El proyecto de crear un grupo l¨¢cteo gallego fracasa de nuevo
El experimento cooperativista que se hizo con la f¨¢brica de Pascual se hunde pese al ¨¦xito de sus marcas. Mil ganaderos, atrapados en la suspensi¨®n de pagos
Sobre las ruinas de la factor¨ªa de Leche Pascual en Lugo aspiraba a asentar la Xunta junto a un pu?ado de cooperativas ganaderas ¡ªcapitaneadas por dirigentes afines al PP¡ª los cimientos del ansiado grupo l¨¢cteo gallego, una vieja reivindicaci¨®n del sector, ansioso por dejar de surtir de marcas blancas a las grandes superficies comerciales y pasar a vender por fin productos con valor a?adido. El negocio, seg¨²n se encarg¨® de recordar el Gobierno gallego hace tres a?os, era redondo: se evitaba el cierre de la f¨¢brica que Pascual ten¨ªa en Outeiro de Rei (Lugo) y el despido de la mitad de sus 155 trabajadores. De paso, el PP daba cumplimiento a una repetida promesa electoral: el grupo gallego de transformaci¨®n que permitiera a las granjas competir en el mercado con algo m¨¢s que precios bajos.
?Hab¨ªa otras opciones sobre la mesa pero la Conseller¨ªa de Medio Rural (que entonces presid¨ªa Samuel Ju¨¢rez, actual delegado del Gobierno) se decant¨® por el grupo de cooperativas que mejores relaciones ten¨ªan con el PP. De las 11 que entraron, las dos m¨¢s fuertes ten¨ªan al frente a viejos conocidos del partido: La Arzuana la manejaba el teniente de alcalde de Touro, Eugenio Montero; a la cabeza de las de Gancobre y Perpetuo Socorro estaba Arcadio L¨®pez, con el mismo cargo en el Ayuntamiento de A Pastoriza. Ambos dirigentes coparon los asientos clave en el Consejo de Administraci¨®n de la nueva empresa, Alimentos L¨¢cteos, que naci¨® con una inyecci¨®n de capital de 2,5 millones de euros, a trav¨¦s de un pr¨¦stamo participativo del instituto de cr¨¦dito XesGalicia. Las notas de prensa de la Xunta apuntaban entonces a ¡°un plan de negocio documentado, equilibrado y viable¡±.
Las m¨¢quinas volvieron a ponerse en marcha en una factor¨ªa con capacidad para producir 240 millones de litros de leche al a?o. La nueva sociedad sac¨® al mercado dos marcas comerciales (Deleteite Galego para el mercado auton¨®mico y Muu, a comercializar en el resto del Estado). Y 81 exempleados de Pascual, que cedi¨® las instalaciones en r¨¦gimen de arrendamiento, segu¨ªan en el tajo. De los 800.000 euros con los que cont¨® al nacer la sociedad en enero de 2010, el 52% estaba en manos de las dos grandes cooperativas: Arzuana y Gancobre. Otras nueve completaban el accionariado aunque formalmente Alimentos L¨¢cteos siempre mantuvo las puertas abiertas a nuevos socios puesto que nunca manej¨® la cantidad suficiente de materia prima para hacer rentable la factor¨ªa.
Durante los primeros meses de vida garantiz¨® al menos unos precios razonables a los productores, algo por encima de lo que entregaban los fabricantes de marcas blancas. Las encuestas de consumo certificaban que la leche gustaba a quienes la compraban los supermercados. Deleite se hizo un hueco en las estanter¨ªas gallegas y Muu respond¨ªa bien en otras comunidades, especialmente Andaluc¨ªa. A fin de cuentas, la factor¨ªa y los trabajadores los hab¨ªan heredado de Pascual, uno de los referentes en el sector, ahora tambi¨¦n en horas bajas. El experimento se mantuvo a costa de ir incrementando mes a mes a los n¨²meros rojos, porque Alimentos L¨¢cteos nunca lleg¨® a cubrir la producci¨®n que rentabilizase los costes. Lo que oblig¨® a planificar sucesivas ampliaciones de capital durante los ¨²ltimos a?os.
