¡°Piense que har¨ªa si tiene que decirle a un ni?o que no hay cena¡±

Unas declaraciones del que firma, en relaci¨®n a los riesgos de malnutrici¨®n y alimentaci¨®n deficiente de la infancia, ha suscitado inusitado inter¨¦s, esc¨¢ndalo en los siempre dispuestos y por qu¨¦ no alguna descalificaci¨®n personal de este modesto portavoz.

Valga decir para restablecer la primera certeza, que todo esto se debe a una proposici¨®n del Grupo de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Madrid, que pide al Gobierno Municipal, la anticipaci¨®n al problema, habilitando un colegio por distrito para garantizar un comedor destinado a la infancia que lo necesite en los meses de vacaciones.

Es cuesti¨®n objeto de informes de organismos internacionales, preocupaci¨®n del Gobierno de la Naci¨®n y que ha impulsado medidas concretas en Andaluc¨ªa o Catalu?a.

A partir de ah¨ª digo algunas cosas que resumo:

• Con las cifras de paro y de familias en las que no se ingresa ni un euro, no deber¨ªa ser tan dif¨ªcil que hubiera riesgos de falta de alimentaci¨®n y desde luego desnutrici¨®n infantil.

• En un estado moderno que quiera presumir m¨ªnimamente de ello, es obligaci¨®n de los poderes p¨²blicos, esto es, de los que cobran los impuestos, el poner las medidas que impidan la negaci¨®n de derecho tan b¨¢sico, sin el cual creo que hablar de Democracia es simplemente un brindis al sol.

• ?Valoro la acci¨®n de la iniciativa social, desgraciadamente tan necesaria en esto temas. Bancos de Alimentos y otros cubren hoy la penosa realidad diaria, pero en mi opini¨®n no es la paliativa la soluci¨®n necesaria, sino la acci¨®n del Estado, que adem¨¢s garantiza la legalidad, el criterio y el reconocimiento pleno del derecho, que lo es.

• ?Afirmo a continuaci¨®n que si los gobiernos no entienden la necesidad de priorizar en temas sensibles como este, habr¨¢ que cambiar gobiernos y pol¨ªticos insensibles.

• Deduzco que, si finalmente, nadie da respuestas, es m¨¢s que posible que se produzcan medidas radicales e incluso violentas, que una vez desaparecida la acci¨®n decente de los gobiernos, yo considerar¨ªa l¨ªcitas.

No he sido ni soy partidario de acciones que equivoquen a la gente. Ni creo en h¨¦roes que requisan para repartir. Pero si observo como tantos, el crecimiento de la desesperaci¨®n de la gente, creo que es mejor articular, organizar y pelear colectivamente lo que es negado por poderes perfectamente organizados. A eso me refiero con ¡°hacer las cosas bien¡±.

No nos enga?emos por la magia de las palabras.

La legalidad, la seguridad y el orden se defienden con todos los medios, incluida la violencia. Lo dicen todos los d¨ªas se?ores de mucha rectitud. Y yo a?ado que el derecho a la vida digna es lo que garantiza m¨¢s legalidad, m¨¢s seguridad y m¨¢s orden.

No es por tanto un derecho menor.

Y si todo esto no sirve, m¨ªrense al espejo, imag¨ªnense que tienen que decirle a un ni?o, a su hija, que hasta aqu¨ª lleg¨® la cena, si es que lleg¨®... y piensen que har¨ªan. Pues eso es lo que har¨ªa yo.

S¨®lo que s¨¦ que lo mejor es hacerlo juntos, y que el valor de la solidaridad es entender los problemas tambi¨¦n cuando no te afectan directamente.