Algo m¨¢s que cuatro piedras viejas
El hallazgo de un taller paleol¨ªtico en Vic¨¢lvaro reabre el debate sobre el mantenimiento de los yacimientos arqueol¨®gicos. ?Cu¨¢l es su mejor futuro?
Es un proceso minucioso. Manual y lento. El pincel arrastra montoncitos de tierra. Asoma una de las aristas de un s¨ªlex y la arque¨®loga la marca pegando al lado una chincheta roja. Hace 200.000 ¨® 300.000 a?os, otra mano se?al¨® probablemente ese trozo de mineral y lo tall¨® con pericia a golpes de percutor, una piedra calc¨¢rea tra¨ªda desde el Jarama, hasta afilar un bifaz (hacha de mano) con el que pod¨ªa abrir en canal un elefante. Entonces, Vic¨¢lvaro no era Vic¨¢lvaro, ni estaban previstas miles de casas alrededor de esta explanada por la que asoma el s¨ªlex, entre los valles del Manzanares y el Jarama.
Media docena de especialistas rascan la tierra a pleno sol en un secarral de unos 50 metros cuadrados situado casi en mitad de ninguna parte. Sacan a la luz el ¨²ltimo hallazgo arqueol¨®gico de la regi¨®n: un taller de s¨ªlex del Paleol¨ªtico Inferior, bautizado como Charco Hondo. Madrid tiene m¨¢s de 3.000 yacimientos documentados, de los que 18 se ense?an al p¨²blico como museos, tanto al aire libre como enclavados en las obras donde se encontraron.
En Espa?a no existe un taller documentado de esta cronolog¨ªa como el de Charco Hondo, se?ala Sergio B¨¢rez, geoarque¨®logo y codirector de la excavaci¨®n. Pero es dif¨ªcil alcanzar un consenso sobre cu¨¢l es su mejor futuro. ?Se debe tratar y mostrarlo al p¨²blico como reclaman vecinos de Vic¨¢lvaro y los partidos de la oposici¨®n? ?Mejor conservarlo cubierto para abrirlo despu¨¦s a la investigaci¨®n?
Hace tres semanas que comenzaron los trabajos para sacarlo a la luz, aunque su existencia llevaba documentada desde hace seis a?os. No hay prisa. La crisis del ladrillo y una sentencia del Tribunal Supremo tienen en suspenso el desarrollo urban¨ªstico en el que est¨¢n previstas 15.400 viviendas. Otra peculiaridad del taller es su buen estado de conservaci¨®n. ¡°Es como un instante congelado en el tiempo¡±, describe B¨¢rez al filo de la cuesta que baja hasta el yacimiento.
La pista para localizarlo fue la depresi¨®n que presentaba el terreno en ese punto. Se llev¨® a cabo un sondeo con una pala y se descubri¨®. El lugar estaba surcado por peque?os arroyos que erosionaron el suelo y dejaron al descubierto los materiales m¨¢s resistentes, los n¨®dulos de s¨ªlex. Despu¨¦s ese mismo arroyo trajo la arena que lo tap¨® y permiti¨® su conservaci¨®n hasta nuestros d¨ªas. ¡°As¨ª pudieron acceder los hombres primitivos a la materia prima¡±, a?ade B¨¢rez. Todav¨ªa no se sabe con precisi¨®n si eran neandertales o su predecesor, el homo Heidelbergensis. Falta realizar las pruebas que permitan acotar con m¨¢s exactitud el periodo al que pertenecen los restos.
En los alrededores se han encontrado otros restos de distintas ¨¦pocas. Los m¨¢s importantes: Casa Montero, con neol¨ªtico de s¨ªlex y El Ca?averal, donde se han documentado cuatro yacimientos del Paleol¨ªtico Medio (50.000-100.000 a?os). Y en el mismo desarrollo urban¨ªstico de Los Ahijones, a apenas unos metros, se encuentra una necr¨®polis visigoda con 824 tumbas y restos de 1.500 individuos de entre finales del siglo V y el VII. Los hallazgos, en este caso, se han sacado del terreno y se han trasladado al Museo Arque¨®logico Regional, en Alcal¨¢ de Henares.