En oto?o de 2011 los socios tuvieron que aportar hasta 2,3 millones de euros, Arzuana y Gancobre rebajaron su peso en el accionariado hasta el 50,9%, pero sus presidentes siguieron copando los puestos relevantes en el gobierno de Alimentos L¨¢cteos. La situaci¨®n no mejor¨®, y el listado de acreedores sigui¨® estir¨¢ndose casi al mismo tiempo que los tetrabricks de Deleite y Muu ganaban fama en los hipermercados. El pasado agosto, en una rocambolesca operaci¨®n para salir del atolladero, los gestores de la sociedad ¡ªasfixiada por las deudas¡ª planificaron una nueva ampliaci¨®n de capital de 1,6 millones de euros hasta completar cuatro millones. La peculiar f¨®rmula elegida por el consejo de administraci¨®n fue pedir a los peque?os ganaderos (la mayor¨ªa sin liquidez para afrontar semejante inversi¨®n) que entregasen leche a la f¨¢brica, a cambio de una especie de participaciones en la sociedad. En funci¨®n de los litros aportados, las granjas recibieron unos t¨ªtulos ¡ªque en el sector ya se conocen como ¡°las preferentes de los ganaderos¡±¡ª y que van camino de convertirse en un problema m¨¢s para Alimentos L¨¢cteos.
El pasado oto?o, la situaci¨®n ya era ag¨®nica para la compa?¨ªa, los pagos a los productores acumulaban retrasos y algunas granjas hab¨ªan dejado de surtir a Alimentos L¨¢cteos. Pero en las semanas previas a las elecciones auton¨®micas de octubre, seg¨²n testigos de las diferentes cooperativas, la Xunta garantiz¨® ¡ªa trav¨¦s de un representante de Xes Galicia¡ª a los ganaderos que invertir¨ªa cuatro millones en reflotar la compa?¨ªa. Como se?al, el Gobierno gallego hizo una primera entrega de 500.000 euros. Pero, seg¨²n se?alan los mismos testigos, al d¨ªa siguiente de la rev¨¢lida de Feij¨®o, la Xunta se ech¨® atr¨¢s y dej¨® de aportar m¨¢s fondos. A finales de enero, la empresa decidi¨® por fin solicitar el preconcurso de acreedores. El plan de viabilidad para afianzar las dos marcas comerciales, que, pese a su juventud, ya hab¨ªan ganado reputaci¨®n en los lineales de los supermercados, no acab¨® de fraguar en medio de un sinf¨ªn de reuniones a m¨²ltiples bandas entre las cooperativas, la Xunta y Pascual.
Los 81 empleados empezaron a sufrir retrasos en las n¨®minas y dejaron de cobrar una paga extra. Cualquier plan de negocio evidencia la necesidad de incrementar la producci¨®n, y el Gobierno gallego, visto el fracaso de su experimento, empez¨® a sondear posibles socios comerciales. Quienes conocen desde dentro la negociaci¨®n apuntan que a Pascual solo le falt¨® estampar la firma y que incluso sus directivos aterrizaron en Santiago con el compromiso de aportar tres millones de euros si el Gobierno gallego pon¨ªa una cantidad similar en el proyecto. Los sindicatos del campo, Uni¨®ns Agrarias, X¨®venes Agricultores y el Sindicato Labrego Galego avalaban esa f¨®rmula, igual que los trabajadores. Pero la operaci¨®n se frustr¨® en el ¨²ltimo segundo porque la Xunta pidi¨® m¨¢s tiempo.
El pasado 16 de marzo, Alimentos L¨¢cteos decret¨® un ERE de suspensi¨®n de contratos para toda su plantilla que debe durar hasta final de a?o, a la espera de una soluci¨®n definitiva. La lista de acreedores supera el centenar y en ella figuran junto a los propios empleados, bancos, la propia Xunta y casi un millar de ganaderos. En total, 12 millones de deuda. Tanto el conselleiro de Industria, Francisco Conde, como la de Mar, Rosa Quintana, repiten que el Gobierno gallego sigue buscando una salida. El vicepresidente, Alfonso Rueda, garantiz¨® a los trabajadores que ¡°por la Xunta no va a quedar¡±. Pero los d¨ªas corren, el socio industrial no aparece y la ruina de Alimentos L¨¢cteos podr¨ªa abocarla a su liquidaci¨®n. Entre sus principales activos, est¨¢n las dos marcas comerciales que apetecen mucho a los competidores, pero que pierden valor cada d¨ªa que pasan sin estar en las estanter¨ªas. Y la factor¨ªa hace dos meses que no produce. Hay quien sospecha que ser¨¢ una empresa rival la que puje por las marcas y se olvide de la f¨¢brica de Lugo.
Entretanto, la oposici¨®n en pleno registra iniciativas parlamentarias para criticar el ¡°desprop¨®sito¡±. Censuran que la Xunta haya optado desde el principio ¡°por sus amigos¡± en lugar de apostar por un grupo de 23 cooperativas que tambi¨¦n estaban interesadas en hacerse con la f¨¢brica de Pascual y que hace tres a?os ya sumaban una producci¨®n mayor que las que finalmente se integraron en Alimentos L¨¢cteos. Y sobre todo PSOE, BNG y AGE preguntan qu¨¦ ha sido de los m¨¢s de siete millones de dinero p¨²blico que se han perdido en el camino.
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