La m¨¢quina de escuchar
En ¡®El entretenimiento¡¯, la compa?¨ªa angloespa?ola Sleepwalk Collective lleva el teatro al terreno de la ficci¨®n sonora
La sala Kubik Fabrik est¨¢ en Usera, barrio pr¨®ximo al centro (a 3¡¯5 kil¨®metros de Sol, lo mismo que Cuatro Caminos) pero que se nos hace lejano porque nuestras autoridades presentes y pret¨¦ritas han ido postergando la extensi¨®n de la l¨ªnea 11 ¨Cque muere s¨²bitamente en plaza El¨ªptica cuando deber¨ªa seguir hacia Atocha¨C, para hacer en su lugar l¨ªneas hiperdeficitarias a Pozuelo y Boadilla, n¨²cleos poblacionales de renta per c¨¢pita mucho m¨¢s alta. En Usera, Fernando S¨¢nchez-Cabezudo est¨¢ haciendo una programaci¨®n que concilia lo popular con el arte y ensayo, lo emergente con lo sobradamente reconocido.
El entretenimiento, de Sleepwalk Collective (cuyo espect¨¢culo anterior obtuvo el primer premio y el premio a la mejor actriz del BE Festival de Birmingham), es un experimento en el que se mezcla acertadamente el lenguaje del teatro presencial con el del radio arte: el Centro Dram¨¢tico Nacional podr¨ªa haberlo apadrinado perfectamente en el ciclo de ficci¨®n sonora que ofrece estos d¨ªas.
El entretenimiento
Autores: Sleepwalk Collective. Int¨¦rprete: Iara Solano Arana. Direcci¨®n: Sammy Metcalfe. Sala Kubik Fabrik. Del 27 al 30 de junio.
En la m¨¢s absoluta oscuridad te¨®rica (alg¨²n hilo de luz mortecina se filtra por la claraboya cubierta de la Kubik), escuchamos a trav¨¦s de unos cascos la voz de una mujer evanescente que pide atenci¨®n al rumor de su cuerpo, al latido casi imperceptible de su coraz¨®n, al aire que ensancha su pecho, y que, cuando somos ya todo o¨ªdos, nos pide que abramos los ojos. Jadeante, vestida de rojo, micro en mano, recorre su rostro con el ¨ªndice de la otra: ¡°Ser¨¦ vuestra azafata¡±, dice, antes de ofrecernos las instrucciones de vuelo.
El entretenimiento es un juego en el que se nos invita a disociar vista y o¨ªdo, que con los auriculares se convierte en un ¨®rgano propioceptivo: entre tinieblas, la voz del personaje parece nuestra voz interior; pero cuando la actriz nos habla iluminada en contrapicado por una luz cegadora, su voz suena extra?ada, ni suya ni nuestra. El comienzo es hipn¨®tico, pero el espect¨¢culo entero exhala modernidad, una sensualidad met¨¢lica, cierto peligro y un aire de estar en la pomada de lo que se esta cociendo ahora (y de lo que lleva a?os coci¨¦ndose en Ars Sonora, programa de Radio 2 que dirige Miguel ?lvarez-Fern¨¢ndez).
La idea de partida es buena, su ejecuci¨®n, mejor; y el texto resulta m¨¢s interesante cuando evoca im¨¢genes y situaciones que cuando explica lo que est¨¢ pasando. Es cien veces m¨¢s sugerente ese ¡°sue?o que estoy en un escenario hablando con voz de hombre¡± que la rutinaria fantas¨ªa er¨®tica que le precede.
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