Dieta de fugitivos 1230
La alimentaci¨®n de un grupo de unas 40 personas musulmanas de Mallorca en fuga, acosados por el rey conquistador Jaume I
Este men¨² obligado, una dieta de supervivencia de un colectivo de 40 personas en fuga, ocultas en un acantilado, en una cueva abierta ante el abismo, remite a una situaci¨®n extrema, a un final de unos or¨ªgenes y en un espacio m¨ªnimo.
Sin posibilidad de cruzar una frontera para huir e intentar salvarse, esos payeses sarracenos, musulmanes de Mallorca, acosados en 1230 por el rey conquistador, invasor, Jaume I y sus tropas se ampararon en un hueco de un despe?adero con el mar como horizonte inmediato, pero imposible. All¨ª acabaron derrotados, expoliados, esclavizados aquellos que salvaron la vida.
Ten¨ªan bajo una piedra las tres llaves de sus casas en la isla, la esperanza del regreso porque pensaban en el retorno. Sin propon¨¦rselo, con aquella herencia de hierro, dejaron un testamento general, un inventario global de aquel instante, la angustia prolongada. Hablan en sus detritus, los restos de lo que comieron en aquella situaci¨®n de asedio sin escapatoria.
El ¨²ltimo envite les sorprendi¨® mientras se asaba uno de los diez conejos o liebres que consta que consumieron. Qued¨® una pierna al fuego, sin desmembrar. Tambi¨¦n transportaron a lo alto, a la bauma de abrigo, diez cabras y corderos, porque restos de su esqueleto se acumularon en el fondo del hoyo de desperdicios, las primeras comidas.
Restos de ovejas, cabras, liebres, gallos perdices, palomos, ratas y murci¨¦lagos
En capas superiores, raros restos de 68 ratas y 8 murci¨¦lagos plantean la duda: la posible emergencia del uso de alimentos de la necesidad, la escasez de v¨ªveres y la imposible salida para cazar, dado que son especies de raro consumo humano. En d¨ªas m¨¢s amables los fugitivos dieron cuenta de tres gallos/gallinas y cuatro perdices, once palomos y tres mirlos.
Miquel Barcel¨®, historiador, es director del informe sobre la excavaci¨®n de un episodio hist¨®rico, un hecho de la posconquista, la persecuci¨®n narrada al detalle por el rey en El llibre dels fets, primera autobiograf¨ªa de la historia, seg¨²n David Abulafia en La gran mar.
Barcel¨®, con Helena Kirchner, Mateu Riera y 13 colaboradores analistas dan los detalles del asunto en Primavera 1230: Andalusins refugiats a la serra de Llevant (Mallorca) a¨²n in¨¦dito. Del informe arqueozool¨®gico surge el men¨², la despensa y la cocina. El ajuar, la vajilla cer¨¢mica, que llevaron consigo fue muy grande (hasta 23 jarras y tinajas para agua) porque lo consideraron valioso y/o necesario.
La aventura ¡ªuno no se sale as¨ª de una isla¡ª acab¨® la noche de luna llena de marzo, tras ocho d¨ªas de resistencia antes de la rendici¨®n, tras semanas de refugio. Tres meses antes, las tropas del rey, los magnates y el arzobispo hab¨ªan entrado y saqueado Medina Mayurqa/Ciutat de Mallorca/ Palma de Mallorca.
El joven rey catal¨¢n recorri¨® los extremos monta?osos y ¡°las entradas de la tierra¡± de su nuevo feudo-colonia para culminar la razia, la captura de gente, ganado y bienes. Los fugitivos inermes, payeses del entorno, lanzaban piedras a los caballeros armados. El bot¨ªn creci¨® con ¡°roba bona¡± (objetos de valor), cereal y miles de cabezas de ganado.
Hasta 555 carbones se han analizado para identificar la le?a seca y verde usada, ya que no pod¨ªan alejarse a recoger combustible
La secuencia del rancho de los fugitivos pasa de los mam¨ªferos que llevaban consigo a la caza menor , las aves, los roedores (?) y la recolecci¨®n de moluscos. La lista de caracoles devorados en ¨¦poca de escasez ante la dilatada estancia en un refugio improvisado (bovers, viudes, caracolas, caracolas de serp, caracoles peque?os de serp) habla de una tradici¨®n culinaria que los pobladores de sustituci¨®n imitaron.
Pocos restos del mar cercano a la bauma d'en Xoroi en Ferrutx. Ir a pescar era de dif¨ªcil en el asedio y apenas queda un cuerno, almejas, algunas espinas. La minuciosidad de la arqueolog¨ªa permite detallar hasta los cereales: cebada vestida, trigo desnudo y espelta gemela. Tambi¨¦n de vi?a y alguna mala hierba.
Hasta 555 carbones se han analizado para identificar la le?a seca y verde usada, ya que no pod¨ªan alejarse a recoger combustible. Ardi¨® mata de lentisco, acebuche (ullastre), estepa, pino, pero no encina.
Los perdedores ve¨ªan media Mallorca, de Formentor a Randa, la mar gran y sus posesiones arrebatadas. Se hall¨® la tumba orientada hacia la Meca de una mujer de 1,53 cent¨ªmetros de altura de unos 20 a?os, subsaharaiana (negra), que hab¨ªa comido verduras y carne; poco musculada excepto en los antebrazos.
All¨ª todo se par¨® en 1230, nadie habit¨® despu¨¦s en aquel lugar, solo qued¨® el momento, un hecho cerrado: el libro y el relato de los restos.
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