Visitas de todo tipo
La Direcci¨®n General de Patrimonio Hist¨®rico comenz¨® su plan de yacimientos visitables en 2003. Hay 18 abiertos y en otros 15 se est¨¢ trabajando para abrirlos al p¨²blico. Entre los ya acondicionados, se pueden encontrar ejemplos urbanos como el yacimiento paleontol¨®gico de la estaci¨®n del metro de Carpetana. Fue descubierto a ra¨ªz de las obras del suburbano e incluye ejemplos de la vida animal y vegetal del Mioceno (entre 23 y cinco millones de a?os atr¨¢s). En Colmenar del Arroyo se habilit¨® recientemente el b¨²nker Blockhaus-13, una construcci¨®n ejemplo de arquitectura militar de la Primera Guerra Mundial.
Otra opci¨®n es la necr¨®polis medieval del t¨¦rmino municipal de Sieteiglesias. En su interior se han localizado 85 tumbas, desde excavadas en roca hasta otras m¨¢s complejas construidas con lajas de piedra, de tipo cista.
La Direcci¨®n General de Patrimonio, dependiente de la Comunidad de Madrid, prev¨¦ cubrir el taller con una malla geotextil y arena. Los restos ser¨¢n trasladados primero a la Universidad Aut¨®noma de Madrid y despu¨¦s ser¨¢n recogidos en el mismo museo.
Cubrir el yacimiento en lugar de abrir un museo ¡°no es una cuesti¨®n de dinero¡±, se?ala Ignacio Mu?oz, director general de Patrimonio. ¡°Este lugar tiene un gran inter¨¦s cient¨ªfico pero no visual¡±, a?ade. ¡°Es como una cantera, los antiguos habitantes ven¨ªan a hacer las herramientas y se iban, por lo que un posible visitante solo ver¨ªa piedras y arena, salvo que acuda con un arque¨®logo que se lo explique¡±.
El presupuesto regional para yacimientos visitables y actuaciones arqueol¨®gicas se ha reducido levemente en dos a?os. Seg¨²n la Consejer¨ªa de Cultura, en 2011 se ejecutaron 500.000 euros, casi 200.000 menos que los previstos inicialmente, que se recortaron por falta de fondos del Gobierno regional. Para 2013, prev¨¦n alcanzar los 420.000 euros, cantidad resultante de sumar los 380.000 reflejados en el presupuesto m¨¢s 50.000 que Cultura prev¨¦ a?adir.
Para una zona como el distrito de Vic¨¢lvaro, en el que escasean los reclamos tur¨ªsticos culturales, un yacimiento abierto al p¨²blico podr¨ªa suponer un aliciente. As¨ª lo defienden tanto IU como el PSOE, que comenzaron reclamando que se mantuviera la necr¨®polis visigoda al aire ¡ªen cuyos alrededores, los arque¨®logos buscan ahora un poblado de la misma ¨¦poca¡ª y han presentado iniciativas tanto a nivel municipal como regional.
El giro de la Ley de Patrimonio
La nueva Ley de Patrimonio Hist¨®rico de la Comunidad de Madrid, publicada en el BOE de 19 de junio de 2013, se ha aprobado en medio de las cr¨ªticas de los profesionales de la arqueolog¨ªa y con el convencimiento por parte de los pol¨ªticos de la oposici¨®n de que su redacci¨®n favorece a Eurovegas, cuyos promotores no van a tener los mismos controles que se exig¨ªan antes. Para Diana D¨ªez, presidente de la Secci¨®n de Arqueolog¨ªa del Colegio de Doctores y Licenciados (CDL), "el problema es que la ley protege lo que se sabe que existe, no lo que se sospecha. Y la arqueolog¨ªa se basa en lo que no se ve, precisamente en lo que se supone que existe en un lugar".
Con la anterior ley, de 1998, los desarrollos urban¨ªsticos ten¨ªan la obligaci¨®n de redactar unos planes especiales en los que se especificaba el impacto ambiental y la intervenci¨®n arqueol¨®gica. Despu¨¦s se llevaban a cabo prospecciones, y en caso de que se localizaran restos, se emprend¨ªa una excavaci¨®n. "Como ha pasado en Los Berrocales y en Los Ahijones, pero con la nueva ley no ser¨ªa as¨ª", sostiene D¨ªez.
