigios de dos peque?as edificaciones dedicadas a alojar los servicios del castillo. Adem¨¢s, se han colocado paneles explicativos y unas cubiertas para proteger los restos arqueol¨®gicos hallados.
El Gobierno regional va a poner en marcha un plan denominado Centinelas de piedra, el t¨ªtulo utilizado en un libro de Fernando S¨¢ez Lara. Se pretende acercar estas fortalezas a los madrile?os, que dejen de ser los grandes desconocidos de la regi¨®n, seg¨²n explica Carmen Jim¨¦nez, jefa del servicio de dinamizaci¨®n de recursos tur¨ªsticos y culturales de la Comunidad. Primero se promocionar¨¢n los seis castillos m¨¢s famosos para despu¨¦s llegar hasta 2015 al resto de los existentes en la regi¨®n. ¡°Es una gran idea si sirve para promocionarlos¡±, destaca la catedr¨¢tica C¨¢mara. ¡°Deber¨ªa haber m¨¢s medidas para recuperar todo este patrimonio medieval que se est¨¢ perdiendo¡±, concluye Segura.
Una vallecana, visitante 500.000
Poco se imaginaba Cristina Palaz¨®n Ruiz, vecina de Vallecas, cuando reserv¨® para visitar en el puente de mayo el castillo de Manzanares el Real que se iba a convertir en un personaje de la historia de este monumento. Era, por cuestiones del azar, la visitante n¨²mero 500.000 desde su reinauguraci¨®n.
Palaz¨®n fue nombrada el pasado s¨¢bado dama de honor del castillo. La recibi¨® justo a la entrada un grupo de actores disfrazados de personajes de ¨¦poca, entre los que iban el due?o de tan magno inmueble, el duque del Infantado.
Esta trabajadora de un departamento de Recursos Humanos fue conducida por ese s¨¦quito hasta la sala del Infantado. La ceremonia transcurr¨ªa tranquila, mientras algunos aldeanos ped¨ªan los favores del se?or. Eso, hasta que surgi¨® una confusi¨®n con un noble caballero, que acus¨® a la dama de serle infiel. Espadas en ristre, un soldado del duque tuvo que defender el honor de la dama en un duelo en el que, milagrosamente, no corri¨® la sangre. La confesi¨®n de una de las integrantes de la corte del duque solucion¨® el entuerto ante la mirada sorprendida de Palaz¨®n y del p¨²blico asistente.
Despu¨¦s, la dama fue correspondida con una reproducci¨®n del castillo y otros regalos promocionales, adem¨¢s de tener entrada gratuita al recinto durante todo el a?o.
¡°Ha estado muy bien, pero me he sentido un poco rara. Lo mejor han sido los vestidos de ¨¦poca y la representaci¨®n del noble¡±, reconoc¨ªa la dama, tras los 20 minutos de representaci¨®n.
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