Se har¨¢ en todos aquellos lugares que est¨¦n incorporados al Cat¨¢logo Geogr¨¢fico de Bienes Inmuebles del Patrimonio Hist¨®rico de la Comunidad de Madrid, que incorpora los yacimientos arqueol¨®gicos y paleontol¨®gicos cuya existencia est¨¦ debidamente documentada, dice la ley. "Por lo tanto, si nadie ha realizado una intervenci¨®n arqueol¨®gica previa en una zona, pues no habr¨ªa nada documentado y se llevar¨ªa a cabo el desarrollo urban¨ªstico sin ning¨²n estudio arqueol¨®gico previo", mantiene la especialista. Ignacio Mu?oz, director general de Patrimonio, mantiene que la nueva legislaci¨®n no supone un retroceso con respecto a la anterior. "En los yacimientos documentados y donde existen indicios, por supuesto que hay que llevar a cabo esos trabajos previos y todas las comprobaciones necesarias y, en su caso, sacarlo a la luz", asegura. Aclara tambi¨¦n que el porcentaje de espacios en la regi¨®n en los que no existen vestigios arqueol¨®gicos es m¨ªnimo, menos del 20%.
A D¨ªez le preocupan tambi¨¦n los silencios administrativos positivos. En el caso de que la Administraci¨®n no conteste a la petici¨®n de una actuaci¨®n arqueol¨®gica en el plazo de dos meses, se considerar¨¢ como aprobado. "Por lo tanto, cualquiera podr¨¢ hacer lo que quiera, sin el control que exist¨ªa antes porque en la contestaci¨®n de la Administraci¨®n se concretaban los par¨¢metros por los que se ten¨ªa que regir la actuaci¨®n", concluye.
El caso de Los Ahijones es un ejemplo positivo de colaboraci¨®n entre todos los implicados en este tipo de actuaciones: los constructores y propietarios, la Administraci¨®n p¨²blica y los expertos en arqueolog¨ªa. Pero no siempre es un proceso sencillo. ¡°Otras veces, hemos tenido que luchar y convencer a los propietarios, porque para ellos supone un desembolso econ¨®mico muy importante¡±, afirma el director general de Patrimonio. La junta de compensaci¨®n de Los Ahijones ha gastado unos tres millones de euros entre estudios, sondeos y excavaciones en todo el ¨¢mbito, con 630 hect¨¢reas. Una gran parte del dinero, 900.000 euros, han ido a parar a la necr¨®polis visigoda. ¡°Hemos liberado de todo, porque esto es una zona que, por suerte o por desgracia, tiene una gran riqueza arqueol¨®gica¡±, a?ade el presidente de la junta, Luis Iglesias.
¡°No siempre hay esta buena convivencia. Normalmente, las constructoras solo valoran el proyecto que tienen que sacar adelante y se empe?an en repetir que los hallazgos no valen nada¡±, explica Jorge Vega, arque¨®logo y director de la empresa Argea, contratada por los propietarios para los sondeos arqueol¨®gicos. Hacen falta acuerdos y tambi¨¦n tiempo. As¨ª lo demuestra el yacimiento m¨¢s popular de la regi¨®n, Complutum, la villa romana sobre la que est¨¢ edificada Alcal¨¢ de Henares. Han sido necesarios 30 a?os de investigaci¨®n y excavaciones para contemplar las ocho hect¨¢reas de museo, abiertas en 2009. El a?o pasado lo visitaron 18.668 personas.
¡°La toma de decisiones es un proceso muy complejo¡±, explica el director de la excavaci¨®n de Complutum, Sebasti¨¢n Rasc¨®n. ¡°En realidad no existe un procedimiento est¨¢ndar para decidir cu¨¢ndo conservar in situ un hallazgo. Seg¨²n el sitio, los factores var¨ªan¡±, a?ade este experto, que ha participado en los trabajos de Alcal¨¢ durante las ¨²ltimas tres d¨¦cadas. La villa romana fue descubierta en el siglo XVI y, desde entonces, ha sufrido temporadas en el olvido y otras ¨¦pocas maltratada, como durante la Guerra Civil y la posguerra. Tiene una extensi¨®n real de 50 hect¨¢reas, la mitad ocupadas por viviendas. El resto es terreno p¨²blico, por lo que se ha podido excavar y se sigue investigando. ¡°Antes de musealizar, es necesario un proceso de investigaci¨®n que es muy extenso¡±, a?ade Rasc¨®n, ¡°porque el yacimiento arqueol¨®gico no se agota nunca¡±. La ¨²ltima palabra, en cualquier caso, la tiene la Administraci¨®n.
El responsable de Complutum defiende adem¨¢s que es beneficioso mantener parte de los restos bajo tierra, como una biblioteca en la reserva para futuras generaciones. M¨¢s all¨¢ de lo que se pueda mostrar en un museo, hay informaciones muy valiosas para los investigadores de ahora y para los que vengan despu¨¦s, que previsiblemente dispondr¨¢n de t¨¦cnicas mucho m¨¢s sofisticadas.
En el caso de la necr¨®polis visigoda, los restos ¨®seos permiten detallar enfermedades de nuestros antepasados, descubrir si sufrieron c¨¢lculos renales, por ejemplo. La observaci¨®n de los utensilios del taller l¨ªtico con ojos de experto desvela el nivel de habilidad de los hombres de entonces en el uso de las primeras tecnolog¨ªas del ser humano. ¡°Nuestra hip¨®tesis es que se mov¨ªan en grupos y ten¨ªan personal experto para la producci¨®n de herramientas¡±, se?al Javier Baena, catedr¨¢tico de Prehistoria de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, mientras talla un n¨®dulo de s¨ªlex hasta dejarlo tan fino que puede cortar un folio. Baena y su equipo de investigaci¨®n colaboran en los trabajos de Los Ahijones sobre el terreno.
Aunque el taller quedar¨¢ cubierto, puede que al final parte de sus restos se destinen a un centro de interpretaci¨®n que re¨²na los hallazgos de las distintas ¨¦pocas que se han descubierto en Vic¨¢lvaro. Los propietarios lo ven con buenos ojos. El presidente de la junta de compensaci¨®n aclara que tanto ellos como quienes gestionan Los Berrocales (un desarrollo urban¨ªstico cercano) est¨¢n dispuestos a colaborar con Patrimonio si se considera que vale la pena crear un museo interpretativo donde se pudiera apreciar la evoluci¨®n desde el Paleol¨ªtico hasta el siglo XVI, con vestigos altoimperiales romanos, de la alta Edad Media, restos isl¨¢micos y otros de la etapa bajomedieval cristiana.
Diana D¨ªez, presidente de la Secci¨®n de Arqueolog¨ªa del Colegio de Doctores y Licenciados de Madrid, opina que los arque¨®logos tienen todav¨ªa como asignatura pendiente transmitir a la sociedad el significado del trabajo que desarrollan. ¡°No hemos conseguido llegar a las personas de la manera que nos gustar¨ªa¡±, opina. La consecuencia, apunta, es que si no se conoce el valor del patrimonio es imposible que se proteja. Esa actitud cambia cuando se visita otro pa¨ªs. ¡°Si alguien viaja a Grecia est¨¢ dispuesto a recorrer kil¨®metros para ver lo que el com¨²n de los mortales calificar¨ªa aqu¨ª, en Espa?a, como cuatro piedras¡±, pone como ejemplo.
D¨ªez entiende que para una persona sin formaci¨®n arqueol¨®gica es muy dif¨ªcil sacar sentido a determinadas excavaciones como el taller l¨ªtico. Algo que le ocurri¨® al portavoz de la junta de compensaci¨®n. Cuando contemplo el cementerio se sinti¨® atra¨ªdo e identificado. En cambio, su experiencia con el taller l¨ªtico fue completamente diferente. ¡°Soy incapaz de imaginarme a un se?or hace 300.000 a?os golpeando una piedra con otra¡±.
Encontrar determinadas piezas en una excavaci¨®n puede ser uno de los elementos determinantes a la hora de convertirlo en un lugar visitable. Junto al taller de herramientas paleol¨ªtico, mientras el equipo sigue desenterrando s¨ªlex, los arque¨®logos fantasean con esa idea. ¡°Si encontr¨¢ramos un hueso ser¨ªa diferente¡±, explica el catedr¨¢tico Javier Baena. ¡°Si saliera alg¨²n resto de fauna, ser¨ªa muy diferente¡±, a?ade Vega. El hallazgo de restos ¨®seos cambiar¨ªa el futuro de la excavaci¨®n. ¡°Esa es la gran ventaja de Atapuerca¡±, seg¨²n el responsable de la empresa que investiga los restos, que lo considera una posibilidad poco probable en el taller de herramientas. Los hombres y mujeres que hace m¨¢s de 200.000 a?os prepararon all¨ª sus hachas formaban parte de poblaciones n¨®madas, de grupos muy peque?os y dispersos. Pero no pierde la esperanza: ¡°La arqueolog¨ªa no es una ciencia exacta¡±. Qui¨¦n sabe, quiz¨¢ una ma?ana de investigaci¨®n, bajo el sol de verano, un pincel mover¨¢ la tierra, levantar¨¢ una peque?a polvareda y no dejar¨¢ al descubierto un mineral puntiagudo sino los restos del elefante al que uno de aquellos vecinos abri¨® en canal.
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